Boudou inaugura el “Salvese quien pueda” en el kirchnerismo

El vicepresidente quedó a la intemperie. Es la confirmación del nuevo orden de cosas en el poder.

 Run for your lives, es la frase que utilizan losnorteamericanos para graficar una instancia como la que empieza a consolidarseen el kirchnerismo. Con el final de ciclo al alcance de la mano, los seguidoresde Cristina que tienen acceso a información seria, ya empezaron a trabajar sureconversión.

El problema para la Presidenta es que se trata de un procesode atomización que la desbordó. No lo controla ni tampoco lo acompaña. Lesucede. Y este es el nuevo signo de estos tiempos. Aquel Gobierno implacableque todo lo digitaba, observa ahora pasmado como son cada vez más las cosas quele suceden. Hasta el recurso del miedo se le va agotando.

Los desplantes no son mas notorios porque no hace falta,todavía. Los políticos en general –como el resto de los mortales- no soncobardes, pero tampoco héroes. Miden al milímetro la correlación de fuerzas yno gastan plata en peleas apresuradas. Pero cuando haya que bajar el martillo,que ya esta cargado, ni la sombra de la compasión, va a recibir un Gobierno queusó y abusó de su poder.

Lo notable es que este proceso que afecta a la Presidenta,empezó por la Presidenta. Siempre es un hecho puntual el que actúa comocatalizador del nuevo tiempo. En ese caso fue la decisión de prohibir a AmadoBoudou que presida la última sesión del Senado. El proceso de esa decisión,grafica como pocos el nuevo estado de situación.

Surgió la presión desde el propio bloque peronista, que yano está dispuesto a escaldarse en la defensa del vicepresidente. Es lógico,estamos entrando en pretemporada electoral. Pero lo más notable es que cuandoCristina entendió que la intifada en su bancada ponía en riesgo el proyecto deinmunidad de reservas que quería ofrendar al presidente de China, decidiósacrificar a Boudou.

“Esto es lo nuevo, ahora te respaldan hasta que se vuelvecostoso y entonces no te respaldan mas”, explicó uno de los allegados deBoudou. Tan sencillo como eso. El mensaje es cristalino: Salvese quien pueda. Yen eso están.

Apenas les queda la apuesta a un fallo de la Cámara Federal que encuentre la manera de revertir el procesamiento del vice, apostando a la amistad de la Presidenta con el camarista Eduardo Freiler. Habrá que ver si quiere hacer el gasto.

Una tardía Glásnost

El muro de Berlín se cayó en silencio y son cada vez más loskirchneristas que hablan con la odiada prensa opositora –incluido Clarín, sobretodo Clarín-, buscando recomponer lo que se pueda recomponer. Ejercicio deprudencia que se extiende a la Justicia.

Claro que nadie es idiota y no suelen despertar entusiasmolas invitaciones a fiestas, cuando los globos ya están por el piso y las chicasse fueron. Pero es lo que hay. Mirada condescendiente –o socarrona- y a otracosa ¿Para qué pelearse con lo que se va? La realidad, siempre más cruel, seencargará de ajustar cuentas.

No es casual que los hombres con más proyección deloficialismo: Daniel Scioli, Florencio Randazzo, Julián Domínguez y Diego Bossio, entre algunosotros pocos, sean los que más se cuidaron de caer en los extremos de una“revolución”, que ni siquiera fue un sueño eterno.

Lote al que ahora intentan sumarse nuevos “civilizados” comoel camporista Wado de Pedro y hasta el ministro Axel Kicillof, que reúne aperiodistas de los medios demoníacos en el living de su casa, copiando sinruborizarse las técnicas de seducción de Lilita Carrió o Gabriela Michetti.

En la justicia federal todo es más complicado y no alcanzacon café y masitas. Como es lógico, el único asunto importante hoy de la cúpuladel Gobierno es garantizarse tranquilidad a futuro en el mundo judicial, faenapara la que empezaron una escabrosa negociación en el Consejo de laMagistratura con los radicales, siempre interesados en construir influencia enla Justicia.

El punto más álgido de ese trabajo es designar a cuatrocamaristas en el tribunal de Casación, instancia donde terminan todas lascausas de corrupción del país. Resorte clave para garantizar impunidad, como sedemostró en el reciente fallo que salvó a Felisa Micelli de ir a la cárcel, almenos en el corto plazo.

Así, mientras algunos celebran la restitución del fiscalCampagnoli casi como un restablecimiento de la República, en las alturas del poder van tejiendo una redmucho más extensa en el sentido contrario. La desmesura de creer que un fiscalcon competencia en los barrios de Nuñez y Saavedra podrá iniciar el Mani Puliteargentino, funciona como un operativo de distracción perfecto, mientras seresuelven en la mayor de las tranquilidades, las cosas importantes del poder.

Se trata de cubrir la retirada. Un ejercicio humano muy consistentecon este “movimiento de liberación” que dijo encarnar el kirchnerismo, queaceptó todos los privilegios del poder y casi ninguno de sus sacrificios. Perola manta es corta y si al final del camino se consigue algún grado debenevolencia judicial y mediática, sólo alcanzará a algunos pocos elegidos. Elresto está por su cuenta y el resto ya se enteró.