La oposición al “fracking” pone en riesgo la extracción en Vaca Muerta

Para explotar el yacimiento de gas y petróleo no convencionales, YPF y Chevron deben utilizar la llamada "fractura hidráulica", un método que utiliza miles de litros de agua, arena y componentes químicos supuestamente contaminantes. Una ciudad de Río Negro ya aprobó una ordenanza que impide este tipo de actividad y podrían sumarse otras localidades de la Patagonia. El riesgo de otro conflicto similar al de las mineras.
El yacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén, promete ser la salvación para la crisis energética que vive el país y también el tesoro con el que el Estado podría solventarse por unos 30 años.

Sin embargo, como en su interior alberga tanto gas como petróleo “no convencionales”, su explotación también requiere del “fracking”, un procedimiento especial, más costoso que el habitual, criticado por organizaciones y directamente prohibido en algunos países.

Como el gas y el petróleo se encuentran depositados rocas de baja permeabilidad, el “fracking” o fractura hidráulica, consiste en la inyección de agua, arena y componentes químicos a alta presión para fracturar la roca madre y poder extraer los hidrocarburos.

En diciembre pasado, después de negociar por meses, el CEO de YPF, Miguel Galuccio, anunció un mega acuerdo con la estadounidense Chevron para explotar la zona en un plan piloto con una inversión de mil millones de dólares. Serán explorados 100 pozos a través del fracking.

Esta metodología extractiva es altamente cuestionada por distintos actores ligados al ambientalismo y de hecho, la técnica está prohibida en Francia, Bulgaria, y algunos estados de Estados Unidos.

Según un estudio firmado por el ingeniero Víctor Bravo publicado por la Fundación Patagonia Tercer Milenio, en cada pozo se realizan cerca de 15 fracturas con un uso del agua de 20.000 metros cúbicos con el agregado de unas 400 toneladas de productos químicos diluidos.

“La composición de los productos químicos no es dada a conocer por las empresas, ya que dicen que es un secreto comercial, pero se supone que son unas 500 substancias químicas: 17 tóxicas para los organismos acuáticos, 38 tóxicos agudos, 8: cancerígenos probados”, señala el informe.

Además, el escrito agrega que “una de las mayores preocupaciones de la fracturación hidráulica es la afección a los acuíferos subterráneos” y remarca que “al fracturar el subsuelo, existe la posibilidad de que una de las fracturas inducidas alcance un acuífero, contaminando el agua con los fluidos de fracturación y con el propio gas de la formación”.

Las consecuencias de la contaminación luego de que el fracking arrasara en las estadounidenses Pennsylvania, Nueva York y Ohio fueron mostradas por el documental “Gasland”, que ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance en 2010.

Vecinos le dicen “no” al fracking

Con este escenario, pobladores de la Patagonia, muchos con la amarga experiencia de sufrir la contaminación dejada por la explotación convencional, comenzaron la lucha para evitar que el fracking haga estragos en sus territorios.

Uno de los actores sociales frente a la problemática es la Asamblea Permanente del Comahue por el Agua (APCA), en las provincias de Neuquén y Río Negro. Junto con el respaldo de otras agrupaciones y, curiosamente, partidos políticos de la oposición y el oficialismo, logró que el Concejo Deliberante de la localidad de Cinco Saltos, en el departamento de General Roca, aprobara la ordenanza que prohíbe la explotación y exploración no convencional de gas y petróleo, según consignó el diario Página/12.

Cinco Saltos, con 33 mil habitantes, es manejada por Liliana Alvarado, del Frente Grande. La ciudad ya tiene un triste registro: sus campos cultivados con cebollas están contaminados por los desechos que dejó Indupa.

“Esto es muy interesante. Cinco Saltos es la primera ciudad de América Latina que dice que estamos libres de fracking, el 20 de diciembre fue memorable. Estamos peleando como si fuéramos David contra Goliat”, le dijo a La Política Online María Tesoriero, de la APCA.

Tesoriero, además, advierte que la decisión de Cinco Saltos podría repetirse en otras localidades de la Patagonia, lo que pondría en riesgo los planes de Galuccio para acelerar la explotación de Vaca Muerta.

Por caso, esta tarde habrá una asamblea en la ciudad de Cipolletti, Río Negro, y ya hay reuniones en Centenario y en la misma ciudad de Neuquén. Otra localidad que quiere imitar a Cinco Saltos es Allen: allí la empresa estadounidense Apache le alquila a los productores las quintas donde se cosechan frutales para hacer perforaciones.

“Ya tenemos pozos, están perforando en medio de las chacras, entre las frutas porque los productores obtienen más ganancias. El proyecto tiene cientos de pozos cuando nosotros tenemos por emergencia hídrica, el agua del lago Marimenuco  está mermando”, apuntó Tesoriero.

El escenario recuerda a la pelea que dieron los habitantes de Famatina, en La Rioja, donde la empresa canadiense Osisko Mining Corporation anunció canceló el proyecto minero en el cerro local. La resistencia de los vecinos tuvo amplia repercusión nacional y hasta motivó enfrentamientos en el mismo seno del kirchnerismo.

En Entre Ríos, organizaciones ambientalistas quieren que se dicte una ley provincial para prohibir el fracking en la provincia. Fernando “Pino” Solanas, en tanto, presentó un proyecto para que el método se prohíba en todo el país, aunque por ahora la iniciativa duerme en a las comisiones de Energía y Combustibles; de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano y de Presupuesto y Hacienda.