Vale: Paco Pérez ofrecerá a los chinos los beneficios que negó a Brasil

El gobernador de Mendoza decidió dejar sin efecto el convenio firmado con la brasileña Vale que la obligaba a tributar el 4% de la rentabilidad de la mina de Potasio Río Colorado. Paco Pérez realiza una gira por India y China en la que espera conseguir inversores para reactivar el proyecto. 
Paco Pérez se juega una carta brava en la gira que está realizando por los dos gigantes asiáticos. Espera encontrar en China un inversor para el frustrado Proyecto Potasio Río Colorado, que abandonó la brasileña Vale.

En Asia desde el sábado, el gobernador mendocino mantendrá en China tres reuniones con mineras del gigante asiático, con la idea de tentarlas a sentarse a negociar con la empresa brasileña la compra de sus derechos de explotación de la reserva de potasio en el sur de Mendoza.

Sabiendo que la tarea no es fácil, ha diseñado algunas ofertas para que a los chinos les interese meterse en el negocio, a pesar de la mala fama que ha hecho Vale de las reglas de juego argentinas.

Por un lado, Paco está dispuesto a resignar el 25% de los que le hubiera ingresado al Estado provincial con la mina en funcionamiento. En su momento, se calculó que, por el precio internacional del potasio y la capacidad de extracción de Vale, Mendoza podría estar recibiendo unos 40 millones de dólares al año durante un par de décadas en concepto de regalías mineras.

En su momento, el ex gobernador Celso Jaque, cuando la relación del Gobierno nacional con la minera brasileña era idílica, firmó un convenio con Vale por el cual la empresa pagaría un punto más en concepto de regalías que lo establecido en el Código Minero Nacional, es decir 4% en vez del 3% normado.

Con la novedad de que Vale paralizó el proyecto por tiempo indefinido y el anuncio de que ha puesto en venta sus derechos de explotación, Paco Pérez interpreta que ese convenio ha quedado sin efecto, y que el nuevo inversor no tiene por qué tributar más que lo establecido al Estado mendocino. Así, intentará que este gesto (porque no es más que eso, teniendo en cuenta que, según los cálculos de los brasileños, para “mover” la mina hace falta invertir 12.000 millones de dólares), se tome como una garantía de previsibilidad para los potenciales inversores chinos.

Dividir al elefante

Los ingleses suelen decir que la manera de comerse un elefante es bocado por bocado.
Paco Pérez piensa ofrecer a las mineras con las que se reunirá en China la posibilidad de partir el proyecto en varias unidades de negocios. Cree que así será más fácil conseguir quién ponga la plata para terminar la obra en el yacimiento y que pueda comenzar a operar lo antes posible (de acá a dos años por lo menos).

El gobernador explicó que una empresa se podría ocupar de terminar la obra en la mina, otra de la logística de transporte del potasio, otra de la comercialización en el exterior, e incluso, alguna otra utilizar lo extraído para elaborar fertilizantes en Mendoza.

Así, la inversión de cada interesado sería sensiblemente menor a la friolera de los 12.000 millones de dólares que blande Vale cada vez que explica sus razones para abandonar el proyecto, acusando a que los costos se duplicaron en dos años por los desajustes de la macroeconomía de la Argentina.