Inesperado cruce entre Schiavi y el director de Tiempo Argentino

El secretario de Transporte replicó en la conferencia de prensa a Roberto Caballero, secretario de redacción del diario kirchnerista, quien cuestionó el servicio ferroviario en una editorial. Las críticas surgen justo cuando desde sectores del kirchnerismo crecen los rumores sobre la renuncia de Schiavi.
El día después de la tercer tragedia ferroviaria de Once, que dejó el saldo de 50 muertos y más de 700 heridos, Juan Pablo Schiavi no limitó su defensa a las coberturas de Clarín, La Nación y TN, sino que sorprendió al cuestionar una editorial del diario kirchnerista Tiempo Argentino, firmada por su secretario de redacción, Roberto Caballero.

El matutino de Sergio Szpolski, que suele ser benévolo con el Gobierno, salió hoy con una amplia cobertura sobre el accidente fatal, completada con la editorial de Caballero, que si bien no se apartó de la línea editorial, definió a la formación de TBA como “un tren de morondanga” y “una lata de sardinas sin mantenimiento”.

“Hoy salió una editorial de un periodista que respeto mucho (Roberto Caballero) las fechas están mal. Me llamó la atención que en esta editorial se mezclara. Argentina tiene dos sistemas ferroviarios. Uno de pasajeros y otro de cargas", se lamentó Schiavi, apesadumbrado por el trato no tan agradable de los medios K.

Caballero dijo que con el accidente “se cerró el círculo del menemismo ferroviario, inaugurado en los ’90 con la maldita frase ramal que para, ramal que cierra, que Néstor Kirchner desafió en 2004, cuando le sacó la concesión a Sergio Taselli, del Metropolitano, que operaba los ramales Roca y San Martín”.

“La gestión estatal, aún con dificultades, mejoró ese servicio. Los privados, esos mercaderes elevados a categoría de salvadores de la patria por Cavallo, Dromi y Pedraza fracasaron, sólo convirtieron vagones que alguna vez fueron orgullo del patrimonio público en féretros de los propios usuarios”, amplío el director de Tiempo Argentino.

Schiavi debió explicar que lejos del cambio rotundo al que alude Caballero, el kirchnerismo mantuvo el sistema de privatizaciones inaugurado por Menem. La prueba es que la concesión de Taselli no recayó en el Estado.

Por el contrario, quedó a cargo de una “Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia, integrada por el Gobierno pero también por las empresas Ferrovías, Metrovías y Trenes de Buenos Aires (TBA), del Grupo Cirigliano y a cargo de la línea Sarmiento, donde ayer sucedió la tercera tragedia ferroviaria de la historia argentina.

Rumores de partida

El accidente fatal de Once contribuyó a alimentar los rumores sobre la partida de Juan Pablo Schiavi, resistido por los sectores más representativos del kirchnerismo, como La Cámpora.

Las versiones circulan desde la semana pasada y hasta mencionan a Máximo Kirchner como el promotor de su salida. “Ya no quiero ver a este tipo”, habría dicho el hijo de la presidenta.

Le facturan, además, su pasado como operador macrista, prontuario que no pesó para su llegada al Gobierno pero que sí es recordado por estos días, en los que el Adn de los funcionarios es mirado más de cerca en las cercanías de la presidenta.

En “los campamentos” kirchneristas coinciden en que ya no tiene sentido mantener en el cargo a quien sea rechazado por la opinión pública, para no repetir errores como el de sostener al ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime, una carga que todavía ésa contra el Gobierno.

“Si es necesario, habrá cambios en febrero”, repiten. Y nombran Schiavi como el primer desplazado. Él se defiende ante propios y ajenos.