Quién es David Martínez, el excéntrico multimillonario que compró Telecom

El magnate mexicano posee el 40% de Cablevisión y ahora compró el 22,7% de las acciones de Telecom Argentina por medio del fondo Fintech. El socio de Clarín, cercano al gobierno, también es un coleccionista de arte que vive en un lujoso piso de Manhattan.

Telecom Italia informó ayer que le venderá el 22,7% de sus acciones argentinas a Fintech, el fondo propiedad del misterioso Davir Martínez, un mexicano multimillonario especializado en operaciones financieras.

Martínez ya era conocido en el país porque en el 2006 se hizo con el 40% de Cablevisión, la distribuidora de cable de grupo Clarín y la principal generadora de ingresos del multimedios.

Pero lo que se sabe de este excéntrico personaje es poco y nada. Casi no existen fotos de él y sus apariciones públicas son sumamente esporádicas.

Martínez reapareció en escena el año pasado, cuando el juez federal Thomas Griesa le dio un duro revés a la Argentina en el litigio con los fondos buitre. Es que el magnate -que va camino a convertirse en un nuevo Carlos Slim, el empresario mexicano con la mayor fortuna del mundo- posee más U$S700 millones invertidos en títulos de deuda pública criolla y podría verse seriamente perjudicado si el país incurría en un default téncico.

En ese entonces, le concedió una entrevista al diario La Nación, en la que aseguró que "Griesa aplicó una táctica del terrorismo". En marzo, cuando el caso seguía sin levantar vuelo en los tribunales de Nueva York, Martínez jugó fuerte a favor de la Argentina con una dura columna que publicó el Financial Times, en donde acusó a los jueces estadounidenses de “poner en riesgo las finanzas globales”.

Las pocas personas que tuvieron contacto con él señalan que posee un departamento en un lujoso edificio de 55 pisos en donde también se ubican un hotel, un centro comercial, las oficinas de 1.700 empleados, los estudios de televisión de CNN y una sala de concierto de jazz.

Según The New York Times, Martínez se hizo con uno de los departamentos más caros de Nueva York, un dúplex por el que habría pagado en el 2003 nada menos que U$S42 millones: 4.000 metros cuadrados en una de las zonas más exclusivas de esa ciudad.

Con una impresionante vista al Central Park, instaló allí una colección de arte privada que incluye un magnífico cuadro de Jackson Pollock que le costó el récord de U$S142 millones.

Pero Martínez pasa la mayor parte de sus días en Londres, en donde Fintech también opera. Lejos de ostentar choferes o guardaespaldas, cultiva un riguroso perfil bajo y prefiere moverse en el transporte público.

En Fintech se dedicó a comprar empresas al borde de la quiebra que vuelve a poner en funcionamiento y despúes vuelve a vender a un precio mucho mayor. También se especializó en la compra de títulos de deuda de países con finanzas comprometidas, pero con altas chances de regularizar sus pagos, como pasó con la Argentina luego del default.

"He participado en casi todas las reestructuras de deuda soberana de los últimos 25 años", reconoció.

Eso fue lo que le permitió a Martínez, un hombre de pasado modesto, a generar su gigantesca fortuna.

Antes de iniciar la facultad, Martínez probó suerte como seminarista en Roma pero duró solamente 6 meses. Regresó a su ciudad natal, Monterrey, y se puso a estudiar Ingeniería en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores. Cuando concluyó, le pidió un préstamo al padre de un amigo para hacer una maestría en Harvard. Cuando vio que Monterrey no ofrecía oportunidades para él-las empresas le cerraban sus puertas-, se trasladó a Manhattan y con los 300 mil dólares que le pidió a su abuela formó Fintech en 1987. Menos de 6 meses después, ya estaba devolviendo las sumas, con los intereses incluidos.

Cada navidad, Martínez regresa a Monterrey para celebrar las fiestas con su madre y sus dos hermanas, a las que usualmente les gira sumas dinero. Por el contrario, cortó por completo sus vínculos con su hermano Martín, quien nunca ha visto un peso de la fortuna de David.

Los negocios de Fintech

En 1994, el mexicano compró directamente del gobierno argentino bonos de deuda con vencimientos a ocho y 37 años con un valor de 834 millones de dólares (MDD) sus acreedores, entre ellos Martínez, acordaron recibir sólo 28 centavos por cada dólar que habían prestado al país.

De esta manera, Martínez intercambió el resto de sus bonos cinco años más tarde. Al final, la deuda nominal de sus bonos pasó de 834 a 247 millones de dólares, pero igual había sabido sacar provecho de la situación.

Además Fintech participa en una suma no declarada en la empresa Autopistas del Sol, la cual está en proceso de reestructuración de su pasivo. Al mismo tiempo, Martínez invirtió en Dinero Mail, firma que realiza transacciones electrónicas por e-mail, y por si fuera poco, controla el 27.5% de Emgasud, una compañía energética basada en la utilización de energías de última generación en equipamientos térmicos, a la que ingresó de la mano del ministro de Planificación Julio De Vido.

Fintech Energy LLC se quedó con 42% de la energética por US$ 50 millones. Seis meses más tarde le vendió un poco menos de la mitad de esa parte al titular del Banco Macro, Jorge Brito, y otros socios.

Por último, es el principal inversor en proyectos de energías renovables en la República Argentina, donde invirtió 3.1 MDD y emitió obligaciones negociables para 2017 por un valor nominal de 50 MDD.

En los últimos 26 años, aproximadamente, el empresario ‘misterio’ ha comprado diversas empresas y en otras ha sido partícipe del pago de deudas de ellas asegurando su supervivencia, como en el caso de Vitro, el principal fabricante de vidrio en México y una de las más importantes en el mundo.

Una de sus primeras operaciones polémicas surgió por su participación en las reestructuraciones financieras de grupos como Cydsa de Tomás Gonzáles Sada, que la había rechazado cuando era joven. CYDSA acordó la compra de U$S400 millones de deuda por parte de Fintech, que adquirió el 60% de las acciones y así le quitó el control de la compañía a sus fundadores, una poderosa familia tradicional de Monterrey. 

Además, obtuvor el 100% de Cablecom, el único sistema de televisión independiente que quedaba en el mercado mexicano, el cual tiene presencia en 16 estados del país, y cuenta con una base cercana a los tres millones de abonados