Las paritarias

Cristina habla en la Rosada y se niega a negociar con Moyano y Barrionuevo

La presidenta convocó a militancia a las 19. Hablaría del conflicto salarial, pero sin nombrar a la nueva CGT.

Cristina Kirchner volverá al atril mañana a las 19 en la Casa Rosada, con un discurso que haría alusión al inicio de discusiones paritarias, según confirmaron a LPO funcionarios convocados al acto.

La presidenta habló hace quince días tras cuarenta y tres sin mencionar palabra alguna. Fue justo un día antes del comienzo de la devaluación que dejó al dólar a 8 pesos, provocó un salto brusco en los precios y recalentó aún más la negociación salarial.

En la Casa Rosada la expectativa es llegar a un acuerdo en la paritaria nacional docente para marzo y dejarlo como antecedente para el resto de las negociaciones.

El año pasado esa discusión fue cerrada por decreto con un 18% de aumento y dejó el conflicto en manos de los gobernadores, que luego debieron discutir con sus maestros.

Ahora, Cristina estaría dispuesta a darle un cierre, si es necesario, con aumentos escalonados que la ayuden a estirar el tiempo. De hecho, tomaría una propuesta que lanzaron sindicatos bonaerenses.

Es en este clima de creciente tensión sindical que Cristina decidió ignorar el desafío que plantea a su Gobierno la unión de las CGT que gestionan Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, que debutó en Mar del Plata con la adhesión de 105 gremios, entre ellos colectiveros y maquinistas de trenes y que todo indica podría ampliarse.

El 19 de febrero, Moyano y Barrionuevo tendrán un gran encuentro en la sede de la CGT de la calle Azopardo donde podrían amenazar con medidas de fuerza. No son pocos los que ven en marzo con el inicio de las paritarias un verdadero dead line para el Gobierno.

Fiel a su estilo, Cristina decidió subestimar a los gremios poderosos y parece dispuesta a escalar el conflicto. “Que la gente elija entre ellos y nosotros”, desafían en los sectores más duros del kirchnerismo.

De hecho, Cristina se niega a devolver los miles de millones que tiene pisado de fondos de las obras sociales y mandó al ultrakirchnerista Hugo Yasky de la CTA oficialista, a promover los proyectos de libertad sindical en el Congreso, que pegan abajo de la línea de flotación en el modelo de un sindicato por rama que hizo fuerte al sindicalismo peronista.

No es el único conflicto que avizoran para marzo en el Gobierno: la Presidenta ya bajó la orden de profundizar la guerra contra el campo y obligar a la oposición a tomar postura.

“Acá nada cambió, la idea es atrincherarse en lo propio. Y a esta altura difícil que algo la haga cambiar”, simplificó ante LPO un funcionario convocado para mañana.