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La Cámpora desplaza del Ministerio de Desarrollo a los delegados de Alicia

“Rodra” Rodríguez interviene uno a uno los 700 centros integradores, distribuidos en todo el país.

Alicia Kirchner vive su momento de mayor debilidad desde 2003, cuando desembarcó en el Ministerio de Desarrollo Social: con el desembarco de La Cámpora, la cuñada de la presidenta empezó a perder el control de los más de 700 Centros de Integrador Comunitario (CIC).

Distribuidos en todo el país, los CIC son el histórico brazo de poder territorial del Ministerio de Desarrollo Social y principal sustento de Kolina, la agrupación identificada con la ministra que hasta hace poco tenía su rincón reservado en los actos oficiales.

Desde febrero, estas delegaciones pasaron a cargo de Rodrigo “Rodra” Rodríguez, nombrado por Cristina Kirchner como secretario de Organización y Comunicación Comunitaria en Desarrollo Social en reemplazo de Inés Páez, histórica ladera de la cuñada presidencial.

Páez marcó la impronta de bajo perfil de Alicia, pero no evitó confrontar con La Cámpora cada vez que tuvo una pelea territorial.

El caso más resonante fue el de Córdoba, donde ubicó a su hijo e ignoró cualquier actividad de la agrupación de Máximo Kirchner.

“No puede ser que tengamos más de 700 ventanillas y no las explotemos políticamente”, se quejaban los líderes camporistas.

El encargado de esa tarea fue “El Rodra”, quien ya tuvo en 2011 la misión de ordenar la pauta publicitaria que manejaba Aníbal Fernández.

La ocupación de las delegaciones es similar a la que La Cámpora ya hizo de otros organismos como Anses e Inadi. Alicia parecía la única blindada, hasta febrero.

En el Ministerio cuentan que Rodra protesta por algunas de las líderes de las CIC. “En La Rioja está una mina que se encarga de aclarar que no hace política”, fue una de sus quejas.

Hay otros casos que seguramente La Cámpora no tocará como el de Jujuy, donde los Cic los maneja Milagro Sala, de la Tupac Amaru, fiel aliada camporista.