La represión en Venezuela divide a Unen

Mientras que el partido de Carrió presentó un proyecto para pedir la intervención del Mercosur, Pino apoyó a Maduro.

El 12 de marzo de 2013, cuando Elisa Carrió y Fernando Solanas presentaron su entonces naciente alianza que desembocaría en el armado del frente Unen, “Lilita” remarcó arriba del escenario que sus principales diferencias con el cineasta se daban en el terreno de la política exterior, en alusión directa a la admiración de Pino por el venezolano Hugo Chávez.

Menos de un año después, esas diferencias se volvieron palpables a raíz de los hechos de violencia que está viviendo Venezuela. Mientras el Gobierno nacional apoyó al gobierno de Nicolás Maduro por su represión contra estudiantes y dirigentes de la oposición, el frente Unen se partió a la hora de definir una postura sobre el conflicto.

Esta semana, la mano derecha de Carrió en el bloque de de diputados de la Coalición Cívica, Fernando Sánchez, presentó junto a otra dirigente del partido, Mariana Zuvic, un proyecto en el Congreso para reclamarle al Gobierno Nacional que convoque de urgencia al Mercosur y a la Unasur “para evaluar la grave violación de los principios democráticos y republicanos que han sido denunciadas por la oposición al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela”.

“Independientemente de que los gobiernos de turno puedan tener buenas relaciones, bajo ningún punto de vista el gobierno argentino puede llamarse a silencio ante semejantes violaciones de los derechos esenciales, como lo es el derecho de peticionar ante las autoridades en paz y la libertad de expresión, sin ser amedrentado con medidas persecutorias y represivas”, añadieron Zuvik y Sánchez.

“Resulta indudable que la conflictividad social en la República Bolivariana de Venezuela ha ido creciendo y ha alcanzado niveles preocupantes, producto de serios reclamos sociales vinculados principalmente con la inseguridad, la inflación y la falta de insumos básicos”, sostuvieron los dirigentes del partido de Carrió.

El sector de Lilita fue el único del frente Unen que salió a repudiar a Maduro. Muy lejos de eso, Pino Solanas envió esta noche un comunicado pidiendo que la oposición “se mantenga en un irrestricto respeto a la institucionalidad y la legitimidad del gobierno elegido democráticamente”.

“Bregamos por el pronto reestablecimiento de la paz interior y un inmediato cese de la violencia por parte de cualquier sector, llamando a la oposición a que se mantenga en un irrestricto respeto a la institucionalidad y la legitimidad del gobierno elegido democráticamente, a éste a que extreme los recaudos para impedir que se vuelvan a producir actos de violencia e incitaciones a la misma, y a la justicia para que esclarezca sin dilación alguna los hechos luctuosos y se condene a sus responsables”, asegura el comunicado de Pino.

“Por último, y respetando los principios de autodeterminación de los pueblos y no injerencia en los asuntos internos de sus países, apelamos a que los organismos regionales Unasur, Celac y Mercosur, hagan un seguimiento activo de la evolución de los acontecimientos en Venezuela, en resguardo de la pluralidad democrática, la tolerancia y la paz interior”, finaliza la misiva del líder de Proyecto Sur.

El resto de Unen mantuvo el silencio respecto de los hechos de violencia en Venezuela o eligieron el atajo de pronunciarse en sordina. Es lo que hizo hasta ahora Libres del Sur, que se limitó a publicar un comunicado apoyando a Maduro en su página web firmado por el "responsable de relaciones internacionales" de la agrupación, ante el notable bajo perfil de sus dos cabezas visibles, Victoria Donda y Humberto Tumini, que nunca ocultaron, como Pino, su admiración por el chavismo.

Tumini, incluso, fue uno de los organizadores de la llamada “contracumbre” que Chávez encabezó en Mar del Plata en 2005, en el mismo momento en el que Néstor Kirchner se tenía que ver la cara con el norteamericano George Bush en la Cumbre de las Américas.