De las promesas a la complejidad de lo real

Cuando concluya el escrutinio definitivo, los candidatos electos no tendrán más opción que apearse de las promesas de campaña y mirar con realismo el campo de acción que les espera.
Cuando concluya el escrutinio definitivo, los candidatos electos no tendrán más opción que apearse de las promesas de campaña y mirar con realismo el campo de acción que les espera.

Con ánimo de aportar van las siguientes reflexiones:

• Nunca hay triunfos absolutos. Los otros –los que no los votaron- no se evaporan. Existen, han mostrado sus ideas y es necesario que haya diálogo con sus referentes legítimos, olvidando agravios o chicanas. Porque democracia es gobierno de la mayoría, pero su calidad se mide por el respeto a las minorías.

• Diría el Eclesiastés: hay un tiempo para cada cosa en la vida: un tiempo para confrontar y un tiempo para construir. El próximo tiempo es de construir y exigirá pensar más desde los paradigmas de la arquitectura que desde los de pelea.

• Urge el análisis y definición sobre cuáles son los ejes (sustantivos) de las políticas de Estado y cuáles las improntas (adjetivas) como políticas de un Gobierno.

• Seguridad, Educación, Salud, Urbanismo, Trabajo, Garantías de Derechos y Equidad, Ambiente, Presupuesto, Códigos y Autonomía son las columnas básicas para las Políticas de Estado. No se definen en mesa chica, sino en acuerdos amplios.

• Tampoco somos una ciudad-isla ni estamos en medio de la Nada. Estamos circunvalados por municipios de una provincia importante y somos un distrito urbano dentro del sistema federal. La autonomía de la Ciudad no es tema para reclamos quejosos ni para proclamaciones soberbias, sino para una construcción continua y respetuosa de los tiempos y los intereses a conciliar. Es imprescindible avanzar hacia Acuerdos para la Gestión Metropolitana además de otros Acuerdos que deslinden los intereses de la Ciudad de los del Sistema Federal y promuevan la normativa acorde.

• La gestión es la técnica de desarrollar los procesos para que un objetivo político se lleve a cabo en el menor tiempo y con la mayor calidad posibles. Si las políticas de Estado se acuerdan con otros, y las de Gobierno se definen en gabinete, la gestión que debiera ordenar en cada sector los procesos para cumplirlas es crucial. No es para principiantes, amigos, punteros o parientes. Ni para “pagos políticos” .Tampoco para académicos con mucha biblioteca y poco pragmatismo, ni conviene que intervengan socios de empresas o aventureros de los que donde hay una necesidad ven un negocio. O sea: hacen falta muchos cambios para desempantanar zonas enteras de gestión y tendría que ser la primer tarea del nuevo o renovado Jefe de Gobierno.

• En ciencia nadie denigra a sus predecesores o contemporáneos de otra escuela académica. Lo que se hereda de unos y analiza de otros, se incorpora y supera o continúa y cambia. La Historia no empieza cuando uno llega. Por ese proceso acumulativo de aprendizaje, cambio y superación, la ciencia avanza a pasos de gigante. Sólo la política actual desconoce los principios de la ciencia, así como los del arte, y ha hecho del desprecio y el agravio al adversario un folklore a practicar desde el secundario.

• La etapa a iniciarse con las nuevas autoridades electas es inmejorable ocasión para evaluar qué arrastra la Ciudad en sus mochilas, de qué hay que desprenderse o modificar y qué conviene ratificar y multiplicar. Toda evaluación abre oportunidades de mejora, y ellas nos interpelan a todos y todas. Aprovechémoslas para aportarle a la Ciudad más democracia con derechos humanos en un marco de respeto, equidad, autonomía, mirada metropolitana y fraterna convivencia federal.