Zoo: murió el oso polar y ahora temen por la orangutana

Winner, el último ejemplar del zoo de Palermo, falleció en la madrugada de la Navidad por el excesivo calor, según explicaron las autoridades del parque que Macri concesionó hace dos meses a la misma empresa que lo controla hace 15 años. La oposición teme por la salud de los simios y los elefantes.
Winner, el único oso polar del zoológico porteño murió en la madrugada de la Navidad a causa de una hipertermia, según informó el director de Bienestar Animal, Miguel Rivolta.

"Winner murió por el excesivo calor. Las altas temperaturas fueron determinantes aunque no se descarta que la pirotecnia le haya provocado un cuadro de nerviosismo", señaló el funcionario.

"Cuando llegaron los especialistas, el oso ya estaba sin vida", dijo Rivolta, y aclaró "que no se le administraron sedantes, previendo los efectos que produce la pirotecnia a los animales, porque está contraindicado".

Desde la oposición porteña vincularon la muerte de Winner con la mala administración del zoológico que lleva adelante desde 1997 la empresa Jardín Zoológico S.A., originaria del Grupo CIE, del magnate mexicano Carlos Slim.

Hace dos meses Mauricio Macri le extendió la concesión por cinco años a esta empresa por medio de una subasta para no depender de la autorización de la Legislatura. La empresa había entrado años atrás en el ojo de la polémica luego de una denuncia de graves irregularidades que realizó la Auditoria General de la Ciudad. 

Como anticipó LPO en 2008, era especialmente el oso polar el animal que corría riesgos por la mala gestión de la empresa.

En diálogo con LPO, el legislador Adrián Camps (Proyecto Sur), señaló que “no es extraño que sucedan estas cosas, la licitación no se debía otorgar al mejor postor sino al que presentara una propuesta de bienestar animal”.

El legislador advirtió que las autoridades deberán prestar especial atención a la salud de otras especies que pertenecen a un clima muy distinto al de Palermo, como el de una orangutana que fue extraída de la selva de Borneo o los elefantes.

“Nos tenemos que replantear qué especies podemos albergar en este tipo de zoo, y hay que pensar en terminar con la exhibición de animales encerrados, una práctica de la época de la Reina Victoria”, advirtió Camps.

El Zoo porteño ha tenido osos polares durante muchos años. Originalmente, estaban en la vieja osera con una pileta de 2,5 metros de diámetro que apenas permitía que el oso se bañara.

"Con el tiempo, fueron mejorando las condiciones de alojamiento y en 1993 se inauguró el actual recinto con una pileta de 145.000 litros, una paridera y tres bretes internos", informó el zoo porteño.