Aliviado porque Lanata no lo escrachó, De Vido le pega a los caceroleros

El ministro de Planificación y todo su entorno pasaron una semana llena de psicosis porque creían que en la edición de este domingo de Periodismo Para Todos iban a estar incluidos en la investigación sobre supuesto lavado de dinero. Pero como eso no sucedió, De Vido se envalentonó y dijo que los manifestantes quieren ir a Miami.
La primera edición del año del programa de Jorge Lanata en Canal 13 generó psicosis en el Gobierno, luego de que el fundador de Página 12 publicara una investigación sobre supuesto lavado de dinero que involucra al empresario Lázaro Báez, amigo de Néstor y Cristina Kirchner.

El mayor temor se produjo en el ministerio de Planificación, donde imaginaron durante toda la semana que Julio De Vido y su secretario privado, José María Olazagasti, serían protagonistas del informe del segundo programa.

Alertado de que podría estar incluido en la investigación, De Vido cuestionó en las semanas las versiones periodísticas sobre la presenta cancelación de las obras de dos represas en Santa Cruz.

Clarín aseguró que por el estallido del escándalo se había suspendido la licitación de las represas “Néstor Kirchner” y “Jorge Cepernic” de la provincia de Santa Cruz. Uno de los principales oferentes era justamente Lázaro Báez.

"Es una chantada y una operación mediática todo esto que se ha montado, tendiente a parar esta licitación, que es estratégica para la Argentina", dijo De Vido el miércoles.

Finalmente, en el programa de anoche, Lanata no vinculó en ningún momento a De Vido con el lavado de dinero. Hoy, aliviado, el ministro de Planificación sacó pecho y salió a destrozar a los caceroleros del 18A, convirtiéndose en la primera voz del Gobierno en referirse a la manifestación del jueves.

“Los trabajadores, los jubilados y los pensionados gastan en la economía local, no vienen a tocar la cacerola acá para ir a Miami”, aseguró hoy De Vido.

De todos modos, la psicosis por las investigaciones de Lanata se extendió a varias áreas del Gobierno. Por esa razón, mandaron a espiar al equipo de Lanata para saber qué destinos elige para las próximas investigaciones, con la intención de saber a quién va a salpicar el próximo informe.