El antecedente de la jueza Parrilli y la incomodidad del PRO ante el caso Cabandié

La jueza contravencional Rosa Parrilli fue destituida por insultar a empleadas, luego que la grúa le levantara el auto. Juan Cabandié insultó a una agente de tránsito, pidió que le apliquen un "correctivo" y la echaron. En la Legislatura el PRO teme avanzar contra el camporista porque negocia para después de octubre, el voto de su bloque a varios negocios inmobiliarios.
El antecedente de la jueza Rosa Parrilli sería lapidario para Juan Cabandie si en el medio no se mezclaran la política y sobre todo, millonarios negocios inmobiliarios, anticipados por LPO.

La jueza contravencional fue removida por mal desempeño en sus funciones, a raíz de los insultos, las amenazas y la discriminación que lanzó contra dos empleadas de una repartición porteña de tránsito cuando intentaba recuperar el auto que le había secuestrado la grúa.

Su caso presenta enormes similitudes con el de Cabandié. El ataque entonces y ahora fue grabado por cámaras que ahorran todo debate. La juez pretendió insultar a las empleadas calificandolas de “morochas”, Cabandié prefirió dirigirle a la agente de tránsito Belén Mosquera los calificativos de “boluda” y “desubicadita”.

La jueza amenazó entonces a las empleadas con meterlas presas y dijo que eran “tontitas” que apenas ganaban 1200 pesos. Inflación mediante, el sueldo de la agente Mosquera no es tan distinto: Tenía un básico de 2600 pesos que con extras alcanzaba los 3000.

Cabandié no se quedó en amenazas como la jueza: Hizo que llamen al intendente Martín Insaurralde, del que dependía la agente, y pidió un “correctivo”. En la Municipalidad optaron por despedirla.

La agente reconoció hoy en radio Splendid que por ahora no piensa demandar al Municipio ni a Cabandié, porque tiene miedo. Desempleada vive en la casa de su madre y la ayuda en la verdulería familiar. “Saben donde vivo…”, se limitó a decir para justificar su temor a interponer una demanda.

El antecedente

La jueza Parrilli en su momento enfrentó demandas penales y civiles y finalmente fue destituida luego de un juicio político que incluyó la participación de tres legisladores porteños. La sanción se alcanzó con el voto de kirchneristas y macristas.

En el caso de Cabandié el proceso debería iniciarse por la Junta de Etica de la Legislatura, que suele intervenir ante conductas inapropiadas de sus miembros, como podría ser este caso, explicó a LPO un asesor de la Legislatura porteña.

Luego de la destitución de Parrilli, el juez Pedro Kesselman explicó que se decidió remover a la magistrada e inhabilitarla para ocupar cargos públicos porque "invocó su condición de jueza y el poder de esa condición para decir clara y abiertamente que nunca paga nada, que ella es la que manda, y para hacer imputaciones y amenazas contra las dos empleadas".

Una acusación que muy bien podría caberle a Cabandié, que repetidamente le dijo a la Mosquera que él era diputado y que “no sabes con quien te estas metiendo”, según revelo hoy la propia agente. Además, de ensayar una confusa apología de su rol durante la Dictadura y en el Gobierno “donde me banco a todos los hijos de puta que quieren destruir al país”.

"Me pareció un ejercicio desviado del poder, que no se compadece con un Estado de Derecho, y menos con la función judicial. Un juez debe ser un modelo social, sobre todo en las circunstancias actuales de trastrocamiento de valores", agregó Kesselman. La pregunta es si un diputado de la Ciudad también debe ser un “modelo social” o simplemente se arogan el derecho de juzgar en otros esa condición.

En ese entonces diputado macrista Martín Borelli, que votó por la destitución de la juez Parrilli, explicó otro aspecto interesante que cabe a ambos episodios: "Mereció alguna consideración si el mal desempeño se entendía solamente en ejercicio del cargo o no; pero todos terminamos aplicando la interpretación amplia de concepto de mal desempeño, que es una figura que se va construyendo y permite una ponderación que excede la calificación normativa típica", explicó.

O sea que el antecedente jurisprudencial, con propia elaboración de teoría, ya está consolidado con el caso Parrilli. La pregunta es si el cuerpo se animará a avanzar con el mismo rigor -o al menos aprobar algún tipo de condena o sación menor- contra uno de sus miembros, que es además jefe del bloque kirchnerista.

Porqué el Pro quiere salvar a Cabandié


Lo cierto es que LPO, pudo confirmar que no existe en el PRO ánimo de avanzar contra Cabandié, aunque sobren los antecedentes jurídicos para reclamar una sanción.

El tema es que más allá de su oposición mediática al macrismo, el joven camporista ha sido y es una pieza clave en la construcción de mayorías legislativas que necesitó Macri para aprobar numerosos proyectos inmobiliarios, como la venta de los terrenos de Catalinas, del edificio del Mercado del Plata y la aprobación del shopping sobre la avenida Juan B. Justo.

Es en ese rol, que el macrismo trabaja por estas horas, como anticipó en exclusiva LPO, nuevas iniciativas para votar después de las elecciones.

En concreto quieren aprobar la construcción de un nuevo shopping en Caballito; la cesión de una manzana en la mejor zona de Palermo Hollywood a productoras de televisión para que construyan nuevos estudios a precio de regalo; la venta de 70 hectáreas de la Comuna 8 y nuevos pedidos de endeudamiento para comprar 105 vagones de subte y trabajos en el arroyo Vega.

Se trata de un mega paquete de 45 leyes, que el vicepresidente de la Legislatura, Cristian Ritondo, negocia directamente con Cabandié y cuyo tratamiento se postergó para después de las elecciones, de manera de ahórrale costos a ambas fuerzas.

Este dato de política real es el que lleva al PRO a mantener la crítica a Cabandié a nivel retórico, en un perfecto espejo de lo que hace el camporista con la administración de Macri.