Vila y Manzano, las primeras víctimas del desembarco de Kicillof en Cammesa

El viceministro de Economía tomó el control de la mayorista del mercado eléctrico, en otro avance sobre las áreas que controlaba Julio de Vido. Una de las primeras medidas de la nueva conducción fue rechazar un muy ventajoso plan de pagos que la eléctrica de Vila y Manzano había propuesto para cancelar la deuda de más de 40 millones que arrastra.
Apenas tres meses después de re-prorratear su deuda de $ 144 millones a través de un crédito bancario, Edemsa –la distribuidora de electricidad de Mendoza, controlada por el grupo Andes Energía, de Daniel Vila y José Luis Manzano- vuelve a estar con el agua al cuello en el plano financiero. Es que la empresa debía cancelar a fines de mayo un rojo de $ 40 millones con Cammesa, la compañía mixta administradora del mercado eléctrico que, en la práctica, es quien le vende la energía que distribuye en la provincia cuyana.

Sin embargo, a raíz de la endeblez de su caja -que al igual que la de otras distribuidoras como Edenor, Edesur y Edelap sufre por el congelamiento tarifario y el aumento de los costos- la firma de Andes Energía solicitó diferir ese compromiso. Incluso presentó un plan de pagos en cuotas que no fue aceptado por Cammesa, que desde la semana pasada es presidida por Juan Manuel Abud, un abogado de confianza del viceministro de Economía, Axel Kicillof, que integró también la plana de la intervención de YPF.

“La deuda de Edemsa hasta mayor de 2012 superaba los 40 millones de pesos. Por eso, la empresa propuso un plan de pagos, que preveía el aporte en efectivo de $ 3,5 millones ahora, 14,5 millones a 30 días y luego una financiación de 27 millones de pesos en 12 cuotas consecutivas con interés compensatorio del Banco Nación. Pero se lo negaron”, precisó un allegado a Adeera, la asociación que reúne a las distribuidoras de energía eléctrica de todo el país.

Ganancias y deudas

En los últimos meses se agudizaron los inconvenientes financieros de las distribuidoras eléctricas, que alegan que el incremento de los costos como consecuencia de la inflación que pesa sobre insumos y repuestos y del encarecimiento de la mano de obra local se comió el escaso margen operativo de las compañías. Edenor, la mayor distribuidora del país, con un rojo de $ 430 millones en 2011, y Edesur, con una pérdida en torno a los 500 millones, dan cuenta de esa situación.

Edemsa, en cambio, ganó el año pasado $ 11 millones, pero aun así los ingresos no lograron oxigenar los compromisos financieros de la compañía.

“Andes Energía está tratando de conseguir un nuevo crédito para descomprimir la situación. Pero no es fácil porque en marzo tomó un financiamiento para prorratear su deuda de $ 144 millones”, explicó un funcionario mendocino al tanto de los pormenores que está atravesando el grupo Vila-Manzano, que –al igual que otros empresarios locales como Marcelo Mindlin, titular de Pampa Energía- desembarcó en el segmento de distribución tras la devaluación de 2002 con la mirada puesta en una potencial recomposición tarifaria a mediano plazo que no termina de concretarse.

Avance camporista


Días atrás, La Cámpora se quedó con el control de Cammesa, la compañía mixta que se encarga de vincular a todos los eslabones de la cadena, desde los generadores (Endesa Costanera, Dock Sud, Central Puerto, Yacyretá) hasta distribuidoras (como Edenor y Edesur) a través de la transportadora Transener.


Dos figuras del riñón del viceministro de Economía, Axel Kicillof, hicieron pié en la compañía mixta: en primer término, designó a Juan Manuel Abud en el cargo de gerente general y a Paula Español –segunda de Beatriz Paglieri, la secretaria de Comercio Exterior y ladera de Guillermo Moreno para controlar el ingreso de importaciones- en el cargo de gerente de Finanzas.

La nueva gestión de Cammesa tendrá a su cargo el diseño de un plan integral para el sector eléctrico, que podría incluir la nacionalización de Transener, la transportadora de energía en alta tensión, que está en manos de Pampa Energía, Electroingeniería y Enarsa y el avance a partir de la inyección de capital en las distribuidoras que operan bajo la órbita nacional, Edenor y Edesur.

“Desde hace tiempo coexisten dos organizaciones dentro de Cammesa, una que se encarga estrictamente de la operación técnica del sistema eléctrico, y otra que controla el dinero y los fondos que recibe la empresa para comprar combustibles (gas, gasoil y fuel oil) y mantener la cadena de pagos del sector. Esta última área es conocida, despectivamente, como ‘guitaducto’ en el mercado”, detalló a LPO un encumbrado directivo de una generadora, que pidió la reserva de nombre.

De hecho, una de las ideas que baraja el Gobierno consiste en desagregar de forma precisa a la actual Cammesa –creada a principios de los ’90 para administrar el mercado ‘marginalista’ diseñado por el menemismo- en dos nuevas organizaciones bien definidas: una a cargo de lo técnico y otra con potestad sobre las variables económicas del sistema eléctrico.