Economia

¿Rodrigazo o 2001?: Debaten los límites del ajuste económico

Entre los analistas advierten que el déficit está casi tan alto como antes de la crisis de la Convertibilidad. Pero también el atraso en las tarifas abre la puerta a un escenario como el del “Rodrigazo” de 1975, cuando aumentaron un 100%. La opinión de los economistas.

El deterioro progresivo de variables económicas como las reservas y el déficit, a lo que se sumaron los aumentos concedidos a los agentes de la policía-que ya empezaron a extenderse a otros gremios- llevaron a algunos economistas a comparar el panorama actual con el fatídico 2001, y con el brutal ajuste de 1975 del ministro de Economía de Isabel Perón Celestino Rodrigo, inmortalizado como “Rodrigazo”.

Hay algunos números que permiten inferir ciertas similitudes. El déficit fiscal se está agudizando y ya casi alcanza al que había antes del estallido de la Convertibilidad, que se financiaba con deuda externa. Los analistas estiman que sin el maquillaje del Banco Central y la Anses, llega al 5% del PBI.

Para el economista Hernán Lacunza, es la misma proporción que tienen los subsidios y las transferencias del BCRA al Tesoro sobre el producto.

Este vez, el financiamiento está cubriéndose con emisión monetaria y fondos provenientes de organismos descentralizados, como ya sucedió en otras etapas. En ese sentido, parecería que la economía está más cerca de repetir un “Rodrigazo” que un 2001: no está en un período recesivo ni mantiene las tasas exorbitantes de desocupación que había doce años atrás.

El Rodrigazo comenzó cuando el ministro de Economía Celestino Rodrigo hizo un brutal ajuste en el tipo de cambio y las tarifas, que venían atrasadas. Devaluó el peso un 160% frente al dólar comercial y un 100% frente al financiero, mientras los servicios públicos subían 100% y los combustibles 180%. Los salarios, mientras tanto, se restringían a alzas del 80%.

Como consecuencia de esto, la inflación se disparó y el gobierno tuvo que homologar subas salariales del 180%.

Los números recolectados en un trabajo del Estudio Bein muestran que aún no se llegó a ese límite. En 1975, el déficit primario era del 5,7% del producto y el financiero de 6,7%. La inflación al momento del anuncio era del 80% anual, las reservas ni siquiera alcanzaban para cubrir 2 meses de importaciones y la balanza comercial representaba un rojo de casi 3 puntos en el PBI.

“La situación actual se parece más a la década del 80’, justo antes del plan Austral, o en el momento donde este se desestabilizó”, comentó a LPO el economista Jorge Todesca. Así, el titular de la consultora Finsoport recordó los períodos que van del 83-85 y del 88-89, justo antes de que se desatara la hiperinflación.

“Había mucha emisión para cerrar la brecha”, comparó el ex funcionario.

Todesca consideró que el Rodrigazo fue producto de la ideología ultraliberal de Ricardo Zinn, el verdadero cerebro detrás del ajuste. La medida llevó a un frenazo de la actividad económica, que pasó de crecer 5,4% en 1974 a caer 0,6% en 1975, mientras la inflación se aceleraba al 777%.

Por su parte, Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Ecolatina, descartó que vaya a producirse un estallido económico como el de 2001, cuando el país entró en default. Principalmente porque los compromisos en moneda extranjera se redujeron notablemente, quedando gran parte de la deuda dentro del mismo sector público. “En ese entonces devaluar implicaba irse al default”, analizó Sigaut.

El analista de la consultora fundada por Roberto Lavagna acotó que los términos de intercambio siguen siendo históricamente muy favorables y eso le da un mayor margen de maniobra al gobierno.

Por ejemplo, para corregir el tipo de cambio para que ingresen más pesos por exportaciones y por ende vía retenciones, con lo que podría reducirse el déficit, sugirió el especialista. Sin que eso implique entrar en default, como sucedía en los 90’.

El factor salario

El aumento que consiguieron los policías, que van de un 40 hasta un 100 por ciento, complica las ya de por sí ajustadas arcas fiscales de las provincias, en un contexto de presión tributaria récord.

Los distritos dependerán de que el gobierno refinancie las deudas con la nación y tratarán de evitar que de convalidar sumas similares a otras ramas del sector público.

Sigaut Gravina, de Ecolatina, sostuvo que en los últimos años los salarios no quedaron retrasados, sino que le ganaron a la inflación, por lo que no hay presiones tan fuertes que vengan por este lado.

Todesca cree que los gremialistas no harán pedidos de porcentajes inviables, porque conocen la realidad de cada sector.

De todas formas, advirtió que las paritarias policiales “pueden imponer un piso más alto”, en las negociaciones futuras. Todesca se mostró preocupado por el impacto en las provincias, que aumentaron su planta de empleados públicos y en donde los sueldos se llevan el 60% de los gastos corrientes.