Malvinas Argentinas

La durísima interna de los ambientalistas detrás del bloqueo a Monsanto

Los líderes del acampe, Oscar Di Vicensi y Sofía Gatica, se acusan de haber malversado fondos aportados por Manu Chao. Los detalles de la pelea.

La semana pasada el bloqueo que están llevando a cabo un grupo de ambientalistas frente a la planta de Monsanto en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas fue noticia nuevamente dado que se cumplieron cuatro meses ininterrumpidos del inicio del acampe.

Pero lo cierto es que en todo este tiempo de conflictos permanentes poco se habló de las durísimas internas que hay entre los líderes que encabezan las protestas contra la instalación de una planta procesadora de semillas por parte de la empresa multinacional.

En este sentido, La Política Online accedió a la grabación de una conversación telefónica en la que puede escucharse cómo Oscar Di Vicensi habla de “manejos espurios” por parte de Sofía Gatica, una de las referentes de la asamblea proveniente del ala dura de los ambientalistas.

En rigor, el audio en el que Di Vicensi conversa con el ambientalista Diego Sercovich, se hace referencia a que Gatica tiene problemas de protagonismo y a que utilizó para cuestiones personales dinero donado por el artista francés Manu Chao, que a principios de diciembre visitó el acampe en Malvinas Argentinas.

El dato no es menor: Di Vicensi y Gatica fueron los ideólogos y mayores impulsores en conjunto de los bloqueos contra la compañía en el marco del slogan “Primavera sin Monsanto” que decidieron difundir a nivel nacional a partir del pasado mes de septiembre.

La cuestión es que, al parecer, la relación entre Di Vicensi y Gatica marchaba relativamente bien hasta que empezaron a aparecer aportes económicos e intereses políticos contrapuestos que ahora amenazan con dividir al resto de los ambientalistas que responden a ambos líderes.

En este marco, según pudo saber LPO, las primeras señales de ruptura se dieron cuando a Di Vicensi se le ocurrió presentar un proyecto para apropiarse del predio de Monsanto y construir un banco de semillas orgánicas que sería administrado por los propios ambientalistas.

Al principio Gatica dio el visto bueno para llevar a cabo el plan. Pero luego de consultarlo con el resto de los miembros de su agrupación (Madres de Ituzaingó) dio marcha atrás y decidió, no solamente exponer el conflicto en las redes sociales, sino también acusar duramente a Di Vicensi.

Así las cosas, en su perfil oficial de Facebook, y sin mencionarlo directamente, Gatica habló de “intereses particulares y egoísmos” en la asamblea antiMonsanto (aunque luego la conversación fue eliminada en un intento de no dejar trascender la interna a los medios).

Pero la guerra no terminó ahí. Luego de escuchar el audio de Di Vicensi, la líder de Madres de Ituzaingó se despachó duramente: “Monsanto no podrá aunque pague topos. Invito a todos a que vengan a mi casa o revisen mis cuentas para que vean que están todas en rojo”, comentó Gatica en Facebook.

Como si fuera poco, y según consta en las conversaciones online, Di Vicensi salió al cruce de las acusaciones de Gatica: “Hay olfas que se dedican a descalificarnos que son nada más que simples parlanchines en redes sociales a los que no veo poner el lomo ni jugarse”, disparó.

En este contexto, directivos de Monsanto esperan que finalice la feria judicial para poder obtener un permiso de manera tal de continuar con las obras que momentáneamente están paralizadas producto del fallo de comienzos de enero de la Cámara del Trabajo que hizo lugar al amparo de ambientalistas.

Asimismo, en el sector temen que el conflicto con los ambientalistas se repita para la empresa Syngenta, que tiene previsto instalar a fines de este año o principios de 2015 una planta de producción de maíz y girasol en el paraje Las Marías en la provincia de Córdoba.

En este caso, los directivos de la compañía europea optaron por tener un excesivo bajo perfil para evitar que el tema llegue a los medios e inclusive ni siquiera se manifestaron respecto al bloqueo a Monsanto (lo que fue interpretado para algunos como una falta de solidaridad).