La pelea por los vuelos desde Rosario, exponen la división del socialismo

Mariano Recalde logró que el gobierno nacional prohibiera los vuelos de LAN desde Rosario, para favorecer a Aerolíneas Argentinas. La medida desfinancia al aeropuerto local y le quita relevancia regional a la ciudad. Generó el primer signo de una fisura en el socialismo: Mónica Fein no quieren romper con la Rosada, mientras que Binner busca profundizar el perfil opositor.
Rosario se quedó sin vuelos internacionales desde que la semana pasada LAN dejó de unir este aeropuerto con Lima. La Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) que dirige el camporista Alejandro Granados finalmente cedió a la presión de Mariano Recalde y no repitió la prórroga que le venía otorgando a la compañía chilena para explotar la ruta Rosario-Lima.

Así le dejó el camino libre a Aerolíneas Argentinas que dirige su colega de La Cámpora, para que monopolice el tráfico aéreo de la región. Es que ahora los pasajeros de Rosario y su región, para viajar al exterior deberán trasladarse hasta Ezeiza para cualquier vuelo internacional que pretendan tomar. La medida además afecta el posicionamiento de Rosario como la segunda ciudad del país en la puja que históricamente mantiene con la vecina Córdoba, que mantiene sus vuelos internacionales.
Mientras LAN operó la ruta Rosario – Lima, en los últimos trece meses transportó 72.000 pasajeros y eso reportó unos 2 millones de dólares como ingresos directos al Aeropuerto local, controlado por el Estado provincial. Es obvio que no hay un interés mayoritario de rosarinos por visitar la capital peruana, sino que ese punto es usado para derivar hacia otros destinos internacionales. Ese es el mercado que se quedó Aerolíenas con la ayuda de la Anac.

Este tema ya provocó el año pasado una intervención directa del entonces gobernador Hermes Binner y quien era intendente de Rosario, Miguel Lifschiz. Hoy el conflicto impactó en la actual intendente, Mónica Fein, que soporta la presión de un grupo de empresarios y comerciantes que organizaron un lobby para defender el aeropuerto local. Es que la retirada de esa línea mermó movimiento a la terminal aérea y desactivó un factor dinamizador de la actividad económica rosarina.

El directorio del aeropuerto asegura que la Nación lo discrimina por ser, junto con Santa Fe, una de las dos terminales que no fueron concesionadas a Aeropuertos Argentina 2000. Versión que desde la propia LAN desmintieron a LPO. Como sea, al perder sus vuelos internacionales, Rosario se quedó sin la recaudación de la tasa de embarque con destino exterior, que ronda los 29 dólares por cada pasajero.

Por este tema, Fein le pidió al secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli -y se lo reiteró a la propia Cristina el lunes 27 en el acto por el Bicentenario de la Bandera- que le concedan una audiencia en Casa Rosada para negociar la conectividad internacional del aeropuerto situado en el barrio de Fisherton. Todavía no le contestaron.

Halcones y palomas


Pero más allá del pedido de audiencia, Fein evitó polemizar con el gobierno por este tema. Es que la flamante intendenta decidió cambiar la estrategia de su antecesor y busca negociar, antes que pelearse con el gobierno nacional en los primeros meses de gestión. Mirada política en la que coincide con el gobernador Antonio Bonfatti.

Se trata de un giro que en rigor está marcando la tensión interna que ya vive el socialismo, entre los dirigentes con responsabilidades de gobierno como Fein y Bonfatti que buscan asordinar las críticas al kirchnerismo y aquellos que hoy ocupan un rol netamente político como el propio Binner, que para alimentar su proyecto presidencial necesita marcar diferencias con la Casa Rosada.

Eso explica que Binner y Lifschitz critiquen periódicamente a Cristina, mientras que Bonfatti y Fein soportan abnegados hasta los desplantes más gruesos del kirchnerismo. Por caso, la demostración de fuerza que hizo La Cámpora al copar el acto del Bicentenario de la Bandera en Rosario fue cuestionada abiertamente por Binner (“Otra vez confundieron la bandera argentina con las partidarias”, dijo) y por Lifschitz (“Es hora de que repensemos la organización del acto en el futuro”, propuso).

Mientras que Bonfatti y Fein soportaron en el palco con gesto adusto, los cántitos de los militantes kirchneristas (muchos del conurbano bonaerense que difícilmente los conozcan) y luego se cuidaron a la hora de opinar sobre el despliegue kirchnerista, alentado desde el palco por Luis D\'Elía y los diputados locales del Movimiento Evita, Gerardo Rico y Eduardo Toniolli.

“Bueno, esa es la lógica del Conurbano. Ellos necesitan demostrar fuerza, es parte de un estado de ánimo. Pero ya se va a terminar. Valoremos que durante años no venía ningún presidente a Rosario, y ahora sí, y con un feriado. Miremos el vaso medio lleno”, sorprendió un miembro del gabinete municipal con una infrecuente capacidad de comprensión.

Los guiños de Cristina

Sin embargo, no todos son palos. La estrategia conciliadora de los socialistas “que gobiernan” recibió algunas señales desde la Casa Rosada. En su polémico discurso ante la Asamblea Legislativa, Cristina le tiró un centro a Bonfatti, al cuestionar a los docentes santafesinos que no aceptaron una oferta salarial de 4.025 pesos, y también le hizo un mimo a Fein al usarla como ejemplo para pegarle a Mauricio Macri (“Rosario no tiene subte, y sin embargo la intendenta socialista no me pide que me haga cargo de sus colectivos, aunque también está en la oposición”, afirmó).

En Santa Fe tomaron debida nota de esos mensajes y esperan poder sacarle algún provecho. Temas hay muchos en la agenda socialista con el gobierno nacional, casi todos en la órbita de Julio De Vido: además de la conectividad internacional del aeropuerto rosarino, necesitan el aval nacional para obtener un crédito para obras cloacales, Rosario espera que la ADIF le libere unos terrenos costeros que pertenecían a Ferrocarriles Argentinos, y quieren participar de la discusión en la redistribución de subsidios al transporte.

La alternativa COPA


Descontando que el quite de permiso a LAN para operar desde Rosario es irreversible, en esta ciudad ya analizan apelar al convenio bilateral que Argentina mantiene con Panamá y su línea de bandera, Copa. Este acuerdo autoriza un paquete de vuelos para cada línea de bandera, pero ocurre que Aerolíneas todavía tiene 4 frecuencias vacantes a Panamá. Fein quiere plantearle entonces al gobierno que Aerolíneas ocupe esos vuelos pero desde Rosario, y que la conexión internacional de este aeropuerto sea ahora Ciudad de Panamá, como antes lo era Lima. Además, la intendenta pretende que todo el check in y la tasa de embarque de los pasajeros que hoy deben volar a Ezeiza para trasbordar al exterior se haga en Rosario, y no en aquel aeropuerto.