Devaluación

Las teorías conspirativas del Gobierno para justificar la devaluación

Medios oficialistas hablan de una maniobra de Aranguren vía el Banco Francés, City y HSBC. El misterio de Fábrega.

El Gobierno volvió a echar mano a teorías conspirativas para justificar la suba récord del dólar oficial, que hoy cerró a 7,75, instrumentando una fuertísima devaluación del peso del 12% en las últimas 48 horas, que fue noticia mundial.

A través de medios afines, el Gobierno responsabilizó al titular de Shell, Juan José Aranguren, de empujar la devaluación a través de una compra compulsiva de dólares minutos antes del cierre de la jornada.

La versión, publicada por Infonews, Minutouno y Ámbito Financiero, daba cuenta de una compra de 6 millones a una cotización de 7,14 a través de los Bancos HSBC y Citi, que habrían permitido elevar el precio del billete a 8.7. La jornada terminó a 7.75.

Para cerrar la teoría conspirativa, el portal Infonews señaló que el HSBC, el Francés y el Citi eran parte de una estrategia articulada por la agencia Nueva Comunicación, supuestamente vinculada a Sergio Massa.

La versión es poco creíble ya que esa agencia tiene clientes muy cercanos al Gobierno como el propio jefe de Gabinete Jorge Capitanich y el zar del juego kirchnerista Cristóbal López. Además, en la última campaña lejos de trabajar para el líder del Frente Renovador, Nueva Comunicación colaboró con Martín Insaurralde.

En la maraña de búsqueda de culpables -externos- que lanzó el gobierno para despegarse de la brusca devaluación tantas veces negada por Cristina Kirchner, los voceros kirchneristas afirmaron que el "golpe de mercado" -con esa terminología alfonsinista se refieren a la escalada del dólar- se había gestado días atrás en una reunión secreta en la casa de Punta del Este del titular del Banco Macro, Jorge Brito.

Incluso llegaron a intentar involucrar a Daniel Scioli en la supuesta conspiración, afirmando que participaron de ese encuentro los funcionarios del Grupo Bapro, Gustavo Marangoni y Santiago Montoya. Para darle alguna ancla en la realidad a esa teoría, los kirchneristas difundían esta noche que fue el Bapro el que fijó valor del dólar más alto en la jornada de hoy, vendiéndolo en el pico de la rueda a 8,60.

Lo cierto es que en el mercado se burlaban esta noche de estas teorías calificándolas directamente de "disparates" y evaluaban que el Gobierno buscó despegarse del enorme costo social de la devaluación que instrumentó -y que tantas veces la Presidenta prometió jamás realizar-, atribuyéndola a una nebulosa "conspiración".

Los puntos flacos de la mirada conspirativa

La defensa oficial olvida un elemento clave: El mercado oficial de cambios opera con el control del Banco Central, o sea, del funcionario kirchnerista Juan Carlos Fábrega.

Lo que se conoce como Mercado Unico y Libre de Cambios de la Argentina, espacio en el que transita el "dólar oficial", es a esta altura cualquier cosa menos libre y está desde distintos lugares sometido a la intervención del propio gobierno.

En este mercado la compra y venta de divisas está reservada en la punta compradora a los importadores autorizados por la Secretaría de Comercio Interior  a través de las DJAI y a quienes viajen al exterior y hayan sido habilitados para hacerse de divisas, especie esta última casi extinguida. En la punta vendedora se ubican los exportadores, principalmente las cerealeras. 

En ese acotado corralito que el Gobierno regula vía autorización o no de DJAIs, el Banco Central también interviene vendiendo reservas o comprando dólares y de esa manera regula el valor de la divisa, en lo que se conoce como flotación sucia.

Para bajar la cotización, el Central debe echar mano a las reservas, tarea que venía haciendo a diario y por razones que nadie conoce, ayer y hoy dejó de hacerlo y permitió así que operara más libremente el mercado y el dólar se disparó cristalizando la devaluación mas alta del peso del 2002 a la fecha.

Unas de las versiones en el mercado es que Guillermo Moreno para vengarse antes de irse, liberó mas permisos de importaciones de lo previsto y ante la política de devaluaciones progresivas que venía instrumentando Axel Kicillof, el incentivo era claro: Liquidar ya todas las importaciones ante la perspectiva que el dólar mañana será mas caro.

De hecho, si hay algo que reveló esta crisis es el fracaso estruendoso de la política de crawling peg o devaluaciones progresivas de Kicillof.

En la otra punta se estima que Fábrega dejo flotar el dólar oficial para que encuentre sólo un punto de equilibrio que libere al Central de la carga de seguir quemando reservas -cada vez más escasas- para contenerlo. Y además, ofrecer con un tipo de cambio más alto, incentivos a los exportadores para que liquiden. No hay otro incentivo que un dólar más caro.

Los vaivenes de la jornada debilitaron a Kicillof, quien apareció al margen de la decisión de dejar flora el dólar oficial y tuvo que correr en persona al Banco Central sobre el cierre de la jornada para reunirse con Fábrega y el directorio de la entidad y forzar una intervención que bajara la divisa por debajo de los 8 pesos. 

Luego, el ministro difundió una agenda para mostrarse desinteresado en el tema, que incluía una reunión con Jorge Capitanich en el Salón Belgrano del Palacio de Hacienda, pero sobre la implementación del plan Progresar. Nadie duda que el tema fue el dólar.

Fue tanta la locura y las decisiones cruzadas del Gobierno en el medio de la escalada del dólar oficial,  que una jueza y un inspector de la AFIP se presentaron en la Bolsa de Comercio con la supuesta intención de buscar "cuevas" que vendan el dólar blue, que para ese entonces ya estaba superando los 13 pesos. Nunca informaron si las encontraron.