Dólar: empieza a debatirse el número real de reservas disponibles

Los economistas analizan el verdadero poder de fuego del Banco Central en caso de que haya una corrida. Actualmente las reservas están en unos U$S47.111 millones, pero si se descuentan los compromisos asumidos por la entidad la cifra baja a poco más de U$S11 mil millones. El debate entre los analistas.
El poder de fuego del Banco Central para combatir una corrida cambiaria se ha venido deteriorando en los últimos años. Al 1 de junio de 2012, la entidad dice contar con U$S47.111 millones en concepto de reservas. Pero esa cifra, para algunos economistas no da muestra de cuál es la verdadera situación de la entidad presidida por Marco del Pont.

Para eso utilizan el concepto de Reservas Netas Efectivas, que se calculan como la diferencia entre las reservas y las obligaciones contraídas por el Central. Según un estudio de Massot-Monteverde y Asociados, estas RNE estarían al día de hoy en U$S 11.243 Millones. “Algunos componentes —como es el caso de las ventas de futuro— no están transparentemente expuestos en el balance semanal del BCRA ni le ha interesado al BCRA poner claridad”, aclara el informe.

La diferencia con otras estimaciones es que está incluye aquellas que están puestas en pesos, como las Lebac. ¿Por qué? Desde M&A razonan lo siguiente: "O vende dólares de sus reservas para hacerse de pesos, o los emite (salvo que el gobierno pudiera con sus propios ahorros capitalizar al BCRA para que devolviera esos pesos, cosa que sabemos que no puede hacer porque no tiene ahorros sino que gasta más de los que le ingresa)".

"En ambos casos, la relación base/reservas efectivas sería afectada de la misma manera: o aumenta el numerador (emitiendo pesos) o se reduce el denominador (usando reservas)", agregan.

El economista Roberto Cachanosky apunta que “hay debate” acerca de la influencia de los futuros dentro de ese análisis, pero que “comparte” lo publicado por Massot y Monteverde. Y otorga algunos números más. “En enero de 2010, por cada dólar de reserva había 4,29 pesos de base monetaria, ahora ese número está en 7,64”, explica.

Ese número no significa el valor que debe tener el dólar ahora. Pero sí que “tiene cada vez menos dólares para enfrentar una corrida”, sostiene. “Creció más el pasivo que lo que tenés en reservas”, agrega. Entre el 18 de mayo y el 1 de junio las reservas netas efectivas tuvieron una suba de poco menos de U$S700 millones; mientras tanto, la base monetaria trepó en esos días en $5.000 millones. Es decir que la relación base/reservas efectivas está empeorando día a día.

Para darse una idea de lo que implica una corrida, se supone que el 20% de los depósitos deciden retirarse. Al nivel de tipo de cambio actual, eso significa unos 14.000 millones de dólares para el Banco Central, un verdadero vaciamiento.

Sin embargo, esa no es la lectura generalizada ni mucho menos. Algunos analistas consideran que debe tenerse en cuenta las variaciones que pueden surgir en el tipo de cambio. Es decir, no es lo mismo una corrida si el dólar vale $4,50 que $5, y con un tipo de cambio flexible se convierte en una variable que el Banco Central puede maniobrar. Por ejemplo, si quienes retiran depósitos acuden masivamente a hacerse de billetes verdes, al Central le convendrá un tipo de cambio más alto ya que tendrá que vender menos dólares, y podrá estar mejor parado ante la corrida.

“No tiene sentido hacer ese descuento, porque por más que estén ‘comprometidas’, no dejan de ser reservas”, reflexionan en una consultora. “Es una variable que está bien medida, así se computan en todo el mundo”, aseguran, y desdramatizan ese nivel de compromiso con las deudas adquiridas. Es que los pagos a inversores extranjeros son tan sólo de U$S2.500 millones de dólares por año, que son más difíciles de renegociar. Otra es la historia con los ahorristas y bancos locales, con quienes las operaciones pueden ser más flexibles.

El único punto en las cuentas oficiales del Bcra que puede considerarse “dudoso”, subrayan desde el estudio, son unos U$S3.500 millones que surgen de los depósitos a corto plazo que se toman del Banco de Basilea, en donde la entidad tiene unos U$S 30.000 millones. Es una jugada que suele hacerse para “inflar” las reservas cuando caen más de lo deseado.