Córdoba

Tensión en Córdoba por una autopsia clave en el caso de los narcopolicías

El gobernador De la Sota mantuvo una reunión hermética con el fiscal del caso.

El cadáver del policía de Drogas PeligrosasJuan Alós, quien apareció muerto el 7 de septiembre del año pasado con unbalazo en la cabeza dentro de su propio auto, fue exhumado este jueves delcementerio de Alta Gracia.

Bajo una estricta vigilancia policial yjudicial, el féretro quedó en una cámara de frío del Hospital Nacional deClínicas hasta que se le realice una nueva autopsia.

La exhumación se realizó para finalizar unasemana que incluyó un inédito respaldo del fiscal General de Córdoba, AlejandroMoyano, a la labor de la Policía Judicial provincial, y una pública perosecretísima en su contenido reunión entre el gobernador José Manuel de la Sotay el fiscal federal Enrique Senestrari, quien investiga el caso.

En torno a la muerte de Alós hay muchas dudas.El fiscal provincial Emilio Drazile tuvo a cargo la instrucción y concluyó quela causa había sido suicidio. Para los familiares del policía la conclusión delfiscal no fue suficiente.

La muerte ocurrió pocos días después de queestallara el narcoescándalo en la provincia de Córdoba, vinculando a policíaslocales con los traficantes de drogas.

El agente de Drogas Peligrosas debía declararen la Justicia Federal, y se supone que haría algunas revelaciones resonantes.Por eso, para la familia se trató de un crimen.

Golpes al poder

Este escándalo fue un profundo golpe para elgobierno de José Manuel de la Sota, lo que se advirtió en la caída del caudalelectoral del justicialismo en las elecciones de diputados nacionales.

Luego, en diciembre, se produjo un “paro” depolicías en reclamo de aumento salarial, que desencadenó una noche de furia ysaqueos en Córdoba entre el 3 y el 4 de diciembre, que para algunosobservadores pudo estar vinculado al problema de fondo de los presuntosvínculos de algunos funcionarios y agentes de la fuerza con losnarcotraficantes.

La causa de Alós dio un giro cuando la CorteSuprema ordenó que el expediente pase de la Justicia Provincial a la JusticiaFederal, justamente en el marco de la investigación de los narcopolicías.

El fiscal Enrique Senestrari acusó que elexpediente no llegó completo a su despacho. También cuestionó la autopsiarealizada al cadáver del policía que instruyó el fiscal Drazile. Por eso, ahorase realizará una nueva investigación, para que el cadáver “hable”.

Senestrari apuntó fundamentalmente al hechode que Drazile contaminó la escena del crimen ni bien llegó.

Por ejemplo, apagó el motor del auto, que aúnestaba encendido, y apagó las luces. Se sospecha también que el auto, una vezcolocado en un depósito judicial, fue lavado. Además, en algunas fotografíasaparece un orificio en el techo del auto y en otras no.

Drazile sostuvo que Alós se disparó yconsideró pruebas suficientes que no había signos de defensa, la posición delcuerpo, y una carta que presuntamente escribió el policía para despedirse de sufamilia.

En ella decía no haber superado la recientemuerte de su padre y el descrédito que le habría causado que se lo mencione enun programa de televisión como un narcopolicía. La familia no cree que la cartahaya sido escrita voluntariamente por él.

Drazile quedó tan señalado que loslegisladores provinciales del Frente Cívico (juecismo), encabezados por LilianaMontero, y uno de la Unión Cívica Radical, el aguadista Rodrigo de Loredo,pidieron que la actuación del fiscal sea investigada por el Jurado deEnjuiciamiento de Magistrados.