Sabbatella y Nuevo Encuentro implosionan por su conversión al kirchnerismo

Por su defensa incondicional del Gobierno nacional, el titular del Afsca dinamitó la potencia electoral que había acumulado con su partido desde sus épocas de intendente de Morón. Intentó sin éxito ser candidato a senador en la Capital, donde ya no maneja a la tropa, y ahora incluso no podría renovar su banca en el Congreso. La situación complicada de Heller.
"El kirchnerismo es una ducha de cianuro cada mañana", admitió a LPO un importante dirigente que pisa la Casa Rosada todas las semanas.

Hablaba básicamente del desgaste que sufren los defensores diarios del gobierno de Cristina Kirchner, en especial los que se sumaron al kirchnerismo años después de la asunción de Néstor Kirchner en 2003.

Uno de ellos es Martín Sabbatella, que está viviendo un proceso similar al que padeció la Ucedé con Menem y el Partido Intransigente (PI) con Duhalde. El peronismo tiene la costumbre de deglutirse a sus aliados.

La conversión de Sabbatella, que en 2009 enfrentó al kirchnerismo con su partido Nuevo Encuentro pero en 2011 fue con el mismo sello en una colectora del Frente para la Victoria, dejó al ex intendente de Morón y a su partido sin aire político y destruyó su potencia electoral.

En el propio entorno del funcionario admiten que los más probable es que no sea candidato en las elecciones de este año, cuando se le vence la banca de diputado que obtuvo en 2009.

Implosión

La imagen de Sabbatella habría bajado de manera importante incluso en Morón, el distrito que gobernó hasta 2009. Algunas versiones indican que la última vez que caminó por las calles de Morón, tuvo que soportar cruces con vecinos.

Para colmo una parte importante de los gobernadores no lo quiere porque designó coordinadores del Afsca en cada provincia y son todos militantes de Nuevo Encuentro que se oponen a los jefes de las provincias.

En la Capital, en tanto, el titular del Afsca tuvo intenciones de ser candidato a senador y se entusiasmó con encuestas que lo daban detrás de Daniel Filmus. Pero tal como anticipó LPO, Cristina Kirchner se inclinó una vez más por el ex ministro de Educación, que competirá en una elección porteña por quinta vez.

En el mismo territorio de la Capital Sabbatella tiene problemas para controlar a la tropa. La jefa del bloque de Nuevo Encuentro, Gabriela Cerruti, ya lanzó su candidatura a jefa de gobierno en 2015 y Sabbatella se enteró por Twitter.

Del bloque de tres legisladores que tiene Cerruti, debe renovar su banca Delia Bisutti, que en 2009 entró por la lista de Proyecto Sur. Bisutti tiene ínfimas chances de renovar principalmente porque Nuevo Encuentro no va a gozar de una colectora como en 2011 y deberá plegarse al Frente para la Victoria para aspirar a alguna banca, aunque varios escalones por debajo de la línea que ocuparán dirigentes de La Cámpora, los únicos con reales chances de ingresar a la Legislatura.

A quien se le vence la banca también y tiene diminutas chances de renovar es al diputado nacional y titular del Banco Credicoop, Carlos Heller, que llegó al Congreso por una mera cuestión de conveniencia financiera que aprovechó Néstor Kirchner.

Cuando Kirchner lo eligió como primer diputado por la Capital en 2009 y se le retobó el PJ histórico de la Ciudad, el ex presidente reunió en Olivos a los dirigentes del justicialismo porteño y les advirtió: "Tráiganme la plata que pone él para bancar la campaña y elijo a uno de ustedes".

En las últimas semanas, Heller entró en el ojo de la polémica tras habilitar el debate en la Comisión de Finanzas del proyecto del salteño Alfredo Olmedo para imprimir billetes de 200 y 500 pesos. Luego tuvo que suspender la reunión de comisión tres veces para que el del billete no fuera el tema del día.

Heller también tuvo otro tropezón durante el tratamiento de la ley de reforma de la Magistratura. Cuando Diana Conti leyó los cambios al proyecto tras el acuerdo de Cristina con el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, Heller la hizo enfurecer al pedir que se hiciera una modificación técnica. La diputada kirchnerista apuraba su lectura para que la oposición no se percatara de los cambios y el texto avanzara en el plenario de comisiones.

El propio Sabbatella se está arrepintiendo de su conversión total al kirchnerismo. Toda su vida militó contra la corrupción y a favor de la transparencia y ahora tiene que salir a defender al Gobierno por las denuncias de lavado de dinero como cualquier militante o panelista de 678.