Tomada en alerta roja por la caída de Garré y candidatura de Filmus

El ministro de Trabajo reunió de emergencia esta noche a sus íntimos. Las últimas decisiones de la Presidenta lo golpearon mal. Con la salida de Nilda Garré pierde una de sus más cercanas aliadas en el Gabinete. La candidatura de Filmus y la derrota de Cabandié ante Larroque ya lo habían golpeado. 
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, pasa una de sus peores horas en el gabinete. Las últimas decisiones de Cristina Kirchner, le confirmaron que está muy lejos del núcleo de decisión del gobierno, situación que se agravó cuando trascendieron las grabaciones de sus diálogos con José Pedraza.

Esta medianoche Tomada seguía reunido con sus íntimos analizando la nueva situación política que plantean los cambios de Gabinete que decidió Cristina. Fueron la frutilla de un postre que ya venía muy amargo para el titular de la cartera laboral.

Con la salida de Nilda Garré perdió a una de sus últimas aliadas de peso en un gabinete que está cada vez más monopolizado por La Cámpora, o mejor dicho por el eje que trazaron Máximo Kirchner y Carlos Zannini.

Esta semana Tomada ya había sufrido dos golpes durísimos, anticipados por LPO. La derrota total de Juan Cabandié en la interna que tenía por el manejo de la Capital con Andrés "El Cuervo" Larroque, al punto que estaría evaluando ser candidato a diputado nacional -si es que Cristina lo designa en la lista-, ante una inminente intervención del líder de La Cámpora a la bancada que preside en la Legislatura. Cabandié era un aliado de Tomada en el distrito, para enfrentar al Cuervo.

La segunda mala noticia fue la designación de Daniel Filmus como candidato a senador nacional, también anticipada por LPO.

Tomada está enfrentado al ex ministro de Educación y para taponar su eventual reelección había lanzado el globo de ensayo de una candidatura del miembro de Carta Abierta, Ricardo Foster.

Un disparate que la Presidenta descartó sin necesidad de mirar encuestas, en las que el intelectual kirchnerista no pasa de mediciones bajo cero.

Tomada acariciaba el secreto deseo de ser él mismo el candidato a senador, pero era conciente que las grabaciones de sus diálogos con Pedraza, en medio del juicio por el infame asesinato de Mariano Ferreyra, habían sepultado sus aspiraciones electorales.

"Ahora este se va a quedar seis años más en el Senado", lo escucharon indignarse sus íntimos, en referencia a Filmus. Esa hipótesis es la que por estas horas encandila a muchos kirchneristas de la "primera" hora: Garantizarse una banca que trascienda el fin del mandato de Cristina para asegurarse fueros y acaso alguna sobrevida política.

De todas maneras, la reelección de Filmus -que sigue siendo el kirchnerista que mejor mide en el distrito- está lejos de ser un paseo: La fórmula Pino-Carrió podría arrebatarle el segundo lugar.

Como sea, Tomada hace rato que venía perdiendo aliados en el gabinete. El grupo de poder originario que integraba tenía a Horacio Verbitsky como líder en las sombras y lo integraban el ex canciller Jorge Taiana, el ex procurador Esteban Righi, la ahora desplazada Nilda Garre, la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont y Ana García, la mujer de Righi -también denunciada por Amado Boudou-, que mantiene una relación laboral con el ministro de Trabajo.

Hoy ese grupo entró en crisis y Tomada sufre la soledad que le causó la filtración de las grabaciones con Pedraza. Por caso, Verbistky tomó distancia y ahora las famosas cenas apenas incluyen al columnista de Página 12 Mario Wainfeld y algunos asesores más.