Si Argentina entra en default con los fondos buitres podría perjudicar el comercio exterior

Si bien todavía la resolución de esta disputa continúa en la incertidumbre, en el mercado temen que se termine entrando en un default por cuestiones meramente políticas. Es que el gobierno no quiere dar el brazo a torcer y se niega a formular una propuesta al juez Griesa. "Las consecuencias ya se están sintiendo", advirtió el economista Miguel Kiguel.
La disputa entre el gobierno argentino y los fondos buitres está entrando en su etapa decisiva. Hoy las dos partes junto con el Banco de Nueva York realizarán su presentación en la Corte estadounidense. La postura oficial sostendrá que ese fallo es "inmune a la ley soberana de EEUU porque el pago a los acreedores se hace fuera de ese país".

El gobierno definía esta noche el contenido de la presentación que realizará ante el Juez Thomas Griesa en la causa en la que el país es demandado por holdouts que no ingresaron al canje y reclaman un pago de 1.400 millones de dólares.

"Todavía se sigue trabajando en Estados Unidos y en la Argentina para definir los términos de la presentación", informó un portavoz del Palacio de Hacienda. "Lo que sí es seguro es que hoy se realizará" enfatizó la fuente, que además aclaró que "el plazo vence a las 12 de la noche de Nueva York.

Es que el juez federal Thomas Griesa debe resolver en pocos días lo que le pidió la Cámara de Apelaciones cuando falló a favor de los fondos de inversión que no entraron en el canje de deuda del 2005 y del 2010. En ese fallo se le pidió al magistrado neoyorkino que debía explicitar el mecanismo por el cual debía pagar el gobierno argentino y que definiera el monto y su forma de cálculo.

Mientras tanto el Gobierno procura articular una presentación que le permita seguir cancelando los servicios de deuda en situación regular sin ningún cambio en los procedimientos, pero al mismo tiempo eludir el pago a los holdouts.

Los fondos de inversión se presentaron ante Griesa el martes y le exigieron que la Argentina realice un pago inmediato por 1.400 millones de dólares, aunque el juez mantiene su decisión en suspenso hasta el 1º de diciembre.

El lunes Griesa intimó a la Argentina a que pagara a los fondos buitres: "la Argentina tiene el deber de cumplir con las resoluciones judiciales en los Estados Unidos en el caso de los bonos", advirtió, en respuesta a las declaraciones de la presidenta y del ministro de Economía Hernán Lorenzino en las que afirmaban que no iban a pagar ni un dólar a los fondos buitres.

Por eso Griesa espera una certificación por escrito sobre cuáles son las intenciones del gobierno y si finalmente se digna a realizar una propuesta concreta.

Pero fuentes del mercado comentaron a LPO que “existen muchas soluciones a mano y muy fáciles, que Griesa seguramente aceptaría” y sin embargo, consideran que el giro que ha tomado la causa para el gobierno lo ha dejado sin margen político alguno. “La solución fallará por motivos políticos y no económicos”, agregaron dichas fuentes.

La encrucijada del default

El problema es que una vez que esto se resuelva y la Argentina decide no pagar, entrará en un default con estos bonistas 

El juez Griesa ahora se encuentra en un apriete porque la Cámara de Apelaciones le dio la razón, pero si la ratifica eso implicaría enviar un país entero al default, con todas las consecuencias económicas que esto trae. De todas formas los especialistas consultados por LPO coincidieron en que no habría riesgo de un “contagio” hacia otros países.

El banco intermediario entre el gobierno y los fondos es el Bank of New York Mellon, el cual podría embargar la totalidad del próximo pago en caso de que Griesa falle a favor de los buitres y el gobierno insista en no pagarles, cuando la Argentina abone el vencimiento del cupón PBI este 2 de diciembre. Y es que la entidad no descartaría inmovilizar los fondos como una forma de evitar tomar posición entre las dos partes, quedando en el medio de dos posturas contradictorias.

La encrucijada se transformó en un callejón sin salida: si pasa esto, entraría en un default técnico con todos los tenedores y no sólo con los buitres, porque los fondos inmovilizados impedirían pagarle a los bonistas que sí entraron al canje, más allá de sus intenciones de cumplir y de que cuenta con los fondos necesarios para hacerlo.

Por otro lado, si la justicia decide cooptar parte de esos dólares para pagarle a los buitres y cumplir con su reclamo, entonces se estaría incurriendo en default con el resto de los acreedores.

Efectos

En realidad los bonos que quedaron afuera del canje son sólo 4, que se encuentran bajo legislación estadounidense. Pero en el mercado consideran que de entrar en default con estos fondos, no se leerá como un default “selectivo” sino que los inversores lo tomarán como una situación análoga a la que se vivió en el 2001.

Si bien desde el default del 2001 la Argentina se encuentra fuera de los mercados de deuda internacionales, lo cierto es que si lo desea el país podría salir a tomar deuda, aunque a tasas realmente malas que estarían cerca de un 12%, las más altas de la región. Pero en caso de producirse este default técnico las mismas se dispararían a un 20%, o incluso provocar que las puertas del financiamiento exterior se cierren definitivamente.

Si las tasas de default se mantienen en los altos niveles actuales va a terminar afectando, provocará que no haya financiamiento externo ni para empresas ni para provincias, hasta llegar a terminarse las líneas de comercio exterior”, explicó el economista Miguel Kiguel. En ese marco, los exportadores de un producto clave como la soja no estarían exentos. Es decir que incluso si no se produce el default la economía ya siente el impacto de esta mayor incertidumbre. Sin ir más lejos, el riesgo país llegó a los 1.200 puntos y los CDs a 3.000.

En caso de que finalmente suceda, apuntó que "sería un default muy técnico, por razones más legales, de no poder solucionar el tema, más que económicas".

“Mucha gente está viendo la situación como muy complicada y ve pocas alternativas para la Argentina”, agregó, en diálogo con LPO, aunque remarcó que la pelea "va a llevar un tiempo" en resolverse y todavía no está claro el curso con el que concluirá la causa.