Mar del Plata

Barrionuevo y Moyano unificaron sus centrales y macaron límites a Scioli y Massa

Juntaron a 100 gremios y en un mes se ven en la CGT. Atacaron a Cristina, pero también a los ausentes.

Hugo Moyano y Luis Barrionuevo reunieron a sus centrales obreras hoy en Mar del Plata, donde reclamaron paritarias libres y le pegaron a Daniel Scioli y Sergio Massa por negarse a asistir.

"Si no tienen huevos que no vengan", simplificó Barrionuevo, luego del asado que lideró en el Hotel Sasso, propiedad del gremio de gastronómicos.

Antes había participado de un plenario con los sindicatos de su CGT Azul y Blanca, los de Hugo Moyano, Roberto Fernández, de la UTA; y Omar Maturano, de la Fraternidad, el gremio de los maquinistas.

Entre los moyanistas se destacó la presencia de Guillermo Pereyra, del sindicato de petroleros, quien representa nada menos que a los trabajadores de Río Negro y Neuquén, donde está el prometedor yacimiento de Vaca Muerta.

Se trata de las figuras que más atemoriza al Gobierno. Tanto, que Kicillof y Zannini lo recibieron la semana pasada para pedirle que por favor no tomara medidas de fuerza.

“Éramos un total de 105 gremios que nos volveremos a reunir en menos de un mes en la sede de la CGT de calle Azopardo”, confirmó a LPO Carlos Acuña, líder de la federación de empleados de estaciones de servicio, uno de los sindicatos más fuerte que tiene Barrionuevo.

El edificio de la CGT todavía está en poder de Moyano, luego de que sus detractores prefirieran conformar una central paralela en vez de intentar torcerlo en un plenario.

Maturano y Fernández fueron los únicos de ese grupo que estuvieron en Mar del Plata. Pegaron el faltazo Antonio Caló (metalúrgicos), Omar Viviani (taxistas), Armando Cavallieri (Comercio), José Luis Lingieri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez (UPCN), Smata y Luz y Fuerza, entre otros.

El camionero fue el que más atacó a Cristina: “Este gobierno se duplicó la pobreza y la falta de trabajo porque no han sabido gobernar. Para ellos parece que la patria se formó recién en el 2003", disparó quien fuera un firme aliado de la casa rosada entre 2005 y 2010.

"Tenemos que volver al peronismo porque cuando vemos a alguien durmiendo en la calle, no nos debe dar lástima sino vergüenza. Eso está pasando", reclamó.

Los ausentes más criticados no fueron los sindicalistas que visitan la Casa Rosada, sino Daniel Scioli y Sergio Massa, invitados a exponer sus proyectos de Gobierno.

Ambos prefirieron una foto con Barrionuevo el viernes, en la inauguración del casino del Hotel Sasso, habilitado por el gobernador.

“Sólo puedo decir que a los tibios los vomita Dios”, disparó Acuña, en diálogo con LPO.

Fernández, de la UTA, no ocultó su furia. “Los 4 millones de votos que tiene Massa son de los trabajadores. Queremos saber cuál es su proyecto, porque siendo diputado dos años va a tener que remar bastante”, le dijo a LPO.

Con Scioli fue más duro: “Tiene que definir si es dirigente o dirigido. No puede haber un gobernador para ser oportunista. Tenemos grandes problemas como la inseguridad y se dedica a la farándula”, lo acusó.

Otro de los presentes que celebró la unificación sindical fue Gerónimo “Momo” Venegas, de UATRE: "Estamos intentando hacer la unidad del movimiento obrero a nivel nacional. La reunión es el puntapié inicial de la unidad. La CGT, así como está, no le sirve a nadie", advirtió.

Paritarias libres y aumento jubilatorio

Antes del plenario Moyano, Barrionuevo, Fernández y Maturano consensuaron un documento con reclamos al Gobierno y mensajes a los candidatos presidenciales.

El texto fue rubricado con el sello de la CGT y fue encabezado por la frase “Este país lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie", de Juan Domingo Perón.

Echaron por tierra cualquier posibilidad de alentar la conflictividad social:  "En esta demanda es de vital importancia nuestro compromiso de preservar la paz social y el respeto a los mandatos populares en todas las instituciones democráticas", señalaron. 

Los principales pedidos fueron paritarias libres, equiparación de la jubilación mínima al salario mínimo, eliminación del impuesto a las ganancias y devolución de los fondos retenidos a las obras sociales.

El texto atacó sin distinciones a toda la dirigencia por “los últimos acontecimientos que pasaron en el país”, en alusión a la crisis policial y los cortes de luz, además de los desbarajustes económicos.

“Asistimos a una manifiesta incapacidad en la gestión para la solución de los problema”, sostuvieron.

“La segunda comprobación es la escasa claridad de los dirigentes políticos, quienes, en la necesaria estructura partidaria, han desdibujado esos espacios donde deberían articular las demandas de la sociedad y brindarles respuestas”.

“Los dirigentes gremiales somos conscientes que la crisis de representatividad y credibilidad que afecta a muchas organizaciones tiene, entre sus causas principales, la ausencia de un verdadero compromiso con los trabajadores, de un sentimiento que inspire el comportamiento personal y colectivo”.

“En la generalización del doble discurso y de la mentira como forma de actuar, o en la contradicción permanente entre lo que se dice y lo que se hace, se van agrandando las dudas sobre el futuro”.

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