Caso Ciccone: jubilados y monotributistas en la trama que complica a Boudou

Las irregularidades alrededor de la compra de Ciccone Calcográfica cercan Amado Boudou. Se supo que el monotributista amigo del vicepresidente pagó 1,8 millones de pesos para levantar la quiebra cuando declaró que factura 15 mil pesos anuales. Además, un jubilado del Conurbano figura como "controlante" de la compañía. 
El monotributista Alejandro Paul Vandenbroele, dueño de Ciccone Calcográfica, la planta gráfica más importante del país, llegó al control de esa compañía tras levantar una multimillonaria quiebra que pesaba sobre esa firma. Si bien ante la AFIP declaró que facturaba hasta $ 15 mil por año, Vandenbroele emitió varios pagos a la Justicia que le permitieron quedarse con la única imprenta privada capaz de confeccionar billetes, según señala el diario Clarín. Uno de esos pagos fue de $ 567 mil. Otro (entre varios) fue de $ 1.800.000.


Clarín accedió a un documento (consta en la Justicia) que muestra que en septiembre del 2010 Vandenbroele, como director de The Old Fund, transfirió $1.800.000 “a la cuenta judicial perteneciente a autos CICCONE CALCOGRÁFICA S.A S/QUIEBRA”. The Old Fund es la sociedad anónima que controla hoy esa planta gráfica.

El lunes pasado, en el programa de Radio Mitre “Lanata Sin Filtro”, la ex pareja de Vandenbroele, Laura Muñoz, aseguró que él es “testaferro de Boudou”, y agregó que aportaría pruebas a la Justicia. Desde ayer, un juzgado investiga el “Caso Ciccone”

Vandenbroele es amigo de Boudou desde la juventud. Su prima, Guadalupe Escaray, se relacionó con el vicepresidente, y él la nombró después como jefa regional de ANSES Mar del Plata. El socio de Boudou en dos empresas, José María Núñez Carmona, visitó a varios de los acreedores de Ciccone, a los que les pidió que acepten la nueva conducción que estaría a cargo de Vandenbroele, contaron varios de ellos a Clarín . La titular de la Casa de Moneda, Katya Daura, alineada con Boudou, recomendó al Banco Central que Ciccone-Vandenbroele imprima parte de la provisión de billetes de cien pesos para este año. Es un negocio de alrededor de 50 millones de dólares.

Ciccone, además, se presentó en las licitaciones para confeccionar las cédulas y patentes de autos y motos. Si gana el consurso, la compañía podría recibir de parte del Estado más de 20 millones de dólares.

En tanto, el diario La Nación descubrió que el jubilado Carlos Raúl Schneider, de 75 años y domiciliado en Longchamps figura como “controlante” del fondo de inversión de Ciccone.

En esos papeles, Schneider figura como representante de la sociedad extranjera Tierras International Investments CV, constituida en Holanda con las firmas de dos mujeres de las Antillas. Acaso también "prestanombres": una mujer de 33 años, Jullisa Abigail Comenencia-Koolman, y otra de 39, Indra Farah Marie Vilchez.


Según el jubilado, le dieron $ 200, hace unos años, por firmar "unos papeles" y que él "necesitaba mucho los mangos".

En la Argentina, también figuran tres abogados como apoderados, pero sólo para su inscripción administrativa: Hernán Melchor Cruchaga, Gonzalo Pascual y María Victoria Ctibor, el primero de los cuales deslindó toda responsabilidad "en lo que hagan los dueños de la sociedad", cuyo nombre evitó precisar por el "secreto profesional" (de lo que se informa por separado).

Inscripta como sociedad extranjera en la Dirección de Personas Jurídicas de la provincia de Buenos Aires mediante el legajo 1/167050, en el expediente 21209/143013-9, el verdadero representante de Tierras International Investments CV es Alejandro Paul Vandenbroele
 
El 15 de marzo de 2010, fue Vandenbroele, no Schneider, quien representó al fondo de origen holandés en la asamblea de accionistas de The Old Fund SA, con la que meses después tomaría el control -y la presidencia- de la ex imprenta Ciccone Calcográfica.