El New York Times sostuvo que Griesa "no entiende" el mercado de bonos

El diario de negocios criticó al veterano juez y contó sus inconsistencias durante la audiencia del martes.

El New York Times se ocupó minuciosamente de deschavar a Thomas Griesa en su escaso conocimiento del mercado de bonos. En una nota publicada hoy, el influyente diario norteamericano sostiene que, después de 42 años que lleva como juez federal y una década al frente del litigio sobre la deuda argentina en default “recién ahora está aprendiendo qué tan complicada puede ser la vida de un juez que busca controlar las acciones de un gobierno soberano”.

“Estamos en la sopa”, reconoció el magistrado durante la audiencia que encabezó el martes pasado, según reprodujo el matutino. “Esta semana dejó en claro que no ha comprendido completamente las transacciones de bonos que estuvo manejando desde hace años”, dispara la nota.

El NYT recuerda que con la reestructuración de deuda surgieron nuevos bonos con legislación en Nueva York, Argentina, Inglesa o japonesa, con denominaciones en pesos, dólares, euros o yenes.

“Esas son las complicaciones que el juez Griesa parece no haber entendido”, critica el diario neoyorkino.

La nota rememora que “la orden que Griesa emitió a principios de año señalaba que la Argentina no debía pagar intereses de los bonos reestructurados, y los bancos no debían ayudarla a hacerlo. Eso sonaba como si cubriera a la totalidad de los bonos de los canjes, incluso los que no fueron emitidos bajo la ley de Nueva York”.

El New York Times apunta que la explicación de la orden se refería solamente a los bonos en dólares con legislación en esa ciudad, e ignoraba la existencia de otros bonos restructurados.

En ese sentido, el matutino se pregunta si esa regla aplica para los otros bonos, incluidos los que están bajo legislación argentina. “¿Violará la orden del juez un banco que opere los pagos de intereses de esos bonos?”, cuestiona el NYT.

El 27 de junio, Griesa le respondió a la sede argentina del Citibank que podía seguir haciendo los pagos regulares de esos intereses, porque no estaban comprendidos en su orden. En la reunión del martes, en un principio el veterano juez pareció mantener esa orden vigente, sin cambio alguno, hasta el momento en que le aclararon que los bonos reestructurados con legislación criolla representan un cuarto del total de los títulos emitidos con los canjes de 2005 y 2010.

Griesa llamó al abogado de los agentes de pago, Friedman, para que se sentará inmediatamente a su lado y ahí cambió de parecer. “Esos bonos deben ser tratados como bonos del canje y deben ser incluidos con los otros bonos en la orden de febrero”, resolvió el magistrado.

“Como obra de teatro no era mala, pero difícilmente inspire confianza en el sistema legal americano”, ironiza el New York Times.

Lo cierto es que el juez quedó enredado en una situación legal sumamente compleja: también deberá lidiar con los títulos que estén bajo ley inglesa, o japonesa. Si termina decidiendo que los bonos con ley argentina están incluidos en su orden, el Citibank podría tener que decidir si desacata al juez, o, si lo obedece, implicaría violar la ley local, que podría derivar en complicaciones legales por parte de sus clientes, reflexiona el NYT.

Por el contrario, si Griesa no extiende su orden a los bonos que están bajo legislación criolla, la Argentina encontraría un camino para realizar un nuevo canje, con bonos bajo ley local para los inversores que quieran cambiar sus bonos con legislación norteamericana, advierte el matutino. “El juez probablemente intente bloquear esa operación”, vaticina la nota.

La disputa entre los fondos buitre y el gobierno ahora se corrió hacia los agentes de pago. Griesa dijo que el pago a los bonistas fue ilegal pero no dijo qué debía hacer el Bank of New York con ese depósito. El banco no quiere devolver la plata y prefiere retenerla hasta que todo se resuelva.

“Mientras el miércoles se acerca, el juez tiene mucho sobre lo que pensar. Mejor hubiera sido que lo haya pensado antes de mandar esa orden”, concluye la nota, no sin cierto sarcasmo.