El presidente que viene

Tenemos que hablar del futuro presidente. Es absolutamente necesario en una Argentina que se ha transformado sin pausa en estos años. Tenemos que encontrar un presidente que garantice que no va a estropear lo logrado y que además va a atender las nuevas demandas sociales.
Tenemos que hablar del futuro presidente. Es absolutamente necesario en una Argentina que se ha transformado sin pausa en estos casi once años de gobierno.

Tenemos que encontrar un presidente que garantice que no va a estropear lo logrado y que además va a atender las nuevas demandas sociales que surgen del creciente proceso de dignificación de los argentinos a través de las políticas de inclusión social, del trabajo digno, de la educación y de la salud.

El pueblo digno se vuelve cada día más exigente y demanda más y mejores servicios públicos.

El pueblo quiere un presidente cada día más federal y participativo, que consulte y entienda que la complejidad de este mundo solo se puede enfrentar con éxito escuchando la voz de todos y encontrado el bien común como resultante de demandas muchas veces enfrentadas y profundamente variadas.

El pueblo quiere un presidente que equilibre los intereses sectoriales, apoyado en el diálogo y la solidaridad como camino de nuestro crecimiento como sociedad justa y libre.

El pueblo demanda un presidente que siga creyendo en el trabajo como principal ordenador social y en la familia como soporte básico de nuestra organización social.

El pueblo demanda un presidente que siga promoviendo y alimentando con inversiones el circulo virtuoso de la producción y del trabajo.

El pueblo demanda un presidente que enfrente los persistentes problemas de la exclusión social, la pobreza y la falta de trabajo digno.

El pueblo demanda un presidente que combata el delito y la corrupción y proteja a las personas y sus bienes.

Todo esto sin que se ponga en riesgo y se preserven los logros del modelo tan exitoso hasta el momento. Porque costó grandes sacrificios y esfuerzos y ha sido muy exitoso, debemos cuidarlo, al mismo tiempo que continuamos avanzando y mejorando nuestra calidad de vida.

El camino hacia la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación no puede dejarse en manos de un improvisado o de un desconocido, tiene que ser conducido por alguien que reúna cualidades demostradas y verificables.

Alguien cuyo amor al prójimo, y la preocupación permanente por la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación, haga que sus enemigos solo sean los delincuentes, los corruptos, los narcotraficantes y los especuladores.

Alguien que haya estado dispuesto a ocupar el lugar que fuera necesario para llevar adelante este proyecto que devolvió a los argentinos la soberanía política, la independencia económica y la justicia social.

Alguien con la tenaz obsesión por el trabajo y la amplitud de criterio que le permita escuchar todas las voces y enriquecer sus equipos de gobierno con los mejores y más capacitados.

Las características de un hombre de Estado, como las que tiene Daniel Scioli.