La Cámpora no pudo imponer a Slokar: Borinsky presidente de Casación

La Cámara Federal de Casación Penal eligió a Mariano Borinsky como el nuevo presidente. LPO anticipó que Julián Álvarez estaba presionando fuerte para que los camaristas elijan al kirchnerista Alejandro Slokar, pero había gran resistencia de los jueces no alineados con la Rosada.
La Cámara Federal de Casación Penal eligió a Mariano Hernán Borinsky como su nuevo presidente y le provocó una nueva derrota al secretario de Justicia de la Nación, el camporista Julián Álvarez, que intentaba imponer en ese cargo a Alejandro Slokar, integrante de la agrupación kirchnerista Justicia Legítima.

El Centro de Información Judicial confirmó que los camaristas eligieron a Borinsky como su presidente para el año 2014, en reemplazo de Gustavo Hornos. Además, Ana María Figueroa y Juan Carlos Gemignani ocuparán la vicepresidencia primera y segunda, respectivamente. De esta forma, el elegido del Gobierno tendrá lugar en la conducción de la Cámara.

Como anticipó LPO ayer, en la Casa Rosada estaban muy preocupados por conseguir el control de la Cámara, el segundo tribunal más importante del Poder Judicial. Por eso, Carlos Zannini le encargó a Álvarez y al ministro Julio Alak que presionaran para llegar a los cinco votos necesarios para el ascenso de Slokar, que tenía a su favor ser el vicepresidente primero de la Cámara y por tradición era el candidato natural.

Slokar fue, junto con Alejandra Gils Carbó, uno de los ideólogos de Justicia Legítima, la agrupación creada por el kirchnerismo como contrapartida de lo que en el Gobierno denominan “la corporación judicial”. Esa agrupación de jueces y fiscales tuvo una activa participación en la defensa del proyecto de reforma judicial, al punto de enfrentarse con sus colegas.

Durante la presidencia de Néstor Kirchner, Slokar fue secretario de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del Gobierno nacional. El juez, además, es un discípulo ideológico de Raúl Zaffaroni, de quien heredó su perfil “garantista”.

Pero el kirchnerismo sólo tenía tres votos seguros para imponerlo (el del propio Slokar y los de Ángela Ledesma y Pedro David) y apuntaba a doblegar a Luis María Cabral y Gustavo Hornos, dos acérrimos enemigos de la fallida reforma judicial, otro fracaso de Julián Álvarez.

Justamente fue el joven secretario de Justicia quien intentó sin éxito convencer a Cabral, que lo despachó con cortesía. La Cámara de Casación Penal no es un ámbito que el kirchnerismo pueda manejar con facilidad y en el último tiempo la hostilidad hacia la Casa Rosada fue en aumento debido a los reiterados intentos de intromisión.