Caso Ciccone

Vandenbroele en la Casa de la Moneda para firmar el contrato de Ciccone

El mismo día que la presidente anunciaba al estatización de YPF, el monotributista Alejandro Vandenbroele, señalado como testaferro de Amado Boudou, había ido en persona a la Casa de la Moneda para firmar el contrato millonario que ese organismo le dio a la ex Ciccone. Las denuncias de operaciones de lavado ante la UIF.
Hay que reconocerle un nivel interesante de audacia al monotributista Alejandro Vandenbroele, manager director del misterioso fondo The Old Fund y acusado por su esposa de ser testaferro del vicepresidente Amado Boudou.

En el mismo día que la Presidenta lograba salir por la puerta grande del escándalo de la ex Ciccone, anunciando la estatización de YPF, Vandenbroele no tuvo mejor idea que ir en persona a la Casa de la Moneda para firmar el polémico contrato de ese organismo con la flamante Compañía de Valores Sudamericana, nombre de fantasía que le pusieron a la planta de la familia Ciccone.

Se trata de un contrato que inicialmente es por u$s 50 millones pero que escalaría a los u$s 130 millones, para imprimir unos 1300 millones de billetes. La contratación que lleva adelante la bouduista Katya Daura ignorando de manera admirable el escándalo mediático y hasta el avance de la causa judicial, tendría un sobreprecio del 25% respecto a lo que la misma Casa de la Moneda pagó en noviembre de 2010 por la impresión de billetes en su homóloga de Brasil.

Como sea, este martes los empelados de la Casa de la Moneda no salían de su asombro cuando vieron al ahora famoso Vandenbroele recorrer los pasillos del organismo ubicado en el barrio de Retiro, con la misma soltura que se muestra frente a las cámaras cuando concurre a los tribunales federales de Comodoro Py, ubicados ahí nomás del edificio que dirige Daura.

Sin embargo, Daura estuvo lejos de alegrarse con la visita del amigo del amigo y socio de Boudou (José María Nuñez Carmona) y la oyeron comentar indignada que “cómo es posible que no haya designado un apoderado para que venga a firmar”. De hecho, la titular de la Casa de la Moneda si haría tomado ese recaudo y se cuidó de delegar la firma del polémico contrato en otro representante del organismo.

Es que el contrato no deja de ofrecer enormes flancos legales a futuro. No sólo porque se está entregando una materia tan sensible como la impresión de papel moneda a una empresa que está en manos de un fondo que se desconoce el origen de su integración económica, sino porque este mismo misterio abona las sospechas de lavado de dinero.

Es que la imposibilidad de explicar quienes son los que aportaron a The Old Fund el dinero para levantar la quiebra de Ciccone y pagar el alrededor de un millón de dólares por mes que cuesta mantenerla operativa, alimenta la posibilidad de que haya detrás de la operación, una maniobra de lavado de dinero.

De hecho en el mercado financiero circula una versión que habla del paso de varios millones de dólares por The Old Fund que habrían sido depositados en bancos que ante la oscuridad de su origen, se vieron forzados a reportar operacione sospechosas de lavado ante la Unidad de Información Financiera (UIF) que conduce José Sbatella.