La oposición analiza la suicida idea de no competir por el Consejo de la Magistratura

Los distintos sectores del antikirchnerismo ven posible un vaciamiento de la elección, si es que la Justicia avala el proyecto oficial. En la UCR sostienen que en la práctica es muy difícil presentar candidatos y que no avalarán ninguna "trampa electoral". En el peronismo federal apuestan a presentarse y ganar, pero no cierran la puerta a la abstención.
Los sucesivos obstáculos que el kirchnerismo fue incorporando para la elección del Consejo de la Magistratura complicaron y mucho el panorama de la oposición, que desde un primer momento analizó como la mejor opción presentar candidatos únicos, algo que el oficialismo terminó impidiendo con los cambios en la letra chica de la ley.

En las últimas horas, ante el requerimiento de que los candidatos deban pertenecer a partidos o frentes con personería jurídica en 18 distritos, en la oposición comenzó a manejarse la posibilidad de no presentar aspirantes y, de esa forma, intentar quitarle legitimación a la elección.

El primero en lanzar su postura fue el senador Luis Juez, quien llamó a sus compañeros del Frente Amplio Progresista a “no presentar candidatos al Consejo para no convalidar en los hechos lo que cuestionamos en el Derecho”. El cordobés dijo, no obstante, que no tuvo “eco” porque “algunos del FAP se hacen los boludos”.

Ayer, el jefe del bloque de diputados radicales, Ricardo Gil Lavedra, le dijo a radio La Red que si la estrategia judicial para impugnar la ley no tiene éxito deberán analizar la estrategia a seguir. En ese sentido, dijo que "es un punto a discutir" la no presentación de candidatos, entre otras cosas porque “hay exigencias que solo puede cumplir el FPV”. De todos modos, dijo que su postura es que “no hay que regalar ningún espacio”.

En diálogo con LPO, el presidente del Comité Nacional de la UCR, Mario Barletta, coincidió con Gil Lavedra en que “es muy difícil presentar las listas” y que “queramos o no, hay una inviabilidad practica para poder hacerlo”. En su visión, la disyuntiva radical es si mantienen los acuerdos distritales o van solos para poder cumplir el requisito de los 18 distritos.

Barletta opinó que todas las abstenciones “tienen un riesgo enorme” y admitió que al Gobierno nacional podría no importarle si la oposición se presenta o no, con lo cual sería más riesgoso aún. Además, contó que en una reunión de dirigentes radicales se decidió que no van a “convalidar ninguna trampa electoral, ni la proscripción de ningún partido”. Esto no necesariamente indica que no presentarán candidatos aunque tampoco se descarta, explicó.

LPO también consultó al diputado del Frente Peronista Gustavo Ferrari, que dejó en claro que la estrategia principal en la que está trabajando su espacio es competir en los comicios -si es que finalmente la Justicia los avala-. No obstante, tampoco descartó la posibilidad de no presentar candidatos si es que hay un acuerdo de toda la oposición.

“Estamos trabajando para estar preparados por si la Justicia lo convalida, para que no nos agarre desarmados a último momento. De todos modos, creemos que la mejor opción es ganarle al Gobierno en las urnas”, afirmó.

“Este gobierno va absolutamente por todo. Si puede tener mayoría y minoría lo va a hacer. Es capaz de hacer cualquier cosa. Por eso es muy importante tomar la mejor opción y me parece que es tratar de ganarle en todos los cargos”, sostuvo un Ferrari más que confiado en las posibilidades electorales del sector que conduce Francisco De Narváez.

Los dos dirigentes coincidieron en que la única forma de no presentar candidatos es si se trata de una decisión uniforme de toda la oposición. Ferrari, no obstante, no descarta encontrar algún camino para que todos los sectores del antikirchnerismo puedan presentarse unidos más allá de los impedimentos de la ley. “Lo estamos estudiando”, indicó.

De imponerse la posición de no presentarse en las elecciones del Consejo de la Magistratura, la oposición estaría siguiendo un camino casi suicida. El antecedente más cercano se dio en 2005 en Venezuela, donde el conjunto de la oposición decidió retirarse de los comicios para la Asamblea Nacional (unicameral) denunciando que el Consejo Nacional Electoral no ofrecía garantías.

El resultado no hizo más que fortalecer al entonces presidente Hugo Chávez. Su fuerza (entonces llamada Movimiento V República) y partidos afines se quedaron con los 167 escaños disponibles. Pese a que en un principio los opositores rescataron como un triunfo el alto nivel de abstención, con el tiempo terminaron reconociendo el grave error de “entregar” el Parlamento al chavismo, que tuvo comodidad para hacer y deshacer a su gusto.