Ciudad

Michetti acepta compartir una fórmula con Lavagna

La diputada nacional finalmente aceptó ser la segunda del ex ministro de Economía en la boleta para senadores por la Ciudad. Así, Macri avanzará en un acuerdo con Lavagna, que impuso su condición de no presentarse como parte del PRO. Una caída en las encuestas fue la señal que hizo acelerar al macrismo con esta alianza.
Luego de haber tirado abajo la estrategia inicial de la conducción del PRO para que se presente como candidata a diputada en la provincia de Buenos Aires y tras poner en riesgo el armado en Capital, finalmente Gabriela Michetti aceptó bajar sus expectativas y compartir una fórmula con Roberto Lavagna en la boleta para senadores nacionales por la Ciudad de Buenos Aires.

Según pudo saber LPO, la situación se destrabó en las últimas horas y la legisladora finalmente fue convencida para que ocupe el segundo lugar del binomio. De esta manera, se caería la posibilidad de que se realicen internas abiertas, una posibilidad que rechazaba el ex ministro de Economía de Néstor Kirchner.

La propia Michetti blanqueó la situación. "Me parece muy bueno que Lavagna se acerque al PRO. Hay alternativas de internas, hay alternativas de una boleta de consenso, con lo cual también yo podría compartir una boleta con Lavagna", reconoció en diálogo con radio La Once Diez.

La diputada igualmente aclaró que "todavía no tengo totalmente decidido ser candidata" e insistió en que "se plantea la posibilidad de una interna, por supuesto que la voy a enfrentar y con muchísimo gusto".

Pero en el PRO descartan esta posibilidad y ya trabajan en los detalles de lo que será una boleta de consenso. Además, cuentan los operadores del macrismo que Michetti ya no tiene el mismo impulso que hace unos meses para ponerse al frente de la campaña. “Está cansada, no le molesta bajar un cambio”, le dijeron a LPO.

Michetti quiere ser la cabeza de la lista pensando en 2015. Considera que la pelea por el Senado es la batalla clave para posicionarse como la sucesora de Mauricio Macri para la jefatura de Gobierno. Incluso, sospechaban en su entorno que el acuerdo con Lavagna era una maniobra del sector de Horacio Rodríguez Larreta para perjudicarla en su disputa interna.

Un giro muy necesario

El acuerdo con el ex ministro y la presión sobre Michetti tiene que ver con un inesperado retroceso del macrismo en las encuestas. Según los últimos sondeos que llegaron a las oficinas del alcalde porteño, su gestión empieza a ser muy cuestionada por la mayoría de los porteños.

Pero hay otros números que preocupan y son los de la propia Michetti, que tiene una intención de votos similar a la que cosechó en 2009, cuando apenas superó el 31% de los sufragios. Aún así es la figura del PRO que más mide después de Macri, aunque esa cifra no garantiza un triunfo.

La lectura que hacen los operadores del macrismo es que el jefe de Gobierno necesita reforzar y ampliar su propuesta electoral en la Ciudad, su principal bastión. Por eso es clave este acuerdo. El ex candidato presidencial mide en otros sectores donde no mide el PRO, como una parte del peronismo no kirchnerista. Así, según este análisis, tiene chances de sacar más votos la fórmula Lavagna-Michetti que Michetti-Pinedo.

La otra ventaja que obtendría Macri es netamente pensando en 2015. Con este acuerdo, el jefe de Gobierno entraría definitivamente en el circuito del peronismo, ámbito donde todavía es visto con malos ojos y donde no quieren saber nada con quedar pegados al PRO. De hecho, su acercamiento con José Manuel de la Sota se pulverizo antes de que surja algún tipo de entendimiento concreto.

"Esto nos saca un poco de pintura amarilla", ilustró uno de los operadores del macrismo que insiste con acercarse a los sectores del PJ que no le responden a Cristina Kirchner.

Es por ello que Macri habría aceptado competir bajo el sello de una alianza y no con el del PRO, una de las exigencias de Lavagna, que busca posicionarse como el articulador del peronismo en la Capital. Así, el jefe de gobierno no sólo tendría un solo senador “propio”, sino que también entregaría a Lavagna el papel de gran ganador de las elecciones, si es que lo consigue.