Exclusivo: El informe que detonó la bronca del gobierno con YPF

La Secretaría de Energía elaboró con información de las provincias un comparativo de inversiones y producción de las principales petroleras del país. El trabajo deja mal parada a YPF en producción, pese al salto inversor. Las razones del descalce y los motivos políticos del kirchnerismo para empujar la idea fuerza de una nacionalización de la principal hidrocarburíferas del país. El informe completo.
Una semana antes de retomar la actividad oficial al frente del Poder Ejecutivo tras 20 días de licencia post operatoria, la presidenta Cristina Kirchner recibió de manos de los gobernadores de las provincias petroleras un informe sobre el balance de la exploración y producción hidrocarburífera durante la última década.

El documento –que acompaña un acuerdo firmado por los mandatarios para promover la creación de un Pacto Federal Petrolero para obligar a las empresas a levantar la oferta de crudo- pondera, de forma detallada, la performance inversora y productiva de las cinco principales petrolera del país: YPF, Pan American Energy (PAE), Petrobras, Chevron y Tecpetrol.

En el mercado petrolero el informe circuló con fruición y varios apuntaron a los hermanos Bulgheroni de Pan American Energy como los principales proveedores de insumos para elaborarlo. De hecho, PAE queda muy bien parada. No es un secreto que los Bulgheroni hace tiempo que pretenden quedarse con YPF.

Como sea, según confiaron representantes provinciales a LPO, el informe incidió en la decisión de la presidenta de cargar contra las petroleras –cuestionó la insuficiencia de sus desembolsos y advirtió sobre el fin de la ‘avivada’ en la venta de gasoil mayorista- durante su reaparición frente a las cámaras.

El trabajo firmado por la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), ofrece una imagen controversial de YPF –líder de la industria, con un 32% de la producción de crudo, y un 24% de gas-, porque expone el descenso de su producción y de sus reservas petroleras en los últimos años (Ver gráfico).

En Neuquén, el principal polo hidrocarburífero del país (explica un 51% de la extracción de gas), la petrolera comandada por la familia Eskenazi –aunque la mayoría accionaria es controlada por la española Repsol- desembolsó US$ 340 millones en 2011, un 30% menos que en 2008, en la antesala de la crisis internacional, cuando colocó 500 millones, según datos de la entidad, que este año apuntará a levantar el perfil político para presionar a las empresas a elevar las inversiones en las concesiones vigentes.

Sin embargo, a nivel global YPF es por lejos la compañía que más invirtió en el 2011, aunque también la que sufrió la caída más importante en producción. Esto tiene una explicación para la compañía de los Eskenazy. “El año pasado tuvimos cuatro meses de paro en Santa Cruz que hicieron caer la producción de esa zona un 25 por ciento y dos meses de paro en Chubut que sumó otro 6 por ciento de caída”, explicaron a LPO fuentes de la empresa. Este sería el motivo de la contradicción entre un notable aumento de la inversión y una caída en el hidrocarburo obtenido.

En el sector también explican que el principal yacimiento de YPF, el neuquino Loma de la Lata, ya está en su fase de declinación; mientras que el yacimiento chubutense de Cerro Dragón que explota Pan American está en su punto más alto de producción. Por eso también al desagregar por provincias la producción petrolera, marcando la comparación entre el 2006 y hoy, el trabajo revela que Neuquén cayó en su aporte a la producción país de un 32,2% al 22,1%; Santa Cruz declinó del 21,5% al 19,5% y Chubut creció del 17,9% al 27,1%.

Las críticas

“El profundo análisis sectorial (…) evidencia comportamientos disímiles en materia de inversión exploratoria, sobresaliendo algunas (empresas) con una evolución positiva en materia de producción, mientras que otras compañías demuestran una actitud discrecional en cuanto de los flujos de inversión, maximizando sus beneficios en lugar de permitir un desarrollo armónico de sus propiedades”, acusa, sin dar nombres, el acuerdo rubricado por los miembros de la Ofephi, liderada por Martín Buzzi, gobernador de Chubut que, en sus tiempos a cargo de la intendencia de Comodoro Rivadavia, supo tener algunos encontronazos con YPF y como todo el equipo del entonces gobernador Mario das Neves, tenía una relación íntima con los Bulgheroni.

Como sea, el informe revela que la producción de crudo de YPF se redujo un 10 por ciento en los últimos cinco años: pasó de 13,6 millones de metros cúbicos (MMm3) en 2006 a 12,3 durante el año pasado. Y la de gas fue más acentuada: cayó un 26 por ciento, de 39 MMm3/día en diciembre de 2006 a 28 MMm3/día en la actualidad, según datos del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG).

La depletación de los campos de gas se roba la mayor preocupación del Gobierno. Su incidencia en las cuentas públicas es inmediata: el año pasado, en gran medida a raíz del incremento de la compra de LNG (gas en estado líquido por barco) y de la importación desde Bolivia, el déficit de la balanza comercial energética orilló los US$ 3.000 millones, con un salto exponencial con relación a 2010 (superávit de 1.000 millones).

En este marco, en YPF explican que aún no maduraron las inversiones en el mega yacimiento de Vaca Muerta que descubrieron recientemente de shale gas, para revertir esa tendencia. Se trata del tercer yacimiento de este tipo de gas –de costosa extracción-, del mundo, según confirmó la prestigiosa agencia Wood Mackenzie.

El efecto Moreno

Lo cierto es que la erosión del andamiaje comercial y fiscal del país por la ‘cuestión energética’ alteró la dinámica interna que mantenía el Gobierno con las petroleras en general, y con YPF en particular. El síntoma más saliente de esa metamorfosis es el desplazamiento del ministro de Planificación, Julio De Vido, como hombre fuere del Gobierno para el sector energético. Hoy la escena encuentra al secretario de Comercio, Guillermo Moreno, con un rol más protagónico.

De hecho, Moreno cargó fuertemente con el hasta ese momento poderoso secretario de Coordinación, Roberto Baratta, y sembró sospechas sobre la naturaleza de su vínculo con la petrolera de los Eskenazi.

Moreno se “presentó” al sector en diciembre con un pedido de informes operativos, económicos y financieros a las máximas 10 petroleras. Y, cuentan quienes lo conocen, que propone liderar una secuencia de presión sobre la petrolera que viabilice políticamente su reestatización. No obstante, allegados a Presidencia indican que aún es temprano para saber en qué desembocará la avanzada contra la mayor empresa del país.

“A la presidenta no le gustaron los números de inversión ni algunos comportamientos de la petrolera, que tiene una importancia estratégica para el mercado energético. Y por eso la advirtió en su discurso. Pero no está claro el alcance de la medida”, admitió un operador del kirchnerismo al tanto de la agenda petrolera. En la Ofephi esperan tener un panorama más claro para el jueves de la semana que viene, cuando los gobernadores se reunirán en Buenos Aires para, entre otros temas, fijar una posición común sobre YPF.

Se habla inclusod e alguna vía intermedia como la reversión de zonas petroleras que el gobierno considere que YPF no está explotando adecuadamente. “Esto significaría que ya hay empresarios que están hablando con el Gobierno para quedarse con zonas de YPF”, comentaban en el mercado y subrayaban los sugestivos mensajes en twetter que publicó hoy el dueño de Electroingeniería, Gerardo Ferreyra, cuestionando la supuesta falta de inversiones de la petrolera más grande del país.
Para el kirchnerismo, en un momento que día a día se enfrenta con una agenda negativa para su orientación política como es la racionalización del gasto y la eliminación de subsidios, nacionalizar YPF le permitiría arrebatar otra bandera a la izquierda nacional, como hizo con las nacionalizaciones de las AFJP y Aerolíneas, con el nada desdeñable agregado de permitierle acceder a una de las cajas más grandes que quedan en el país.

Claro que la iniciativa ofrece algunos flancos sensibles: podría emparentar rápidamente a Cristina con Chávez, una posibilidad que la Presidenta siempre se cuidó de evitar y por otro lado, demandaría una innversión fenomenal, ya que la compañía hoy está valuada en unos 16 mil millones de dólares.

En ese marco en el mercado se analizan dos cursos de acción posibles si finalmente el kirchnerismo decide avanzar con la nacionalziación. Una vía sería alcanzar un acuerdo económico con Repsol para lograr la salida de los españoles de la empresa y luego avanzar con su completa nacionalización. La otra sería replicar el modelo de Aerolíneas Argentinas, para que la reestatización siga el camino del Congreso y sea finalmente una expropiación.

Por último no se descarta que la embestida del Gobierno busca que YPF eleve su nivel de inversiones, sobre todo para revertir la caída de las reservas de gas. El camino sería similar al elegido en 2003 por el presidente Kirchner, que tras denunciar públicamente a la petrolera por la reducción de la oferta en Loma La Lata, el mayor depósito del fluido del país, logró que Repsol incremente sus desembolsos petroleros en los yacimientos locales. Defensores de esta vertiente, cercanos al secretario de Energía, Daniel Cameron, barajan también la posibilidad de dictar la reversión de las concesiones petroleras donde se constante una desinversión manifiesta en la última década.