"Mauricio Macri siempre fue desarrollista"

En una entrevista con LPO, el legislador porteño Rogelio Frigerio, nieto del padre del desarrollismo, explicó que el jefe de gobierno sigue los pasos de Arturo Frondizi desde antes de ingresar a la política. Además dijo que el PRO no actúa en base a encuestas sino a sus convicciones y que los niveles de equidad en Argentina son peores que antes de la crisis de 2001.
Rogelio Frigerio es nieto del padre del desarrollismo, ese dirigente que firmó un pacto secreto con Juan Domingo Perón para que Arturo Frondizi se convirtiera en presidente en 1958.

A diferencia de su abuelo, que era periodista, Rogelio Frigerio nieto es economista y legislador porteño del PRO. Fue elegido por el propio Mauricio Macri para presidir la Comisión de Presupuesto de la Legislatura porteña y a diferencia de la mayoría de sus compañeros de bancada, mantiene un diálogo fluido con el jefe de gobierno.

Frigerio dirige además la consultora Economía y Regiones, ubicada a metros de la Plaza de Mayo. Allí recibió a La Política Online para un reportaje en el que habló tanto de la economía porteña como de la expropiación de YPF, rechazada por el PRO.

También aseguró que no fue él quien le inculcó las ideas desarrollistas a Macri, sino que el jefe de gobierno adhiere a esos conceptos “de toda la vida”.

A continuación, el reportaje completo.

¿Por qué se opuso el PRO a la expropiación de YPF?

Tal como lo anunció el jefe de gobierno, no vamos a acompañar el proyecto de confiscación del 51 por ciento de las acciones de YPF en manos de Repsol. Básicamente porque creemos que no es la solución, eso no va a solucionar la vida a la gente. No va a permitir que se terminen las colas en los surtidores de las estaciones de servicio, que un hombre de campo pueda tener gasoil para la siembra y la cosecha, o que al industrial no le corten el gas en el invierno. Ni que los combustibles sean más baratos y que haya mayor exploración y explotación de hidrocarburos. Creemos que es una forma de deslindar responsabilidad de parte del gobierno. Esto no es un debate entre más Estado o menos Estado, de hecho estamos convencidos que lo que aquí falló fue el Estado. La ausencia del Estado fue la que provocó que las empresas del sector en la Argentina no cumplieran sus compromisos. Repsol creemos que hizo todo mal. Una empresa que permite que el Estado le imponga un socio y que este socio se lleve la cuarta parte de las ganancias sin poner un peso, es una empresa poco seria, sobre todo si este nuevo socio no tiene nada que ver con el sector petrolero. Sin embargo el Gobierno facilitó que el Grupo Eskenazi tuviera la conducción de YPF en los últimos cuatro años, que son el período de menor inversión de la empresa. No podemos como fuerza política acompañar una ley que trae más costos que beneficios al Estado nacional. No van a solucionar los problemas que trajo la pésima política energética de los últimos nueve años y además seguramente nos obliguen a pagar compensaciones por las formas en las cuales el gobierno confisca estas acciones, cuando creemos además que había otras alternativas.

¿Cuáles eran esas alternativas?

Las empresas no son dueñas del subsuelo. Tienen concesiones por determinada cantidad de años en función a los compromisos que asumen de exploración y explotación y producción. Si el Estado nacional entiende que estas empresas no han cumplido su cometido, podría retirarles la concesión a costo cero, por un lado. Es difícil plantear esta hipótesis porque fue el mismo gobierno con un director dentro de Repsol YPF que convalidó con su firma todo el accionar en estos nueve años de esa empresa. Tampoco se entiende por qué no se analiza la alternativa del ingreso del Estado en YPF adquiriendo las acciones del grupo Eskenazi, ese 25 por ciento de acciones que nos van a salir muy baratos porque ese grupo tampoco puso un peso.

Si Repsol "hizo todo mal", ¿cree que se le podría haber retirado la concesión en lugar de hacer una expropiación?

Primero, esto no es una expropiación. Se confisca si se quiere una cantidad de acciones de uno de los grupos que conforman la empresa. Para expropiar hay que definir un precio y pagar, cosa que todavía no se hizo. Por eso estas normas que están perfectamente establecidas en la Constitución se han violentado, y eso seguramente también traerá costos para la Argentina en el futuro.

¿Le pareció acertado que Cristina Kirchner eligiera a Julio De Vido para la intervención de la empresa?

La intervención tampoco es constitucional. Esto seguramente también tendrá costos para la Argentina en el futuro, costos que quizás no los pague este gobierno.

¿De qué tipo de costos habla?

Costos económicos y costos de reputación. Creemos que el problema básico del sector energético es la falta de inversión. Medidas como ésta lo que hacen es agravar el problema, no solucionarlo. La Argentina no es un país petrolero pero tiene el suficiente petróleo para lograr el autoabastecimiento, de hecho en otros momentos de la historia lo hemos conseguido. Y sin embargo estamos utilizando muchas divisas para importar algo que tenemos bajo nuestro suelo. Esto ocurre por una mala política energética. La única solución que encuentra el gobierno es confiscar una parte de las acciones para echarle toda la culpa a la empresa. Esto es solamente un 30 por ciento de las áreas explotadas de la producción de petróleo y gas. Nadie nos dice qué va a pasar con el 70 por ciento restante.

¿Cree que la postura de Macri de oponerse al proyecto fue apresurada, teniendo en cuenta que las encuestas demuestran que la mayoría de la gente está a favor de la expropiación?

No, fue absolutamente consciente. Nosotros no tomamos decisiones en función de las encuestas, las tomamos en función a las convicciones. Eso también es algo que parte de la oposición debería revisar. Uno no puede acompañar el humor social que surge de las encuestas. Uno tiene que tener convicciones y defenderlas en cualquier momento.

El desarrollismo

En el último tiempo, Macri tomó el discurso del desarrollismo y habla del radical Frondizi como el mejor presidente de la historia argentina. Sin embargo, la UCR en general se mostró del lado del kirchnerismo en el caso de YPF. ¿Cómo explica esa contradicción?

Lamentablemente Frondizi es el único presidente de origen radical que no tiene un cuadro colgado en el comité nacional del radicalismo. Frondizi era radical pero llega al gobierno por un acuerdo con el peronismo, mi abuelo negocia con Perón directamente. Y después arma su propio partido que era el Movimiento de Integración y Desarrollo. Nosotros seguimos teniendo las mismas convicciones. El PRO toma las banderas del desarrollismo y la batalla del petróleo que libró Frondizi en la década del 60 fue exactamente lo contrario a lo que hizo este gobierno en los últimos 9 años. Es decir, priorizar la inversión y lograr el autoabastecimiento. Lo que se ha hecho este año con las políticas energéticas fue por la desinversión perder la categoría de un país autoabastecido de hidrocarburos.

¿Es un triunfo de usted, que proviene del MID, que Macri enarbole la bandera del desarrollismo?

No, al contrario. Parte de la decisión por la cual yo estoy en este espacio tiene que ver con el convencimiento de que Mauricio Macri adhiere a muchas de las políticas desarrollistas. De hecho lo he conversado con él en innumerables oportunidades. No soy yo el que lo convence, él es un convencido de toda la vida de que el mejor gobierno que tuvo la Argentina ha sido el del doctor Frondizi y de que además hoy las políticas implementadas por el desarrollismo tienen una vigencia asombrosa.

¿El kirchnerismo tiene algo de desarrollista?

El kirchnerismo es populista, hay pocas cosas más enfrentadas con el desarrollismo que el populismo.

Los críticos del macrismo hablan de un supuesto “vacío ideológico” del PRO. ¿El desarrollismo vendría a ocupar ese espacio?

Yo insisto en que Mauricio Macri adhiere a las ideas desarrollistas de toda la vida, no es algo nuevo. No tiene que ver con mi incorporación a este espacio. Lo dijo con claridad en la última convención del PRO donde presentó las nuevas autoridades. El PRO es desarrollista en los lineamientos económicos y liberal en términos de la política, de los derechos individuales y las libertades públicas.

¿Usted está en la mesa chica del armado nacional del PRO?

Somos muchos los que colaboramos en el armado territorial de este espacio con el objetivo claro de que Mauricio Macri sea el presidente de todos los argentinos en 2015. Es una tarea muy compleja, muy intensa, que demanda la participación de muchos dirigentes.

Se habla de que Macri no está conforme con la estrategia desplegada hasta el momento. ¿Viene lento el armado nacional?

Sigue los tiempos que se preveían. Armar una estructura partidaria con peso político en todo el país es una tarea compleja. Se está trabajando en eso. Recién se definieron las nuevas autoridades partidarias y eso es fundamental para usar al PRO como una herramienta fundamental para este armado político. En paralelo se tiene comunicación y contacto permanente con dirigentes de distintos sectores políticos con los cuales se está hablando. Primero para conocernos, para saber lo que pensamos cada uno de lo que hay que hacer para sacar al país de donde está y después ver si esto puede derivar en una alianza electoral.

¿Cuál es su proyecto personal para 2015?

Mi proyecto hoy es que Macri sea presidente en 2015. Para mí eso es fundamental, porque el país hoy está perdiendo una gran oportunidad. Hemos atravesado en los últimos años uno de los ciclos más favorables del capitalismo en un país como la Argentina, competitivo en la producción de alimentos. Lo hemos desaprovechado para generar las bases de un desarrollo sustentable y para sacar a millones de argentinos de la pobreza y mejorar los niveles de equidad. Tenemos los mismos pobres que teníamos antes de la crisis del 2001 y tenemos niveles de equidad aún peores que aquel entonces. Es fundamental que el próximo gobierno se decida a aprovechar este contexto tan favorable que yo creo va a seguir unos años más, pero para eso tenemos que cambiar la visión del país y Mauricio Macri tiene que ser presidente. Ese es mi proyecto político.

¿Dice que la Argentina está peor que en 2001?

Es difícil estar peor que en el 2001 porque en aquel entonces la Argentina pasó una de sus peores crisis políticas, económicas e institucionales de su historia. Además el contexto internacional era infinitamente más desfavorable de lo que es ahora. Para los que creemos que la Argentina puede estar en otro lugar, que la Argentina no se merece estar en esta situación, es que estamos trabajando en una alternativa superadora.

¿Cree que rechazar el subte le hizo bien a la carrera presidencial de Macri?

Si quiere ser presidente, y Macri lo quiere ser, le tiene que decir la verdad a la gente. Los argentinos nos estamos acostumbrando a aceptar las mentiras. A aceptar las mentiras de la inflación, de la política energética. Y creo que un presidente lo que no puede hacer es mentirle a la gente. En este sentido, en el caso del subte, Macri no podía dejar de decirle a la gente que era irresponsable aceptar un traspaso de esa manera, en esos tiempos y sin los recursos necesarios para que el servicio de la mejor manera y que la gente viaje dignamente. El gobierno nacional está acostumbrado a hacer lo que quiere y en la forma que quiere. Alguien le tiene que decir en algún momento que hay un límite. Esa tarea en este caso le tocó a Mauricio Macri.

¿La Ciudad no tiene recursos para administrar el subte y los colectivos?

La Ciudad tiene un presupuesto que ha sido votado y que hoy se está ejecutando. Si uno tiene que derivar recursos de ese presupuesto para ocuparse del subte si se lo transfiere sin recursos, cosa que está expresamente contemplada en la Constitución que no puede ocurrir, deberíamos modificar las partidas y sacar recursos que hoy están asignados en otros lados para afectarlos al subte. O incrementar más los impuestos. Creo que eso no es la mejor opción para los porteños y por eso nos estamos oponiendo a un traspaso de esta manera. Impulsamos que le transfieran a la Ciudad todas las competencias que hoy están en manos del gobierno nacional, pero dentro de la ley. Como manda la Constitución, con los recursos y con el tiempo necesario para hacer una transición ordenada, prolija y transparente.

La Legislatura

Se habla de que Fernando De Andreis no tiene el respaldo de sus propios compañeros de bancada.

Yo creo que son comentarios de pasillo. Lo cierto es que la capacidad de juntar voluntades políticas para llevar adelante un proyecto o sacar una ley se va a ver cuando discutamos las leyes importantes que tenemos en agenda. Todavía no ha ocurrido, así que seguramente cuando las distintas comisiones empiecen a despachar las leyes que para el gobierno de la Ciudad son prioritarias, se va a ver que el trabajo político de la Legislatura por parte del PRO es eficiente.

¿Los legisladores del bloque del PRO sienten una interna entre Ritondo y Vidal?

Son más comentarios de pasillo o habladurías que hechos concretos. No tenemos internas y la Legislatura funciona correctamente. Hay que esperar que tengamos despachados de las comisiones las leyes que están en la agenda parlamentaria. En función de eso vamos a ver si estamos funcionando adecuadamente o no. Hasta ahora sólo es una cuestión teórica.

¿Qué temas lo ocupan actualmente como presidente de la comisión de Presupuesto?

Tenemos una agenda parlamentaria importante. Ahora que estamos cerrando las paritarias vamos a tener que adecuar el presupuesto en función de las negociaciones salariales con los distintos sectores. Tenemos algunos pedidos de financiamiento para obras públicas específicas.

¿Se espera el pedido de la emisión de algún bono por parte del Ejecutivo?

El Ejecutivo está analizando el financiamiento de algunas obras que pretende llevar adelante y eso obviamente se va a terminar de discutir en la comisión de Presupuesto.

¿Cómo ve la situación financiera de la Ciudad para este año?

Este es un año más complicado que los dos años anteriores, en término de que los recursos no están creciendo al ritmo esperado. Evidentemente el enfriamiento del nivel de actividad se está sintiendo en la recaudación. Los gobiernos subnacionales como el de la Ciudad no cuentan con recursos extraordinarios que maneja el gobierno nacional, no cuentan con la posibilidad de utilizar los recursos del Banco Central, las reservas, ni el ahorro de los jubilados. Entonces están supeditados a ver cómo viene la recaudación. Ahí también la Ciudad no cuenta con los recursos de los impuestos más importantes que recauda la Nación, como IVA y Ganancias. Solamente el 1,4 por ciento de la coparticipación va a la Ciudad de Buenos Aires y tiene que enfrentar sus gastos con básicamente recaudación propia de los impuestos locales, el ABL, el impuesto inmobiliario, Ingresos Brutos. Estos impuestos, sobre todo los dos últimos, están muy vinculados al nivel de actividad. Y la actividad, por más que se quiera negarlo, se está enfriando. Eso impacta en la recaudación. Sin embargo, hasta ahora no vemos que eso implique incumplimientos del gobierno en el plan de obras ni en el gasto corriente que está presupuestado.

¿Cómo viene la ejecución del Presupuesto 2012?

Según lo esperado.