Mendoza

El ascenso de Celina, detrás de los cambios de gabinete de Paco Pérez

Célina Sánchez es la pareja del Gobernador. Se puso la gestión social al hombro y días atrás logró que un ex cura amigo suyo sea el nuevo ministro del área. Carismática y respetada, ya despierta recelos en la estructura del PJ.

Celina Sánchez acaparó la mirada de los medios mendocinos ytambién del PJ local tras imponer en el Gobierno de Mendoza nada menos que alministro de Desarrollo Social. Se trata de la pareja de Paco Pérez, contadora,administradora de empresas, de 39 años, y encargada de la crianza de los dospequeños hijos del mandatario.

Pero además de cumplir su rol de primera dama, de jefa delhogar y de contención para sus pequeños, Celina se ha metido de lleno en lagestión, sin cargo, pero con una influencia inédita en Mendoza para la mujer deun gobernador.

Su creciente influencia quedó expuesta días atrás, luego dela sorpresiva designación del ex cura católico Cristian Bassin como ministro deDesarrollo Social. Su eficaz promotora fue Celina que completó así un proceso iniciadocuando Paco asumió la Gobernación en diciembre del 2011: En aquel momentoCelina se puso como meta mejorar la vida de cientos de familias que vivían dela basura que se acumulaba todos los días en El Pozo, un basurero gigante enGodoy Cruz.

Y no le fue mal ante esa deuda histórico: Tras intensostrabajos, El Pozo cambió su fisonomía y sobre todo la realidad de cientos demendocinos. Hoy, hasta los más críticos, destacan el trabajo realizado, inclusoen coordinación con el intendente radical Alfredo Cornejo.

Ahora, con la designación de Bassin como ministro del áreasocial, quedó claro que no era sólo un capricho de Celina atender a la gente deEl Pozo. La cuestión va más allá, y aún desde las sombras, digita la políticasocial del Gobierno a la par, o quizás más aún, que el propio gobernador.

Pero quién es Celina, de dónde viene, cómo logró arrebatarleun área clave para los pesos pesados del partido a nivel local.

Celina Sánchez es mendocina, tiene 39 años, es contadora yadministradora de empresas la pareja de Paco Pérez desde hace 10 años. Seconocieron siendo vecinos, y al poco tiempo se fueron a vivir juntos. Prolija,cumple con el manual y niega aspiraciones políticas. Cuando le insisten, selimita a contestar que sólo “acompaña a Francisco” y que le marca los “erroresy las cuestiones que se pueden resolver fácilmente”.

Una primera dama distinta

Morocha, alta, de pelo ondulado, delgada, de ojos grandes,llamó la atención de los medios apenas Pérez fue electo gobernador. Era lógico,atractiva y simpática rompió con el molde de primera dama mendocina, siempreseñoras mayores, de perfil poco menos que inexistente. (Quizás la excepción fuela esposa de José Bordón, Mónica González Gaviola, académica con peso propioantes de que su marido fuera electo gobernador en 1987).

No está casada con Paco. Conviven desde hace 10 años, ytiene dos niños pequeños, Francisco e Isabel. En la vendimia pasada, en marzo,en medio del fragor de la fiesta popular, el gobernador anunció que se casaríacon Celina, “en una ceremonia íntima, familiar”, en busca según dijo, “de latranquilidad espiritual”. Pero aún no ocurrió.

A mediados de este año, cuando el peronismo buscaba armaruna lista competitiva que pudiera hacerle frente a Julio Cobos, se mencionócomo posibilidad llevar a Celina en segundo término como candidata a diputadanacional. Ya se conocía el trabajo en El Pozo, y los primeros resultados(centro de salud, escuela, transporte público, barrios sociales en las cercanías,contención en general), comenzaban a verse. De ahí que alguien cercano algobernador tiró el nombre de su mujer “para ver la reacción del partido y de laciudadanía”.

Duró poco la intentona, que fue desmentida con una pocofeliz frase de Pérez: “Celina ya tiene mucho trabajo con nuestros hijos”, comosi eso le impidiera hacer otras cosas, que de hecho hace. De todas maneras, almenos públicamente, la mujer nunca ha jugado un rol ambiguo respecto a laposibilidad de competir por un cargo electivo. “Aprendí a respetar a la política,pero soy una técnica, puedo ayudar desde otro lado, no me nace hacer política”,dijo alguna vez justamente sobre si le gustaría postularse.

Por lo pronto, Celina está en boca de todos, al punto que suinfluencia despertó recelos en algunos sectores del PJ. Es que Paco, además deBassin, en los enroques entre funcionarios que hizo en tres etapas las últimassemanas, se rodeó de incondicionales, que impidieron el posicionamiento dereferentes de otros sectores, como el Azul de Juan Carlos Mazzón y LaCorriente, del vice Carlos Ciurca.

Acaso atento a esos resquemores, Pérezanunció queacompañarán al hombre de Celina undirigente de La Corriente y otro de La Cámpora. Se trata del camporista JuanManuel González como subsecretario de DDHH, y el ciurquista Osvaldo Pedroza enNiñez, Adolescencia y Familia.