“Berlusconi nos hizo muy mal a los italianos de Sudamérica”

La Política Online entrevistó a Ricardo Merlo, diputado italiano nacido en Mataderos que intenta renovar su banca en las elecciones del parlamento italiano que se desarrollan en Argentina y el exterior hasta mañana. Dijo que "Il Cavaliere" destruyó el plan de salud y la promoción de la cultura en Sudamérica, pidió "menos Harvard y más Venecia" y le exigió al Gobierno argentino que le devuelva los euros a los jubilados.
Ricardo Merlo pagó las medialunas en el café Bonn de Villa Devoto. No comió ninguna, acaso por el ímpetu y las expectativas que le generan las elecciones italianas que se desarrollan desde el 8 de febrero hasta mañana en Argentina y en cuatro continentes.

De Mataderos e hincha de Boca y Nueva Chicago, Merlo nunca hubiera sido diputado durante 7 años si en el año 1981, cuando jugaba en la primera de All Boys, no lo llamaban para hacer el servicio militar que casi lo hizo pisar las Islas Malvinas.

“Menos mal, no hubiera podido estudiar ciencia política”, advierte. Eso, además de permitirle ingresar al parlamento italiano en 2006 con su partido, el Movimiento Asociativo Italianos en el Exterior (Maie) le hizo conocer el mundo: “fui cinco veces a Australia, a Shangai y a Estados Unidos a armar un partido mundial para los italianos”, asegura con orgullo.

Merlo dijo a LPO que lo peor que le pasó a los italianos en el exterior en la última década fue Silvio Berlusconi. Según él, “Il Cavaliere”, que se presenta nuevamente en los comicios, recortó los fondos de salud y la promoción de la cultura itálica.

Egresado de la Universidad del Salvador y con estudios en Padua, asegura que hay que promover “más Venecia, Milano y Roma y menos Oxford y Harvard” y le pide al gobierno argentino que pague en euros a los jubilados italianos.

Además aclara que si bien el Maie construyó una relación con el “centro católico” que integra el primer ministro Mario Monti, no tiene financiamiento de ningún partido de la península.

A continuación, el reportaje completo.

Ya es diputado hace siete años. ¿Qué va a hacer si gana de nuevo?

En realidad pudimos hacer poco porque el problema que tenemos es que estamos divididos. A los que venimos del exterior, a 14 mil kilómetros en vez de estar juntos los partidos nos dividen. Lo que vamos a hacer en esta Legislatura justamente al presentarnos en las cuatro zonas repartidas en el mundo por primera vez, vamos a aumentar el número de legisladores. Con ese número vamos a tratar de conseguir y obtener cuestiones que tienen que ver por ejemplo con cambiar el desastroso funcionamiento de los consulados, que necesitan más recursos. En segundo lugar, un plan de salud que habíamos aprobado en el 2006 y en el 2009 Berlusconi nos lo quitó. Un plan que asegure la salud sobre todo de los italianos que viven en Sudamérica, con medicamentos y asistencia médica gratuita. Lo tuvimos tres años y funcionó bárbaro: Italia le pagaba a Swiss Medical, que tenía afiliados a 10 mil italianos que tenían un servicio de primera. Lo mismo en Colombia, Venezuela, Ecuador y cuando íbamos a dar la vuelta por todo Brasil Berlusconi lo cortó. El tercer tema es la promoción de la lengua y la cultura italiana. Nos sacaron el 70 por ciento de los fondos en el 2009 también. Queremos recuperar esos fondos y tenemos un proyecto también para aumentar estos fondos sin que el Estado italiano gaste un euro. Los italianos todos los años pagan un impuesto y se debe donar el 8 por mil a determinadas causas. Hay cuatro o cinco ítems. Puede ser la Iglesia católica, la investigación científica. Nosotros vamos a agregar la promoción de la lengua y la cultura italiana. Con esto cuadruplicaríamos el presupuesto sin que el Estado nacional ponga un euro. Y después otro tema que para nosotros es una batalla, pese a que respetamos la política económica y la política de cambio del gobierno argentino, queremos que haga una excepción porque los pensionados italianos aportaron en liras, vienen euros de Italia y a ellos les dan pesos al cambio oficial. Lo que queremos que el gobierno italiano ponga en la mesa de negociación es que el gobierno argentino haga una excepción y que le dejen cobrar al italiano que aportó en liras cobrar en su moneda. Aparte son gente que cobra 200 ó 300 euros. No estamos hablando de capitales buitres, estamos hablando de justicia social. Por eso es que le pedimos al gobierno que haga justicia social.

Hubo un par de fallos favorables al respecto.

Utilizar esto como hacen otros para campaña política me parece de quinta. Sí, nosotros también hemos ayudado a gente a hacer amparos. Pero hay una orden de no innovar que firmó el juez el 30 de diciembre a las seis de la tarde. La gente no cobra. Porque van a apelar y va a ir a la Corte. Nosotros no queremos que un italiano cobre en euros, queremos que todos los italianos cobren en euros. Por eso hace falta una decisión política, lo demás es verso. Venden humo, ahora termina la campaña electoral y no se habla más de esto. Nosotros vamos a seguir. Veníamos peleando esto con la senadora Mirella Giai. Fuimos a hablar con el ministro Tomada, fuimos a hablar al Banco Central, le escribimos una carta a la presidenta. Pero acá tiene que haber una decisión política del gobierno argentino y pagarle a los italianos en euros, porque aparte no le afecta a las reservas, son euros que vienen de Italia. No es que mandan pesos argentinos. Aparte estamos hablando de pensionados, no de empresas de reventa de utilidades.

¿Qué más le quitaron a los italianos?

Hay una cultura, sobre todo en Sudamérica, de que cuando alguien quiere hacer un postgrado o capacitarse piensa en Estados Unidos o Inglaterra. Nosotros decimos “menos Harvard y más Venecia, Roma y Milano”. Tenemos universidades en Italia de primer nivel, Bolonia la más antigua del mundo. Queremos hacer acuerdos entre universidades para que los jóvenes piensen más en Italia y menos en Oxford y en Harvard. No tengo nada contra esas universidades, pero yo estudié en Italia y si tengo un hijo quisiera que estudie en Italia. Que sea en un país latino, de cultura católica, lo que somos nosotros. El otro tema es el de las empresas. Con la crisis italiana las pymes quieren irse e invertir en el exterior. Y cuando hablan de América Latina hablan de Brasil. Queremos que empiecen a mirar a Argentina, que tiene economías regionales dinámicas y muchas posibilidades. Eso depende de los gobiernos, pero tenemos que crear un marco que le dé seguridad jurídica a los italianos que quieren hacer negocios y que ganen plata pagando los impuestos.

¿Qué expectativas tiene para los próximos cinco años de mandato?

Lo que esperamos es poder convertir esta crisis en Italia en una oportunidad. Esta división política nos da una gran chance a nosotros. Si aumentamos el número de legisladores en un parlamento tan dividido, podemos llegar a tener una cuota de poder importante. Nuestra senadora, Mirella Giai, que es una gran militante social y política, laburó mucho en Roma y en el Senado la aprecian mucho. Yo me dediqué más bien a armar el partido, porque la Cámara hay premio de mayoría y es una escribanía porque el que gana por un voto se lleva 70 diputados más. Entonces pensé que podía emplear mejor el tiempo en armar el movimiento este y de hecho hoy estamos presentando candidatos en Sidney, en Adelaida, tenemos sostenedores en todo el mundo. Son cinco años de laburo, cinco veces a Australia fui. He ido a Shangai, me recorrí toda Norteamérica. Conozco la problemática que es diferente en cada continente. Esperemos que la cosa vaya bien y poder hacer algo porque además tenemos el conocimiento para saber lo que pasa y cuáles son los problemas en cada lugar. En Suiza no tienen problemas con la salud. O que le pagan en su moneda. Pero tienen otros problemas. Lo que de alguna manera estamos creando es un movimiento que realmente represente a los italianos en el exterior en el parlamento italiano. 

¿Cómo ve la situación política y económica de Italia?

Italia está económicamente en una crisis, al igual que el resto de los países del sur de Europa, como Portugal, España y Grecia. De estos países es el más fuerte, donde la crisis se ve un poquito menos, pero hay crisis. Políticamente está muy dividida. En estas elecciones en Italia nadie va a ganar. Hay dos actores nuevos. Uno es el movimiento de Beppe Grillo, que es de matriz anarquista y no se sabe bien adónde va, pero evidentemente expresa la protesta de una parte de la sociedad. Y otro es el centro católico. Hasta ahora en Italia era derecha o izquierda. Ahora hay un centro católico donde están Ferrari, Casini y Monti. Tiene una intención del 13 ó 15 por ciento y va a ser el árbitro del poder en Italia en los próximos cinco años. Porque cuando terminen estas elecciones van a tener que hablar con Monti y Casini si no no van a poder gobernar. En el Senado nadie va a tener mayoría. Va a haber una primera minoría y en un sistema parlamentario si no tenés mayoría no podés armar gobierno. Entonces forzosamente para armar gobierno van a tener que hacer un acuerdo con el centro que es el nuevo gran actor de la política italiana. Por eso lo que nosotros hicimos fue construir una relación con el centro.

Apoyan a Monti.

No apoyamos, construimos una relación. Si ellos cuando llegue el momento, que van a necesitar de nuestros senadores y a nuestros diputados, hacen una política para italianos all´Estero tomando algunas de las cosas que nosotros venimos diciendo, los vamos a apoyar, si no no. La campaña la hacemos con nuestro partido, es un partido nacido en América Latina y no ponemos el nombre de nadie. En el símbolo está el nombre mío y no recibimos financiamiento de ningún partido. Siempre hubo partidos que se presentaron y en esta elección son partidos reciclados porque son todos ex de otros partidos que quisieron copiar lo que hicimos nosotros. Como si quisieran copiar la botella de Coca Cola y adentro le pusieran cualquier cosa.

Lo que está claro es que van contra Berlusconi y Bersani.

No es por una cuestión ideológica, pero a los italianos en el exterior Berlusconi nos hizo muy mal. Con Bersani y la gente de la izquierda tenemos diálogo. Y con el centro tenemos un diálogo privilegiado. Pero nosotros somos nosotros.

¿Por qué eligió a Claudio Zin como candidato?

Zin es un hombre que vino él al partido. Nosotros hablamos con los dirigentes del partido y con las asociaciones de italianos que son nuestra base y la gente tiene muy buena percepción de él. Hablamos mucho con él, creímos que podía aportar al partido y fue elegido vicepresidente del partido en Argentina. Zin laburó mucho estos tres años, yo lo vi. Caminó las asociaciones, fue a ver los problemas de la gente. A mí me pareció piola su actitud. Es una persona que está preparada, tiene un título universitario, conoce de política sanitaria, tiene un proyecto de ley para la salud que me parece muy interesante y cuando nos reunimos a elegir los candidatos salió él como la posibilidad para el Senado sabiendo el consenso y la capacidad que puede tener.

Darío Ventimiglia nos dijo que Zin tiene causas judiciales.

Hablemos cosas serias. Ponelo así: “Hablemos cosas serias”.

¿Por qué cree que la farándula se metió en la elección?

Pasa en la política. Al tener uno un alto nivel de conocimiento ya tiene la mitad del camino recorrido. Lo que pasa es que eso hay que manejarlo muy bien. Cuando estén los resultados van a ver que eso no es automático. Uno tiene que trabajar, tener un perfil determinado. Moria Casán fue candidata a diputada, Zulma Faiad fue candidata a diputada. Otros sí tuvieron éxito, como Miguel Del Sel o Reutemann.

¿Cuál cree que es el mejor desenlace que pueden tener estas elecciones para resguardar el sistema político de Italia?

Gobernabilidad. Que pueda haber una alianza que garantice gobernabilidad, sobre todo en el Senado. Y que Italia se pueda mostrar fuerte en Europa. Porque cuando hacés políticas públicas en Italia ya depende también Europa. También necesitamos una muy buena relación con Europa para hacerle entender a Europa que los planes de ajustes no sirven más. Y que se necesitan una política de crecimiento. Italia hace diez años que no crece. De esos diez años ocho los gobernó Berlusconi con un ministro de Economía que se llama Tremonti. Italia creció cero. Si la economía crece vamos a bajar el desempleo, vamos a distribuir el ingreso, van a volver las empresas. Es la séptima economía del mundo con un tejido de pequeñas y medianas empresas muy dinámico. Pero para crecer se necesita una política en Italia y una política europea.