La sucesión

El dilema kirchnerista: Abrazar o enfrentar a Scioli

Cristina frente a una decisión clave: Enfrentar a Scioli –y acaso fortalecerlo- o negociar unidad a cambio de lugares en las listas.

Daniel Scioli está ingresando en el territorio que mejor conoce:El mundo del candidato. “Ser el más preparado o inteligente no garantiza nada.A la hora de ganar elecciones lo que necesitas es un candidato y Daniel yademostró que es un gran candidato”, se entusiasman cerca del gobernador.

La biografía política ofrece cierto sustento al entusiasmo.Scioli viene ganando elecciones hace años por márgenes muy amplios, inclusosuperando déficits evidentes de gestión. Quedará para otra discusión, si estos leson completamente atribuibles, o son el efecto de una provincia desfinanciadapor la Nación.

Un simple repaso por las noticias revela que en las últimassemanas Scioli ocupó el centro de la escena y logró incomodar a casi todos. Elperonismo histórico cada vez disimula menos su tránsito a La Plata. Elsanjuanino José Luis Gioja fue el primer gobernador en decirlo con todas lasletras. Pero son muchos más. La catarmarqueña Lucía Corpacci –amiga de Cristinadel Senado- es otra que ya comprometió su apoyo.

Igual que el jefe de bloque del Senado, Miguel AngelPichetto, quien organizó el almuerzo que Scioli tuvo esta semana con elcaudillo pampeano Carlos Verna. Esa comida es acaso uno de los indicadores másfuertes del creciente efecto gravitacional que está generando el gobernadorbonaerense en el peronismo.

Verna es uno de los políticos mas duros y experimentados quetiene el PJ. El año que viene disputará la gobernación de su provincia. Fue elúnico caudillo territorial que renunció a su candidatura en el 2011, cuandoCristina quiso armarle la lista de diputados con camporistas.

Después, se sumó al bloque del Peronismo Federal junto aviejos lobos de mar como Carlos Reutemann, Adolfo Rodríguez Saá y Juan CarlosRomero, todos cercanos a Sergio Massa. La novedad es evidente: Scioli no sólo sebenefició de la madeja tejida por Juan Carlos Mazzón para obturar el salto deperonistas hacia el Frente Renovador, sino que ahora comienza a tironearle alpropio Massa sus aliados. La misma tensión sufre la Casa Rosada.

El dilema kirchnerista

Por estas horas en el Gobierno se debate una preguntainquietante: ¿La estrategia de rodear a Scioli con rivales y enfrentarlo en lasprimarias, no será un enorme regalo? Es que una confrontación en la que Scioliaplaste a los candidatos del kirchnerismo, terminaría de liquidar a esemovimiento y lo dejaría en inmejorables condiciones para la general.

Es por eso que La Cámpora comenzó a revisar su entusiasmoinicial con el entrerriano Sergio Urribarri y como reveló LPO, ahora limitó suestrategia a acumular fuerzas para una negociación por las listas dediputados, con el candidato que sea.

Por eso barajan dos iniciativas: Aplicar el sistema deintegración proporcional D´Hont en lugar del clásico mayoría y minoría, quesiempre utilizó el peronismo para definir sus listas. O directamente proponerque se intercale uno y uno.

Otro elemento acaso más gravitante empuja al kirchnerismo a unanegociación de lista única: Una campaña competitiva para enfrentar a Scioli enla primaria presidencial tiene un costo estimado en los círculos del poder, de1.200 millones de pesos. “Quien se va a gastar eso para perder”, se preguntancerca del gobernador.

Hoy el candidato kirchnerista que mejor mide es el ministrodel Interior y Transporte, Florencio Randazzo, muy lanzado a la pelea presidencial. “Cristina tiene que definir siquiere jugar a ganar. Si quiere ganar no puede dividir el voto kirchnerista”,explican cerca suyo. La lógica es simple –y por eso contundente-, ante el pesoespecífico de Scioli la única chance es concentrar todo el voto kirchnerista enuna sola oferta. “Esto se define antes de fin de año”, especulan en la Casa Rosada.

Lo que se discute detrás de estas alquimias es evidente: Elbarco kirchnerista está llegando a puerto y los marineros quieren seguir en laactividad. Es decir: ¿Qué estrategia es la más adecuada para salvar lo que sepueda salvar?

Sin embargo, nada de esto debería entenderse como elcertificado de un tránsito asegurado para Scioli en su camino a la Casa Rosada.Como candidato oficialista que es, su suerte sigue atada a la marcha general dela economía. El escenario de crisis controlada o estabilizada lo beneficia, laimplosión terminaría con sus sueños presidenciales.

Falta poco y falta mucho. Después del Mundial empezará adefinirse el trazo grueso, de una pelea se librará el año que viene. No habránada más político que ese puñado de meses.