Salud

Desconcierto porque Cristina no habla y se fue a Santa Cruz

La presidenta le tomó juramento a los militares que fueron ascendidos, entre ellos el polémico jefe del ejército, César Milani. Fue la segunda aparición de la semana sin decir ninguna palabra. Mañana se va a Santa Cruz y vuelve en enero para irse a Venezuela.

Cristina Kirchner no volvió a hablar tras el discurso que dio el 10 diciembre, cuando luego no tuvo mejor idea que bailar en el escenario mientras se multiplicaban los saqueos en todo el país por la rebelión policial. 

Lo más llamativo es que esta semana participó de dos actos protocolares pero en ningún caso aprovechó la ocasión para plantar postura sobre los temas más calientes del país, como el corte de luz y la amenaza de saqueos. 

Esa tarea recayó, casi en forma monopólica, en Jorge Capitanich, quien cada mañana dedica un buen tiempo a responder consulta a los periodistas. Ni siquiera el contrapunto entre Capitanich y De Vido sobre la necesidad de cortes programados. 

Tal como publicó LPO, la semana pasada, tras su inoportuna aparición tocando el bombo el 10 de diciembre, Cristina armó las valijas para irse a Santa Cruz y no volver hasta 2014, en lo que era su primer viaje en avión luego de su operación. 

Ante la repercusión de ese dato, en la Casa Rosada promocionaron para el martes su participación en la ceremonia de ascenso de oficiales superiores de las fuerzas de seguridad. Entre los diplomas pero no dijo una sola palabra. 

Esa misma noche recibió a funcionarios de la Daia, acompañada por el canciller, Héctor Timerman, y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, en su despacho de la Casa de Gobierno, reunión de la que no trascendieron detalles. 

Ayer había anunciado su participación en una inauguración de oficinas del Ministerio de Justicia en Puerto Madero, pero luego desistió y prefirió anunciar, vía comunicado, audiencias privadas con Axel Kicillof y Martín Sabbatella, titular del Afsca. Ninguno de esos encuentros la motivó a hablar. 

Esta tarde encabezó la entrega de diplomas por los ascensos militares, donde todos los ojos estaban puestos en el jefe del ejército César Milani, acusado por delitos de lesa humanidad. 

Alcanzó con un apretón de manos para garantizarle su confianza. Como el martes, el acto de hoy sólo tuvo la voz de la locutora oficial. Cristina se mostró bien físicamente, pero se quedó callada. 

De inmediato se supo que volvería a Santa Cruz mañana para pasar la navidad, que recién se celebra el martes. Dejó montado un operativo para prevenir saqueos, al mando del secretario de Seguridad, Segrio Berni. 

Más curioso todavía es que, mientras prefiere no referirse a los temas nacionales, planea una nutrida agenda internacional para el verano: participará de la cumbre del Mercosur en Caracas y en febrero tendría una visita en Marruecos.