Mercados

¿Por qué a la Argentina ya no le alcanzan los precios récords de la soja?

Sectores que antes eran generaban divisas hoy son deficitarios. Los costos de no haber generado un “Plan B” en diez años de crecimiento.

En los últimos días el precio de la soja en elMercado de Chicago (CBOT) registró fuertes subas y alcanzó su pico máximo enocho meses después de cerrar en la jornada de ayer martes en u$s 548 portonelada.

Las subas causaron un alto grado de sorpresaentre los operadores privados que no esperaban que el Departamento deAgricultura de los Estados Unidos (USDA) reduzca fuertemente la disponibilidadde soja en el país del norte.

Es que se trata de un valor muy alto que seacerca a los récords históricos que alcanzó la oleaginosa en 2008 cuando llegóa superar los u$s 600 por tonelada en pleno conflicto por las retencionesmóviles entre el kirchnerismo y el sector agropecuario.

En rigor, para la Argentina -y más aún en elactual contexto de escasez de divisas- resulta una muy buena noticia que elprincipal producto de exportación del país muestre una tendencia alcista en elcorto y mediano plazo.

Pero surge un interrogante que La PolíticaOnline intentó develar en distintas conversaciones con varios especialistas delsector. ¿Por qué los altos precios de la soja ya no se trasladan como antes alas expectativas del mercado?

En otras palabras, hace no mucho tiempo atrásla generación de divisas y el aporte en la recaudación del complejo sojeroalcanzaba para mantener estable el nivel de gastos del Estado. Pero ahorapareciera ser que el escenario es otro.

“Durante los últimos diez años la Argentinaató la suerte de su economía a la soja y descuidó a otras producciones quepodrían haber sido muy útiles para afrontar momentos complicados”, comentóEnrique Erize, co-director de la consultora Nóvitas.

“El Gobierno no se preocupó por impulsar un‘Plan B’ aumentando la producción de trigo, maíz, leche y carne”, apuntó Erize,para luego mencionar que “lo único que creció en la última década es la cosechade soja”.

El sector ganadero es un ejemplo de lo antesmencionado. La Argentina cuenta con un stock de 50 millones de cabezas, 4millones menos que en la década del 60, mientras que Brasil, que siempre estuvopor debajo, hoy tiene más de 200 millones de cabezas.

Lo cierto es que la soja ya no puede sola dadoque sectores que antes eran generadores de divisas pasaron a ser deficitarios.En 2013 las importaciones de combustibles y energía requirieron u$s 11.415millones contra exportaciones por u$s 5252 millones.

Es decir, según datos del INDEC, el saldoenergético el año pasado registró un déficit histórico de u$s 6163 millones productodel desmantelamiento de la matriz energética (en 2012 el saldo energético habíaexperimentado un déficit de u$s 2384 millones).

El encargado de pagar la mayor parte de lacuenta energética fue la soja: en 2013 el sector agroindustrial generó u$s50.588 millones versus 48.302 millones en 2012 (aportó u$s 2286 millones dedólares adicionales para cubrir el bache energético).

En tanto, Javier Buján, director de laconsultora Kimei Cereales, sostuvo que “la soja seguirá siendo el motorprincipal de la economía argentina; pero los desmanejos oficiales hicieron queya no nos salven ni los precios récords”.

En este escenario, en 2013 se sumaron a lalista de deficitarios el sector turístico y automotriz debido al tipo de cambiooficial artificialmente bajo promovido por el Gobierno nacional hasta ladevaluación de enero pasado.

Así las cosas, el año pasado el sectorautomotriz necesitó absorber divisas por u$s 8215 millones, mientras que los argentinosque viajaron al exterior consumieron divisas por u$s 8707 millones (un“derroche” de dólares que hoy faltan).

En contraste a estos rubros de la economía, en2013 el ingreso neto de divisas generado por los sectores “oleaginosos ycereales” y “otras actividades primarias” fue de u$s 28.191 millones versus u$s32.391 millones en 2012.

Por su lado, durante la presente campaña2013/14 los operadores prevén una cosecha local de soja que se ubicará en tornoa las 54,5 millones de toneladas, una cifra superior a la registrada en elciclo anterior cuando se produjeron 48,5 millones de toneladas.

“Para mí no está dicha la última palabra; todoslos días se suman informes decepcionantes de rindes en distintas zonas productivasdel país”, advirtió en el consultor privado Salvador Di Stefano.