Afirman que Pallast le hizo meter la pata a Cristina

El nuevo periodista estrella de los kirchneristas sostuvo que Obama podía dejar sin efecto el fallo a favor de los buitres.

La semana pasada, un artículo de The Guardian del periodista Greg Palast recordaba que George Bush, había intervenido cuando el fondo buitre NML Capital había querido embargar las reservas de petróleo de la República del Congo. En ese entonces, el ex presidente de los EEUU había ordenado al juez que deje sin efecto el fallo porque consideraba que vulneraba su política exterior.

“El buitre financiero que amenaza con devorar Argentina puede ser detenido con una simple nota a la Corte de Barack Obama. Pero el presidente, mientras apoya oficialmente al país, todavía no hizo esto que podría salvar a Buenos Aires del default”, reflexionaba Palast en su columna, simplificando en extremo una supuesta solución para el conflicto con los holdouts.

El texto fue levantado por medios locales e incluso fue citado ese mismo día por Cristina, durante la Cadena Nacional que armó para anunciar medidas “expansivas”.

La Presidenta recordó que esa prerrogativa presidencial fue usaba por el ex presidente George Bush “que era republicano”, aclaró, cuando bloqueó el embargo de bienes de Congo-Brazzaville en los Estados Unidos por parte del mismo Paul Singer que hoy acorrala a la Argentina, a pesar de que el jefe de este hedge fund es uno de los más importantes y más influyentes contribuyentes a los candidatos republicanos.

Cristina explicó que según la columna de Greg Palast, se trata del principio conocido como “comity”, según el cual Barack Obama “sólo necesita informar al juez federal de Estados Unidos Thomas Griesa que la demanda de Singer interfiere con la autoridad presidencial de manejar la política exterior”.

Inmediatamente, Palast se convirtió en la nueva estrella de los periodistas k.

Hoy el cronista le concedió una entrevista a Página 12, e insistió en que existe “una cláusula única en la Constitución por un lado dice que Obama no tiene ninguna autoridad para dar vuelta una decisión judicial; pero por otro lado le permite al presidente simplemente frenar el caso. El presidente debe decirle específicamente al juez que este caso entorpece sus decisiones de política exterior. Y Griesa sabe que ante ese pedido debería frenar el caso”.

Pero lo cierto es que abogados que conocen de cerca el Derecho norteamericano afirmaron a LPO que no existe tal cláusula. E incluso especialistas en el tema recordaron otros casos que demuestran que el gobierno de Obama no tiene esa bala de plata extra judicial en sus manos para salvar al gobierno argentino a último momento.

De hecho, el gobierno de Obama había presentado un escrito el año pasado en el que argumentaba que el fallo de Griesa violaba este principio y, sin embargo, fue rechazado por la Cámara de Apelaciones.

Hay otros precedentes que van en el mismo sentido, en dos momentos históricos mucho más relevantes que el conflicto de la Argentina con los buitres.

Fue en el caso de la Segunda Guerra Mundial y Vietnam, cuando la Corte Suprema le negó durante ambos conflictos un pedido que había hecho el gobierno, con el mismo argumento: que violaba su política exterior.

Pero el papelón ya estaba consumado. Lo había iniciado Axel Kicillof cuando le pidió al presidente de esa potencia que tomara cartas en el asunto, acaso inspirado en la nota citada, aunque la conclusión que surgía inmediatamente de sus palabras sonaba a una apretada, como las que está acostumbrado a hacer el kirchnerismo con los representantes del Poder Judicial.

"Griesa fue elegido por Nixon"

En el reportaje, Palast recuerda que "la primera vez que Singer ganó un juicio en Estados Unidos que le permitió embolsar millones de dólares fue con Griesa".

"Los jueces norteamericanos son elegidos políticamente. Griesa fue elegido por Nixon, es un juez de extrema derecha, y creo que coincide ideológicamente con Singer y no le gusta para nada el gobierno de izquierda de la Argentina. Griesa es un juez muy viejo, claramente no entiende la ley y no quiere entenderla. También hay otro problema: mientras Obama sostiene que las decisiones de este magistrado son equivocadas, no ha utilizado su autoridad para frenar este caso", reflexionó el cronista.