Una segunda vuelta innecesaria

La segunda vuelta parece más un capricho que una necesidad real de dirimir realmente cuál será el ganador. Según el informe de Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires, el ballotage anterior para Jefe de Gobierno en el 2007 significó un gasto de aproximadamente 2 millones de pesos.
En la segunda vuelta electoral que se realizará el próximo 31 julio se decidirá cual de los dos candidatos que sacaron mayor cantidad de votos asumirá la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

El que sacó mayor cantidad de votos fue Mauricio Macri con un 47% (aprox. 1.169.300 votos), mientras que el segundo fue Daniel Filmus con un 27% (cercano a los 674.240). Se deduce de estos datos que para que el segundo candidato invierta la ventaja, prácticamente todo el electorado que votó a alguna otra fuerza alternativa debería volcar su voto hacia el Frente para la Victoria, lo que a simple vista parece poco probable.

Luego de una simple observación de datos concretos, podemos decir que de los casi 650.000 ciudadanos que votaron al resto de los candidatos, si solamente unos 74.638 mas 1 acompañaran esta vez a Mauricio Macri con su voto, la contienda por quien ocupa las oficinas de Bolivar 1 ya estaría resuelta a favor del ingeniero, líder del espacio PRO. Recordemos que están habilitados para votar, 2.487.964 vecinos porteños.

De acuerdo a lo expuesto y haciendo un análisis sencillo resulta difícil imaginar que todos los candidatos restantes le den su apoyo al Filmus, por ejemplo, está la Coalición Cívica que dada su histórica enemistad con el Gobierno Nacional parecería imposible que exprese dicho apoyo.

Por otro lado tenemos al electorado de Pino Solanas que fue el tercero en sacar mayor cantidad de votos y que ya expresó públicamente que no apoyaría a ninguno de los dos candidatos, a lo que agregó: "Lamento que vamos a seguir pagando de los dos bolsillos la gigantesca campaña publicitaria y el tiempo que vamos a perder". Hasta aquí la segunda vuelta parece más un capricho que una necesidad real de dirimir realmente cuál será el ganador.

Por otro lado, existe el dato de que una segunda vuelta implicará un gasto que se presenta como innecesario ante una diferencia tan difícil de remontar. Según el informe de Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires, el ballotage anterior para Jefe de Gobierno en el 2007 significó un gasto de aproximadamente 2 millones de pesos.

Teniendo en cuenta que el valor del voto obtenido en la pasada elección subió de 0.40 a 1.30 pesos, se puede inferir que esta segunda vuelta costará casi 7 millones de pesos sólo en gastos de campaña. Claro que a eso hay que agregarle todo lo que son los gastos de logística, –fiscales, urnas, impresión de boletas, operativo de seguridad, etc- por lo que se calcula que en total esta segunda vuelta costará alrededor de 25 millones más al gobierno, dinero al que se le podría dar un fin más útil.

Si bien una segunda vuelta es lo que dicta la Constitución, existe la oportunidad de que uno de los dos candidatos decida desistir. Habiendo una diferencia prácticamente imposible de dar vuelta sería lo lógico, pero una vez más los porteños somos presa de la obstinación y arrogancia del Gobierno Nacional, que no le permite aceptar una derrota con altura y ponerse a trabajar en los errores para resolverlos en un futuro.

En lugar de pensar, como siempre, en la confrontación, deberían pensar que ante la victoria de Mauricio Macri, es necesario plantear un escenario de colaboración entre los dos gobiernos, que es lo que hace mucho tiempo se viene planteando desde el Ejecutivo porteño.

Bien podría el senador nacional -hoy candidato- constituirse, como lo es presidiendo la Comisión Ciudad de Buenos Aires en un respetuoso enlace entre el gobierno nacional y el Gobierno de la Ciudad para mejorar los standares de vida que tanto promueve, colaborando para que los porteños tengan una plena autonomía, resolviendo aún muchas cuestiones que se encuentran dejadas caprichosamente a un lado por el gobierno que ocupa la Casa Rosada.