Macri y la economía: entre el pasado y la estratosfera

Macri afirmó que si fuera presidente en 8 años ubicaría a la Argentina entre los primeros 10 países del mundo. Es evidente que no tiene la menor idea de lo que dice: para alcanzar ese objetivo nuestro país debería crecer a una tasa del 20,2% anual y además el mundo debería dejar de crecer.
Hace pocos días, en una entrevista, Mauricio Macri se explayó acerca de diferentes temas de la agenda nacional. Parado ya como pre candidato presidencial, en un significativo gesto de fuga de la agenda porteña, pasó a enumerar las diferentes medidas que encararía en caso de ser elegido presidente: flexibilización laboral, liberalización del mercado de cambios, eliminación de las retenciones a las exportaciones, reducción de impuestos. La síntesis de su “propuesta” es un “estado austero que se concentre en salud, educación y seguridad”.

El discurso de Macri no sólo es rústico en extremo (jamás explica cómo implementará tales medidas), y notablemente inconsistente (por ejemplo: cómo hará para reemplazar los ingresos fiscales que eliminará sin afectar el equilibrio fiscal, el nivel de actividad y el empleo) sino que está arraigado en un pasado no muy lejano que ya demostró la ineficacia de sus recetas. Otra gran señal de alarma es, una vez más, el profundo desconocimiento y la liviandad con que se refiere a temas tan complejos y de tanto impacto en la vida de los argentinos.

Dice Macri que si fuera elegido presidente, en 8 años de gobierno hará que la Argentina llegue al nivel de los primeros 10 países del mundo. Evidentemente Macri no tiene la menor idea acerca de la realidad nacional y de su ubicación en la economía mundial. Seamos claros: para alcanzar a la décima economía del mundo (Canadá en la actualidad), nuestro país debería crecer a una tasa del 20,2% anual y además el mundo debería dejar de crecer. Si planteáramos un escenario en que la economía mundial creciera de manera moderada, digamos al 2% anual, entonces nuestro país debería crecer al 24,9% anual para alcanzar a la décima economía del mundo.

No debería extrañar demasiado si consideramos la forma en que se ocupa de vender su gestión en la Ciudad. Hace pocos días dijo Macri que el turismo ayudó a crear 100.000 empleos en la Ciudad de Buenos Aires durante 2010. Pero resulta que considerando todos los sectores económicos de la Ciudad podemos concluir que sólo se crearon 35.000 empleos nuevos en 2010. Si el turismo creó 100.000 empleos entonces el resto de la economía porteña destruyó nada menos que 65.000 puestos de trabajo.

Más aún, otra muestra de la lejanía de la realidad del macrismo es el apartado sobre perspectivas del proyecto de presupuesto del año 2011 del gobierno porteño en el área de desarrollo económico, el cual señala: "uno de los hechos más preocupantes es la falta de una propuesta nacional que tienda a regularizar la deuda Argentina para salir definitivamente del default". ¿No leen los diarios? ¿No se enteraron del canje de deuda? ¿Estarán al tanto de la renuncia de Rodríguez Saa?