La sucesión

Crisis en el equipo de Capitanich por el naufragio de su candidatura presidencial

Encuestas en mano, el senador Aguilar y el diputado Piedrini desactivaron el armado nacional y se diputan la sucesión.

Jorge Capitanich está cada vez más cerca de sepultar sus aspiraciones presidenciales y en su entorno ya no hay quien trabaje para abrirle espacios en el peronismo, donde todo parece dirimirse entre Scioli y el kirchnerismo duro, hoy representado en Sergio Urribarri.

Dos de los dirigentes de mayor confianza del jefe de Gabinete son los legisladores nacionales recientemente electos: el senador Eduardo Aguilar y el diputado Juan Manuel Pedrini.

Con su llegada a la jefatura de Gabinete, el chaqueño les pidió a ambos buscar voluntades en el peronismo que alimenten sus aspiraciones presidenciales.

Pero la tarea duró poco: en las últimas semanas Aguilar y Pedrini le confiaron a sus íntimos que esta tarea quedó trunca porque las encuestas ponen a Capitanich fuera de carrera.

Los sondeos coinciden en que su exposición le permitió sumar nivel de conocimiento pero la defebsa a ultranza de la siniciativas mas impopulares del Gobierno le dispararon la imagen negativa, tendencia que le quita toda chance de ser competitivo.

De manera que los dirigentes mas importantes de su entorno, en lugar de deambular por Capital Federal buscando voluntades, prefieren caminar más Chaco y posicionase para suceder al jefe de Gabinete, quien creen que todavía tiene algún margen para imponer su peso nacional para levantar a un candidato y evitar que siga en el poder el rebelde vicegobernador Juan Carlos Bacileff Ivanoff, con quien tiene una pésima relación.

Los posibles sucesores 

Ex presidente de la Cámara de Diputados provincial -hoy en manos del hijo de Bacileff Ivanoff-, el actual senador Eduardo Aguilar cuenta con una ventaja: Si logra la gobernación, su banca la asumiría Capitanich, senador suplente. “¿Acaso alguien se acordó de eso cuando bromeó que sería concejal?”, recodaron cerca suyo.

Por su parte, el diputado Juan Manuel Pedrini fue ministro de Gobierno de Capitanich, puesto desde donde manejaba la relación con las organizaciones sociales, ahora están enfrentadas a Bacileff Ivanoff. Capitanich le respeta ese trabajo y nadie más que él será árbitro en esta interna que ya se disparó.

Ante este repliegue sobre el Chaco de sus principales alfiles, al jefe de Gabinete le quedan pocos coterráneos a su alrededor. Quien permanece fiel es su secretaria de Gabinete y Coordinación Administrativa, Laura Sambanca, quien lo escudó en sus incursiones en el Congreso.

El reto de las reparticiones que supuestamente dependen de él, ya han sido jibarizadas. Máximo Kirchner se quedó con la Secretaría de Comunicación, en manos de Hernán Reibel, sin ninguna experiencia serio en medios pero con el activo de ser amigo personal del hijo de la Presidenta . 

Este cerco administrativo se suma a la emboscada política que le tendió Carlos Zannini, quien ya le demostró que le marca la agenda cuando quiere y que no es permeable a sus amenazas de renuncia.

“No vas a poder ni volver al Chaco”, le hicieron saber en diciembre cuando amenazó con irse tras ser desautorizado sobre el envío de gendarmes a Córdoba.

Era el comienzo de la "reducción" de Capitanich que se imaginó primer ministro y terminó como vocero de un gobierno que nunca fue afín a la comunicación. Una apuesta que ya hasta los suyos dan por perdida.