Caso CBI

Apareció el socio de financista muerto y tembló la política cordobesa

Eduardo Rodrigo se presentó en tribunales. Su financiera habría manejado fondos de las principales fuerzas políticas.

El titular de lafinanciera Cordubensis (CBI), Eduardo Rodrigo, se presentó esta mañana enTribunales, sobre el límite legal antes de ser declarado prófugo por laJusticia, para declarar frente al juez federal Ricardo Bustos Fierro.

Rodrigo no quisoresponder preguntas de los muchos periodistas que lo aguardaban en lasescalinatas del edificio ubicado en el Parque Sarmiento. En cambio, leyó uncomunicado. En él, sostuvo que había desaparecido el mismo día en que apareciómuerto su socio Jorge Suau “por miedo” y recordó su compromiso de que “volveríalo antes posible o cuando la Justicia me lo ordenace”.

“Tengo mucho miedopor mi vida. Jorge era un buen ser humano y un buen compañero. Sigo pensandoque lo han matado”, advirtió.

Jorge Suau fuehallado muerto en su camioneta Toyota Hilux en el Camino a San Antonio el 13 defebrero, un día después de ser visto por última vez por sus familiares. Elcadáver del financista fue hallado semiquemado y según la autopsia de la causade la muerte fue la inhalación de monóxido de carbono o de nafta. La hipótesisdel suicidio es la más firme, según se desprende de una carta que dejó antes dedesaparecer y porque en su computadora se halló en el Historial de Google unabúsqueda sobre “formas de suicidarse”.

La financiera CBI atravesabauna grave crisis y muchos de los ahorristas denunciaban dificultades pararecuperar sus inversiones.

La crisis de CBI y lamuerte de Suau provocaron un tembladeral político en Córdoba que afecta, hastaahora, al peronismo, al radicalismo y al kirchnerismo.

Se investiga si CBIhabría funcionado como una “cueva” en la que empresarios y políticos hacíandepósitos “en negro”.

Suau dejó a laJusticia una carta con muchos detalles sobre sus vínculos con empresarios ypolíticos. Trascendió sólo parcialmente porque el fiscal Enrique Senestrari noquiere dar a conocer los nombres que allí figuran para investigar a lospresuntos implicados.

El primer salpicadopor el escándalo fue el gobierno provincial delasotista, ya que Suau había sidosecretario de Culto en el primer mandato de De la Sota (1999) cuando elministerio de Gobierno estuvo a cargo de Oscar González, ex jefe de Gabinete yactual presidente provisorio de la Legislatura (tercera autoridad política dela Provincia). Además, el presidente del Banco de Córdoba, Fabián Maidana, fueuno de los fundadores de Cash SA, la antecesora de CBI, junto con Suau. Ambosfuncionarios aseguraron haber abandonado sus relaciones personales, políticas ycomerciales con Suau hace tiempo.

Las esquirlas afectantambién al radicalismo, porque hay un vínculo contractual entre la empresa RedBus, concesionaria del sistema prepago de transporte urbano de la ciudad deCórdoba, y CBI. La financiera tenía a cargo la logística de la recaudación deldinero por la carga de tarjetas por los usuarios del transporte. Se investigasi CBI usaba el dinero para monetizar cheques y luego depositar esos documentosen la cuenta de la Municipalidad, lo que le permitiría operar dinero conventajas financieras.

El secretario deTransporte de la Municipalidad, Juan Pablo Díaz Cardeilhac, el funcionariomestrista señalado, negó que el Palacio 6 de Julio participe de una operatoriaasí, también rechazó haber cobrado coimas, y recordó que al contrato con CBI loaprobó el exintendente kirchnerista Daniel Giacomino.

La pelota cayó así enel campo K. Giacomino reconoció que tiene una caja de seguridad en lafinanciera Bacar-Blinbox, cuyo dueño, Juan Carlos Barrera fue socio de Suau enCash SA, y ante la polémica porque algunas otras cajas aparecían formalmentecomo “vacías” y en realidad tenían valores, el kirchnerista afirmó que élsiempre tuvo en blanco sus depósitos por la venta de una casa.

Tanto el gobernadorJosé Manuel de la Sota como el intendente Ramón Mestre han ratificado suconfianza en los funcionarios afectados. Luis Juez, por su parte, saca ventajapolítica denunciando a todos.