El Chacho vuelve a decepcionar con su gestión en el Mercosur

Carlos "Chacho" Alvarez deja la coordinación del Mercosur con pena y sin gloria. Una gestión que atentó contra la supervivencia de una herramienta importantísima para la integración regional.
En la próxima Cumbre del MERCOSUR, Carlos Alvarez dejará la Presidencia de la Comisión de Representantes Permanentes del MERCOSUR (CRPM), la cual es altamente posible que sea disuelta, perdiéndose de tal manera una herramienta importantísima para el avance del mortecino proceso de integración regional.

Una vez mas, entonces, Alvarez habrá desaprovechado una oportunidad para potenciar la institución que se le confiara y que abandona con pena y sin ninguna gloria, como ya es su costumbre.

Alvarez recibió una CRPM que estaba claramente en el centro de una nueva dinámica del proceso de integración. En los dos años anteriores a su asunción, a través del trabajo de Eduardo Duhalde y los Embajadores acreditados, además de construir la institución desde cero, tuvimos un rol central en la instalación de la Comunidad Sudamericana de Naciones como etapa superior de la integración política regional. Creamos el Fondo de Compensación Estructural del MERCOSUR para ayudar a los países menores y le dotamos de un presupuesto de U$ 100 millones anuales que ya se invierten en obras en Uruguay y Paraguay.

Creamos el Programa MERCOSUR Sin Aftosa, con un presupuesto de U$ 16 millones, un ejemplo modelo de cooperación regional estratégica. Abrimos un diálogo trascendental con Rusia y los Países Árabes. Dimos un impulso central al Parlamento del MERCOSUR y al Foro de Cortes Supremas. Propusimos -y fue aprobada- la llamada Agenda Ampliada, que comprendía nuevos objetivos explícitos en materia de integración energética, financiera, tecnológica y cultural para potenciar la interacción con los países miembros y asociados. Participamos exitosamente en la resolución de conflictos comerciales y políticos no solo en la Región sino en toda América y sobre todo pusimos al MERCOSUR en la consideración de los demás bloques regionales (APEC, Union Europea, etc), siendo escuchados y respetados. Al término de su mandato, Duhalde se retiró unánimemente ovacionado por los Presidentes de Sud América.

La “gestión” del Chacho


Habiendo contado con el mismo presupuesto que nosotros, es muy bueno, en este punto, que Alvarez cumpla con una obligación democrática elemental: explicarle a la sociedad que hizo con el dinero y la responsabilidad que se le confió. No hemos podido registrar una sola acción de fortalecimiento institucional, de participación activa en la resolución de los diversos conflictos comerciales y políticos, de instalación de agenda... Aunque sí infinita participación en seminarios de todo tipo, mesas redondas, encuentros y congresos. Le oímos en varios de ellos afirmar que los acuerdos políticos son mas importantes que las acciones económicas, curiosa interpretación para una Región cuya integración productiva recién esta en pañales. Se concentró en todo lo que se habla, pero en nada que se toque, aun cuando pudo lucirse interviniendo en cuestiones importantísimas como el conflicto con Uruguay, la crisis en Bolivia, las difíciles negociaciones con la Unión Europea y la nueva agenda energética que le dejamos instalada.

El resultado de tanta inoperancia se ha de ver en el destino de la CRPM : ha perdido importancia, respeto y relevancia. Como sucede cuando a las palabras se las lleva el viento, es altamente probable que lo mismo le suceda a la CRPM y aseste un nuevo golpe al desfalleciente MERCOSUR .

¿Para qué sirve la política?

Comienzan aquí entonces las disquisiciones éticas: ¿Para qué sirve la política (y los recursos que los contribuyentes ponen a su servicio) con este modo de no-hacer?

Alvarez forma parte de una clase de políticos que privilegia el testimonio, el discurso y la permanente declaración de su honestidad como el centro de su servicio a la sociedad. La tapa del diario, la acción mediática, el discurso y naturalmente el dividir el mundo entre buenos (nosotros) y malos (los otros) son los modos recurrentes de su construcción.

Consecuente con su modo de entender la acción política, Alvarez ha protagonizado momentos memorables de la historia Argentina, como llegar en taxi o subterráneo al Senado, naturalmente rodeado de fotógrafos. Ejemplo que seguía su correligionaria Fernandez Meijide, pontificando sobre la honestidad mientras destruía el Ministerio de Desarrollo Social.

Lo que Álvarez no hizo en estos tres años no es indiferente para el bienestar de sus conciudadanos del MERCOSUR. Mas obras, mas comercio, mejores instituciones , menos conflictos son instrumentos de prosperidad mas importantes que seminarios y congresos. Al menos desde una cierta visión de la política.

Por todo esto, es que esperamos que además de demostrar que gastó poco en viajes, vino o regalos-, Alvarez le cuente a los Mercosurianos, para que les (nos) sirvió su paso por la CRPM. Si puede.