Provincia

El intendente de Brown instala el debate por los piquetes en su carrera a gobernador

Darío Giustozzi es uno de los intendentes con mejor imagen del Conurbano. En las última semanas sorprendió al cuestionar duramente los piquetes. Las razones del viraje y el proyecto a gobernador.
A pesar de que faltan un poco más de tres años, los movimientos en el kirchnerismo de cara a las elecciones de 2015 suman novedades semana tras semana. Es que en la grilla de aspirantes a la gobernación ya empezó a instalarse el intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi, quien parece decidido a dar pelea.

Por eso, no sorprende que desde hace unos meses en su distrito y municipios aledaños los vecinos estén siendo consultados mediante una encuesta telefónica acerca de la imagen del jefe comunal browniano. El trabajo está a cargo de la consultora EKT que también recomienda enviar un mail ante cualquier sugerencia que tengan los encuestados.

La imagen de los intendentesUna encuesta realizada el mes pasado por la consultora Aresco de Julio Aurelio, situó a Giustozzi entre los jefes comunales del Conurbano con mejor imagen positiva. La lista la encabezaba Sergio Massa, de Tigre, que midió nada menos que 88,6% entre los vecinos de la zona. Le siguen Martín Insaurralde de Lomas de Zamora (86,3%), Giustozzi (85,7%), Patricio Mussi, de Berazategui (82,1%), y Lucas Ghi, de Morón (75,5%).

Lo interesante es que en el trabajo la consultora a pregunta directamente al encuestado si considera a la modalidad de piquete como una práctica anacrónica de protesta social. Justamente, Giustozzi se quejó meses atrás de los piquetes considerándolos “una provocación social”.

“Se tornaron insoportables e ineficaces, ya que generan un marco de violencia desmedida que torna inviable la resolución de los conflictos por vía de una negociación pacífica y adecuada al problema por el que se protesta”, había señalado el intendente cuando distintos grupos de vecinos cortaron las calles del distrito por la falta de servicios luego del feroz tornado que azotó al Conurbano.

La crítica a esta modalidad estaría reflejando un giro en el discurso del oficialismo, que en gran medida anticipó la propia Cristina Kirchner al extender incluso la crítica a los paros que le complican la vida cotidiada a la gente, como hizo en varias ocasiones con las medidas de fuerza del Subte.

Giro que se vio incluso ayer cuando el gobierno condenó duramente el paro de los camioneros a las empresas de transporte de caudales que afectaron la provisión de billetes a los cajeros automáticos.

Años atrás, cuando Mauricio Macri comenzó a cuestionar los piquetes y puso en marcha una fiscalía contravencional para enfrentarlos, desde el kirchnerismo solían criticarlo sin reservas y lo acusaban de "criminalizar" la protesta social.

Este giro gradual fue acompañado además de un alejamiento de las expresiones más viscerales de los movimientos piqueteros del núcelo oficialista, como sucedió con Luis D´Elía. Otras expresiomes como el Movimiento Evita acaso supieron adaptarse mejor a los nuevos tiempos y lograron transformar sus organizaciones de protesta directa en estructuras político-territoriales, con inserción en cargos legislativos y ejecutivos.