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Denuncian que las agrupaciones de la FUBA desvían 54 millones para financiar su política

Estudiantes acusan al PO y La Marea de utilizar los fondos que recaudan con el monopolio de las fotocopias de apuntes.

En las últimas elecciones Claudio Lozano y Jorge Altamira no hicieron una alianza pero tuvieron algo en común: las agrupaciones estudiantiles que lideran, Marea Popular y el Partido Obrero, controlan la FUBA y recaudan unos 54 millones de pesos por año a través del monopolio de la fotocopia de apuntes que se habrían utilizado para financiar sus campañas políticas en la Ciudad.

En rigor, la expresión más visible de este desvío de fondos fue la irrupción en la política porteña de La Marea que desembarcó en las pasadas elecciones con un impactante despliegue económico que incluyó cartelería en la vía pública y que logró ubicar a su líder Itaí Hagman como el primer candidato a legislador porteño de la lista de Lozano, que pese al aparato que desplegó apenas superó el 2% de los votos.

La denuncia de la utilización de los fondos recaudados en los centros de estudiantes para financiar campañas políticas fue lanzada por el sector reformista, un frente con referentes estudiantiles de diferentes facultades y extracción política.

Según este sector estas agrupaciones desviaron el dinero que ingresa a la FUBA por el monopolio de las fotocopias de apuntes del Ciclo Básico Común (CBC).

Incluso, afirmaron que la sociedad en los hechos que tienen en el control de esa caja es la única razón que mantiene juntas a estas dos agrupaciones que son tan disimiles que no logran sintetizar un presidente de la FUBA, manteniendo la irregularidad de votar dos candidatos distintos para ese cargo.

Y no dudan en afirmarlo: “Quieren seguir sin presentar los balances que exigen, tanto el estatuto, como la Inspección General de Justicia (I.G.J.). Dejan claro que lo único que les interesa es seguir robando la plata de los estudiantes del CBC para financiar las campañas políticas de sus partidos”, afirmaron en un comunicado.

“La FUBA supo ser algo mucho más importante que una máquina expendedora de apuntes de mala calidad. Y es por eso que los Reformistas estamos totalmente comprometidos en recuperarla para los estudiantes”, agregaron.

Las diferencias entre el Partido Obrero y Marea Popular quedan a la vista en sus posiciones públicas como el conflicto en Venezuela: El Partido Obrero repudió la represión a estudiantes de Nicolás Maduro, los seguidores de Itaí Hagman -chavistas reconocidos- pronunciarse.

Una caja polémica

La recaudación de las fotocopiadoras de apuntes -un mecanismo inicialmente ideado para abaratar el acceso a los textos de los estudiantes- se convirtió con   el tiempo en un distorsionado monopolio de los centros de estudiantes, que encontraron en ese "negocio" una jugosa fuente de recursos.

De hecho, tan importante es el monto que recaudan que se han convertido en fuentes de financiamiento de campañas políticas, práctica que no solamente la izquierda realiza.

En el CBS el control lo tiene la FUBA, una forma que encontraron las autoridades de la UBA para evitar críticas de los estudiantes a un curso introductorio inexistente en el resto de las universidades. 

Según cálculos de los reformistas, asisten 60 mil alumnos por año para cursar 6 materias, a un costo promedio en apuntes de 150 pesos por cada una. 

“Ellos están hace ocho años y nunca tuvieron posiciones compartidas. Antes ponían dos vicepresidencias, dos secretarías generales. Ahora directamente dos presidentes”, le dijo a LPO Mariela Coletta, consejera de la oposición.

El congreso de la FUBA está convocado para hoy pero los delegados de los reformistas ni siguiera tienen claro donde se hace. “Están contando los votos para tener quórum y reelegirse”, explicó Coletta.

Los críticos reformistas dominan las facultades más grandes como Económicas, Derecho, Medicina, Odontología y Agronomía, dicen controlar al 60% de los estudiantes, pero no saben si cuentan tantos delegados como para quedarse con la FUBA.