Baja en reservas, déficit y atraso cambiario: se agravan los puntos flojos del modelo

El déficit fiscal aumentó un 4.400% en noviembre y la recaudación sigue creciendo por debajo de la inflación. Las reservas sufrieron una caída del 20% respecto a enero del 2011 y el tipo de cambio perdió el 55% de su valor real desde 2005.
La política económica del gobierno viene arrastrando problemas desde hace años y eso ya se nota en los indicadores oficiales.

Uno de los puntos principales es la cuestión fiscal. Según un informe de la Fundación Mediterránea, en noviembre el déficit llegó a los $2.273,9 millones, un 4.000% por encima del rojo registrado en el mismo mes del 2011. Según el sitio On24, el trabajo aclara que a dicho déficit se llega incluso con los aportes provenientes del Anses y BCRA, los cuales en carácter de recursos extraordinarios ayudan a que el resultado negativo no sea aún peor.

El acumulado en esos meses fue de 22.414,9 millones de pesos. De los once meses transcurridos, solo tres presentaron superávit, marcando de este modo el gran deterioro que sufren las finanzas nacionales. En cuanto a las variaciones, en el mes de noviembre los gastos volvieron a registrar una tasa de expansión mayor a la de los ingresos, ya que los primeros aumentaron a un ritmo del 40,5% anual mientras que los segundos lo hicieron al 35,7% anual.

En ese sentido, se destacan las partidas relacionadas al déficit de las empresas públicas, que aumentó un 191%, y las rentas de propiedad, con una suba del 228%. En tanto, dentro de las transferencias corrientes, las enviadas a las provincias se expandieron un 121% anual.

En forma acumulada para los once meses trascurridos, los egresos mostraron una variación por encima a la de los ingresos: 31,2% vs. 28,9%.

Los números de enero

Según un estudio del Banco Ciudad, el incremento del 24,3% interanual en la recaudación de enero, anunciado con bombos y platillos por el gobierno, se deshace en una caída del 1,3% si se la descuenta la inflación.

El impuesto a las ganancias fue el más dinámico de todos, con un crecimiento del 32%, aunque inferior al que tuvo en el tramo final de 2012, cuando llegó al 42%. Pero advierte que “los impuestos ligados al nivel de actividad mostraron un virtual estancamiento, si se descuenta el efecto de la suba de precios. En enero, la recaudación total por IVA (neta de devoluciones) registró un crecimiento nominal del 26% a/a, en línea con el alza del IPC-Congreso”.

El informe continúa analizando la magnitud del “impuesto inflacionario” que le permite al gobierno hacerse de unos 50 mil millones de pesos al año mediante la pérdida del valor de la moneda.
“Para tener una idea de las magnitudes que representa el impuesto inflacionario en la vida cotidiana de cualquier ciudadano, tomemos una persona con un ingreso mensual de $8.000 y un ahorro en una cuenta bancaria de $20.000”, proponen en la entidad. “Con una inflación del 2% mensual como la actual, esta persona está viendo erosionar regularmente sus saldos monetarios en $480 mensuales ($ 5.760 anuales)”, sostienen.

El trabajo concluye que “se trata de un monto no menor comparado con lo que habitualmente representa en los ingresos familiares el pago de algunos servicios, tales como luz (aproximadamente $ 180 mensuales), gas ($80), teléfono ($130), tv por cable ($170) o las expensas de un departamento ($800)”.

Caída de reservas y atraso cambiario

Otra variable a la que los economistas le ponen el ojo son las reservas del Banco Central, que se redujeron un 20% desde su récord del 26 de enero de 2011. En aquel entonces la entidad conducida por Mercedes Marcó del Pont contaba con un colchón de U$S 52654 millones. Ahora la cifra está en U$S42.531 millones, es decir, U$S10.123 millones por debajo.

El Central arrancó mal el año. En enero sus reservas cayeron U$S988 millones y en lo que va de febrero acumula compras por tan sólo U$S20 millones. “La menor entrada de divisas y el goteo sin pausa de los depósitos en dólares fueron factores determinantes”, describe un trabajo de Massot y Monteverde.

La reducción de la cosecha por la sequía y la brecha cambiaria redujeron en un 30% el ingreso de divisas por exportaciones de cereales y oleaginosas.

“Hasta el 1º de febrero, habían salido de los bancos U$ 522 MM de depósitos en dólares. Esto significa que más de la mitad de la caída de las reservas en lo
que va del año se explica por el retiro de depósitos en moneda extranjera.Necesitado de divisas, el sector público se llevó U$ 215 MM de aquel total”, explica el informe de ese estudio.

Mientras tanto, frente a enero de 2011 la base monetaria creció nada menos que un 72%, llegando a los $ 126107 millones de pesos.

“Intentando frenar la suba, durante enero el Central contrajo en $ 19805 MM la base monetaria, lo que representó una disminución de 6,9 % frente al saldo de diciembre”, remarca el estudio. El Central había expandido en casi $ 40000 mil millones la base durante diciembre. Pese a ello, el dólar en el mercado informal se disparó 16 % durante ese mes.

La consultora AMF estimó que para equiparar el tipo de cambio real de enero de 2005 el gobierno debería devaluar la moneda en un 120%, llevando el valor del dólar a $10,82.

“Si tomáramos como referencia esta paridad inicial del año y la vinculáramos con una serie expresada en moneda constante correspondiente de los siete años precedentes (utilizándose como factor de corrección la evolución de los respectivos índices de precios al consumidor de las Provincias de Santa Fe y San Luis), nos encontraríamos con que la moneda norteamericana perdió casi el 55% de su poder de compra a nivel doméstico”, puntualiza el estudio firmado por Gustavo Perilli.

“También es lógico conjeturar que si las subas de precios no hubieran ejercido ningún impacto distorsivo, el valor del tipo de cambio nominal hubiera quedado pegado en aproximadamente $ 3 por dólar lo cual, posiblemente, no hubiera disparado las presiones de demanda de divisas observadas durante los últimos años, ni las amenazas que sufrió el stock de Reservas Internacionales del BCRA, ni la vertiginosa implementación de los controles cambiarios observados, ni la aparición de cuevas, ni mercados informales, ni “fantasías” en el público sobre un posible escenario semejante al de fines de 2001”, agrega el informe.

Desde la consultora AMF apuntan que los productores que apostaron al dólar perdieron por una doble vía: “la inflación y la estabilidad cambiaria, claramente se produjo un deterioro de la competitividad”, afirman.

“La inflación ya no parece ser producto de un exceso de gasto sino de un “enquistamiento en las expectativas”, concluye el estudio.