Crisis

El cierre de Quickfood deja en evidencia una nueva fase de la crisis ganadera

Los grupos brasileños que controlan el negocio expanden sus operaciones en Uruguay y liquidarán sus activos en el país.

En las últimas horasla empresa Quickfood fue noticia luego de que se conozca públicamente el plande los propietarios de la firma de cerrar la planta en Martínez y trasladartodas sus operaciones a la localidad santafesina de San Jorge.

Hasta aquí, unadecisión empresarial que, indudablemente, afectará a los 197 empleados quetrabajan en territorio bonaerense y que trae aparejado, como era de esperar,conflictos que incluyen la posibilidad de realizar cortes de rutas y protestas.

La cuestión es que,según pudo averiguar La Política Online con fuentes del sector, la jugadaesconde un feroz plan de liquidación de activos por parte del grupo inversorbrasileño en el marco de una nueva fase de la crisis ganadera ocasionada porlas políticas oficiales aplicadas de 2006 a la fecha.

Es que el grupoMarfrig mantiene activo apenas uno de los cinco frigoríficos que tiene en laArgentina (en Villa Mercedes). De hecho, el año pasado ya había cerrado Vivoratá(en Mar del Plata), mientras que este año desactivó operaciones en la planta deHughes.

LPO se comunicó condirectivos de Quickfood, quienes intentaron suavizar el impacto de cerrar laplanta de Martínez. “La decisión generará la creación de nuevos puestos detrabajo en San Jorge, la profesionalización de empleados y la realización deobras”, aseguraron en un comunicado.

“El traslado le permitirá a la compañíafortalecer su operación en la Argentina, concentrar la producción de carnevacuna y, a su vez, alinear el negocio sobre una estructura más eficiente ycompetitiva, que se adecue al escenario actual”, agregaron.

En tanto, segúndatos difundidos este martes por la Cámara de la Industria de la Carne(Ciccra), en abril las exportaciones de productos cárnicos bovinos cayeron un19,7%, mientras que en el primer cuatrimestre del año la caída llega al 21%.

“El escenario paralos frigoríficos dio un vuelco notable: de 2006 a 2010 compraron carne aprecios irrisorios a costa del quebranto de los productores y ahora la crisisles llegó a ellos y lamentablemente a los trabajadores”, comentó a LPO AngelGirardi, titular de la Asociación de Productores de Carne.

“El conjunto delsector ganadero necesita que el Gobierno nacional libere las exportaciones paraaumentar la producción, mejorar los precios internos y generar más puestos detrabajo en la industria”, reclamó Girardi.

Contraste Rioplatense

En este contexto,los informes trimestrales que presenta Marfrig son claros: en octubre-diciembrede 2013 la facturación de la división cárnica del grupo fue de 2255,7 millonesde reales, apenas un 1% más que en julio-septiembre de 2013, según publicó elsitio valorsoja.com.

Esto se debe, segúnel informe, “a una baja de las ventas en la Argentina por el cierre temporariode algunas plantas, lo que fue parcialmente compensado por un aumento de lasexportaciones brasileñas y uruguayas, además del buen desempeño del mercadointerno brasileño”.

De esta manera, lasituación en Uruguay, por ejemplo, es exactamente inversa a la presente en laArgentina. Sin ir más lejos, en marzo el grupo brasileño Minerva compró el 100%del frigorífico uruguayo Carrasco por un valor total de u$s 37 millones.

En ese momento, elgrupo brasileño aseguró que “la adquisición del frigorífico Carrasco es otropaso más de nuestro plan de inversiones, reconociendo el excelente momento dela región en cuanto a producción y comercialización de carne bovina”.

Así, en Uruguay Minervacontrola el 12,3% de la faena bovina, mientras Marfrig tiene casi el 22% y JBScontrola el 7%. En otras palabras: en el país oriental el 41% de la faena devacunos está en manos de empresas brasileñas.