Inflación

Kicillof rompió el silencio y decepcionó con un acuerdo de precios “voluntario”

El ministro de Economía abandonó semanas de mutismo para entregar su primer medida. Un acuerdo “voluntario” de precios que no mostró y que los supermercados chinos ya rechazaron. Contradictorio, dijo que dura un año, pero se irá revisando.

La cara de los funcionarios y supermercadistas que loacompañaban alcanzaba para graficar la inconsistencia del anuncio. El sopor deuna hora larga de discurso más filminas de Power Point para explicar una medidaarchiconocida, sobre todo por su escasa efectividad.

Lo más grave acaso es queKicillof rompió un largo silencio que ya estaba inquietando demasiado almercado, para “anunciar” una medida que en rigor no fue tal, ya que se reconocióque la prometida canasta todavía no está cerrada, al punto que el ministro nopudo precisar si tendrá 175 o 200 productos.

El acuerdo se supone entrará en vigencia apartir del primero de enero y regirá para todo el 2014, aunque en una de suscontradicciones más flagrantes, Kicillof anticipó que los precios acordadostendrán “revisiones” periódicas “a la suba o la baja”, atendiendo cuestiones “estacionaleso climáticas”.

Mientras desplegaba sus argumentos, lo miraba atento Augusto Costa, uno de sus funcionarios de mayor confianza y que como heredero de Guillermo Moreno tiene a su cargo la elaboración de la canasta. Actitud que contrastaba con la notable cara de fastidio de Jorge Capitanich y Ricardo Echegaray, entre otros funcionarios.

"No es un congelamiento ni un control deprecios: es un acuerdo voluntario", agregó en otro tramo que despertó escepticismoteniendo en cuenta el comportamiento histórico de los empresarios a la hora deregular sus precios a la baja de manera “voluntaria”, en medio de procesos dealta inflación como el que vive la Argentina.

Y en lo que pareció una crítica feroz a lo queen ese mismo momento estaba anunciado, Kicillof dijo que es sabido que losacuerdos de precios “siempre fracasaron”.

Buscó así presentar su iniciativa, que aparececomo un remix apenas maquillado de los mismo que hacía Guillermo Moreno sintanta alharaca expositiva, como un acuerdo de precios de segunda generación,basado en el consenso más que en la imposición del Estado.

"Presentamos hoy una canasta particularpara tomarla como referencia y poder dar cierta pauta y transparencia paratodos los consumidores, y alcanza a 175 o 200 productos", se esperanzó.

Voluntarismo económico que remite a aquellafamosa frase del ministro de Economía de la última fase del alfonsinismo,Carlos Pugliese, cuando afirmó que a los empresarios “les hablé con el corazóny me respondieron con el bolsillo”.

Yolanda Durán, presidente de la cámara de supermercadoschinos, fue la primera en responder con el bolsillo, al anticipar su rechazo alacuerdo. "Los precios que pidieron, para nosotros en algunos casosestán al tope y en otros, están por debajo de los costos. Hay unadisparidad de precios, por eso no vamos a participar", afirmó endeclaraciones a La Red.

"QueCapitanich y Kicillof lean de nuevo cómo viene a ser la clase popular delgobierno peronista. Guillermo Moreno era totalmente populista: sentaba a todosen la mesa y escuchaba a todos”, concluyó.