El pueblo se despertó

Los argentinos demostraron, una vez más, que un cambio es posible. En distintos puntos del país, las cacerolas le recordaban al Gobierno nacional que los argentinos están cansados de la intolerancia al que piensa diferente y de ver peligrar la democracia republicana ante la tentativa de una reelección indefinida.
El jueves los argentinos demostraron, una vez más, que un cambio es posible. Largas columnas de ciudadanos asomaban hacia la Plaza de Mayo, golpeando sus cacerolas y aplaudiendo al unísono. Pedían más seguridad, medidas contra la inflación que devalúa los salarios y “basta” a la política del miedo y el autoritarismo.

En distintos puntos del país, las cacerolas le recordaban al Gobierno nacional que los argentinos están cansados de la intolerancia al que piensa diferente, de ver peligrar la democracia republicana ante la tentativa de una reelección indefinida, del uso de la cadena nacional con fines propagandísticos y como medio de ataque a la oposición, de la intromisión de la Cámpora en las escuelas de nuestros hijos y del desguace al Banco Ciudad.

Nosotros, el 46%, tenemos la esperanza de que la Presidente tome el mensaje y entienda que la gente quiere ser escuchada, que no quiere que le hablen sobre un país de fantasía en cadena nacional y que quiere el fin de la política de la división y confrontación.

Fue una movilización espontánea y pacífica, donde todos los sectores sociales se manifestaron bajo el mismo lema: basta de miedo. El miedo no es el camino, hay que gobernar pensando en y para la gente. Hay que buscar soluciones en conjunto y resolver los temas que más preocupan, como la inseguridad.

Este es un mensaje para el Gobierno nacional, pero lo es también para la oposición que tiene que conformar esa alternativa que el pueblo está pidiendo. Una alternativa con un pensamiento crítico y superador donde el diálogo sea el principal camino de búsqueda de soluciones y el trabajo en conjunto sea una premisa fundamental. Es increíble que hoy, la presidente de la nación solo envía mensajes al jefe de gobierno porteño, a través de la cadena nacional; porque las distintas solicitudes de entrevistas desde el gobierno de la ciudad, en Balcarce 50 solo hicieron oídos sordos.

Desde la soberbia y la provocación, como las expresiones del jefe de gabinete nacional, no van a poder seguir gobernando. El pueblo se despertó y exige un cambio.