Córdoba

Juez ataca a Mestre para volver a la intendencia y complica a Binner

El senador le metió tensión a la alianza de Binner y el radicalismo, al reclamar una “Conadep de la corrupción” para la UCR de Córdoba.

En apenas dos meses Luis Juez pasó de mostrarse receptivo auna alianza con el radicalismo cordobés, enviando incluso sus negociadores aentrevistarse con dirigentes de la segunda línea del mestrismo, a romper lanzasacusando de corrupción a la gestión municipal de la capital provincial.

El sábado pasado, en Córdoba, durante una reunión dedirigentes del FAP encabezados por el presidenciable socialista Hermes Binner,Juez enfrentó a los periodistas que lo aguardaban afuera del salón de laUniversidad Nacional de Córdoba con esperanzas de recoger un título fuerte. Elsenador nacional les dio el gusto: dijo que si el radical Ernesto Sanz pretendecrear una “Conadep de la corrupción” debía empezar por el radicalismo deCórdoba. Con esas palabras, prácticamente todos dieron por sellada la suerte deuna alianza electoral entre el Frente Cívico y la Unión Cívica Radical en laprovincia. Incluso, ensució su relación con el FAP a nivel nacional, ya queSanz lo criticó muy duro y el senador tucumano José Cano lo acusó de serfuncional al kirchnerismo. Binner calló, pero seguramente razona que no puedeprescindir de los radicales por ligarse a Juez.

En Córdoba, la alianza entre juecistas y radicales es lavieja esperanza de los primeros y la eterna duda de los segundos, además deltemor de los justicialistas, que podrían perder el gobierno provincial queconservan desde 1999 frente a la suma de las dos principales fuerzasopositoras.

Las razones del giro

Juez dejó de ser un actor de reparto de la políticacordobesa para convertirse en un protagonista en el bienio 2002/2003, cuandoenfrentó al gobernador José Manuel de la Sota con un marcado discurso decombate a la corrupción, a tono con la época, y con ello hasta ganó laIntendencia de Córdoba.

En 2007 no le alcanzó por muy poco para ganar laGobernación, y luego se debilitó el enclave corrupción-honestidad, lo cual loperjudicó como opción electoral. En 2011, los triunfos de De la Sota en laProvincia (venciéndolo a él con la astucia de no enfrentarlo por losmicrófonos, arma de duelo político donde Juez es casi imbatible) y de RamónMestre en la Capital, lo desorientaron. Se recuperó el bipartidismo, si bien elalto voto de la izquierda y la dispersión en otras fuerzas sugirieron laexistencia de muchos electores con ganas de protestar contra la clase política(caldo de cultivo natural del juecismo).

A comienzos de este año (y aún desde la crisis policial dediciembre) estalló en la provincia de Córdoba una crisis por la muerte dudosade un financista que manejaría una cueva de dinero, escándalo que impacta tantoen la dirigencia y el funcionariado peronista y radical. Además, Mestre lanzóuna reforma del sistema de transporte en la Capital que ha cosechado fuertescríticas de los usuarios, y que para colmo es capitaneada por uno de losfuncionarios complicados en el caso de la financiera CBI.

Con todo ello, vuelve en Córdoba a hablarse de corrupción,y eso es oxígeno para Juez. Siente que otra vez tiene de qué hablar y se lanzaentonces al juego que mejor le sale: el de las denuncias, independientemente delo que suceda luego en los Tribunales.

¿Candidato agobernador o a intendente?

Desde 2003 hasta hoy Juez nunca supo cómo construir en elinterior provincial, pero en Capital, cuando él fue candidato, siempre ganó (en2011 sacó en Capital para gobernador más que De la Sota (37,8 % a 33,6 %) eincluso que Mestre para intendente: 35,6 %). Además, huele problemas en lagestión Mestre y observa que el delasotismo se encamina al agotamiento sin unarenovación capitalina (la figura más fresca es el intendente de San Francisco,Martín Llaryora).

Así, aunque públicamente diga que espera que los cordobesesle den una tercera oportunidad para pelear por la Gobernación, le estaríaprestando más atención a la Intendencia de Córdoba, donde el voto está muydisperso (para diputados nacionales ganó el año pasado Diego Mestre con el 20%). Ya lo confesó en reuniones de “mesa chica”, y los más atentos observadoresde la política territorial afirman que hay una clara acción capitalina dentrodel juecismo.

En el cálculo juecista aparece el siguiente razonamiento:

Opción 1): A Mestre le va bien como intendente y entoncesse larga a la Gobernación, dejando un profundo hueco en la UCR capitalina, queno tiene un buen reemplazo.

Opción 2) A Mestre le va mal como intendente y entonces élpuede competirle con muchas posibilidades de vencerlo.

De cualquier manera, su futuro está influido por la suerteradical, pero su estrategia es independiente de la UCR.

Juez abandonó la llave radical y parece orientarse en otradirección, en busca de votos aliados que puedan resultarles decisivos. En esesentido, cuando puede elogia a la peronista disidente (exesposa de De la Sota yprimer blanco de las denuncias de Juez en 2002) Olga Riutort, dueña de cercadel 10 % de los votos capitalinos. Riutort, además, tiene buenas relaciones conel kirchnerismo, al que de vez en cuando se alía. Y Juez, a veces, sorprendecon elogios a la Presidente.

El senador del Frente Cívico presume, entonces, que elescenario político y social cordobés, vuelve a ofrecerle posibilidades, y selanza a la arena con su estilo habitual de fuertes denuncias.